Alumnos de la UT son aprobados a pesar de tener fallas en el conocimiento, principalmente -no en todos los casos- en multiplicaciones aritméticas, todo por no bajar el promedio general de la institución.
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“Es fraudulento el hecho de que se gradúen alumnos como ingenieros, cuando más del 90% de ellos tiene grandes fallas de conocimientos básicos, pero no se les puede reprobar porque los mismos directivos no lo permiten, con la excusa de que se les disparan los indicadores de calidad”, así lo expresa en una denuncia ante la Junta de Conciliación y Arbitraje en contra de la UT y de quien resulte responsable, el investigador y catedrático José Luis Ortiz Simón.
“Para evitar situaciones incómodas con la administración, específicamente con los ingenieros Martín Cruz Arellano y Julio Alvarado Hernández, ¡he tenido que aprobar a alumnos que tienen problemas hasta para multiplicar aritméticamente!”, revela.
El doctor Ortiz Simón se desempeñó durante nueve años como docente de la UT, hasta que a principios del 2019, por instrucciones de la Rectoría su sueldo se redujo 60%, sin motivo ni razón, y peor aun sin darle aviso previo.
Asegura que hace denuncia pública no por el interés de regresar a la casa de estudios, sino por las injusticias académicas que se están haciendo hacia la sociedad educativa principalmente.
“Hago esta denuncia porque considero que ya es tiempo de detener esta situación. Considero que las acciones de la universidad son fraudulentas hacia la sociedad, y de gran falta de respeto a otras instituciones de nivel superior y a los mismos alumnos”, señala.
Ortiz Simón asevera que las autoridades administrativas de la UT se aprovechan para que se hagan las actividades que el rector necesita, como “pedirles apoyo” y repartir mochilas, en lugar de enfocarse a la parte académica para lo que fueron contratados.
Destacó que los alumnos han manifestado su disgusto cuando se les acarrea a eventos de proselitismo político.
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