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sábado, 14 de septiembre de 2019

LOS ESPIAS de "BLACK CUBE" OPERAN en el MUNDO al SERVICIO de "MULTINACIONALES,MAGNATES y el GOBIERNO"...pero nunca al servicio de los enemigos de ISRAEL.

Black Cube es una agencia privada de inteligencia israelí que monta operativos en todo el globo. Usa empresas pantalla y agentes que fingen ser ejecutivos para recopilar información
Espiaron a las mujeres que denunciaron a Weinstein y a asesores de Obama. Eso sí, niegan que les contratara Puigdemont: "Nunca hubo contactos"
En unos meses esta compañía de ex agentes del Mossad desembarcará en Madrid. Ya tienen oficinas en Tel Aviv, Londres y París
Antonio Somma se reunió en un restaurante de Roma con dos empresarios chinos que querían contratarlo para invertir en el negocio de los seguros en Italia. Antes de la cita, el bróker italiano había investigado a sus potenciales socios chinos -su web, sus redes sociales, su tarjeta de visita...- para saber con quién se disponía a negociar. Y todo parecía en orden.
En un momento de la reunión, los chinos mostraron cierta inquietud por la situación jurídica de Somma, que estaba inmerso en un litigio con la aseguradora estadounidense AmTrust. Temían que este contratiempo pusiera en peligro su negocio.
Somma les respondió que AmTrust se había aprovechado de él y que había solicitado una compensación millonaria que se resolvería mediante arbitraje. Cuando los chinos le pidieron más garantías, Somma afirmó que tenía todo bajo control y que esperaba ser beneficiado con 400 millones de euros. Más tarde, añadió: «El árbitro es una persona...». 
Antes de despedirse, uno de los empresarios chinos le preguntó directamente «¿Cuánto cuesta aquí arreglar ese asunto?». El italiano no dijo nada. Se limitó a enseñarle una cifra en un trozo de papel: «10%».
Somma tenía razón. El laudo del arbitraje resultó favorable a sus intereses. Sin embargo, poco después los abogados de AmTrust consiguieron anularlo en los tribunales. Demostraron que el árbitro, Marco Lacchini, había recibido un soborno de Somma, que le había prometido el 10% del dinero que obtuviera de AmTrust. 
Entre las pruebas que se mostraron en su contra estaban la nota de papel y la conversación en el restaurante, además de una grabación realizada al propio árbitro Lacchini en la que reconocía su «flexibilidad» como árbitro durante una reunión que mantuvo con unos ejecutivos interesados en sus servicios de una escuela de negocios de Oriente Medio.

AmTrust se ahorró una fortuna. El secreto: los empresarios chinos, la escuela de negocios árabe, todo, era una sofisticada representación teatral. Una operación orquestada por Black Cube, una empresa de inteligencia israelí contratada por AmTrust para demostrar que Somma no jugaba limpio en el litigio.
Nos adentramos en la agencia privada de espías más polémica del mundo. Ya tiene sedes en Tel Aviv, Londres y París y, en cuestión de unos meses, se establecerá en Madrid.
El desarrollo del caso de AmTrust, confirmado a Papel por el ex agente de inteligencia israelí K.C., bien podría haberse producido en Panamá, Nueva York o Barcelona. Aquí las fronteras no importan. Black Cube cobra por desenterrar secretos y proporcionar inteligencia para la localización de bienes y dinero. Su trabajo incluye en muchos casos la aparición de agentes que se hacen pasar por inversores extranjeros y empresas pantalla con oficinas y personal ficticio. Sus clientes son multinacionales, magnates y, también, gobiernos. 
Según un abogado de un cliente, además de la tarifa por sus servicios, se suelen incluir cláusulas por las que Black Cube cobra una comisión del «dinero recuperado» que ronda «el 4%».
SUS CLIENTES SON GRANDES EMPRESAS, MAGNATES Y GOBIERNOS. PUEDEN COBRAR UN 4% DEL "DINERO RECUPERADO" EN UNA OPERACIÓN.
Black Cube ha sido relacionada en asuntos de todo tipo, desde disputas empresariales (su mayor fuente de ingresos) hasta elecciones. De la Casa Blanca a Hollywood. Algunos salen a la luz, aunque la mayoría son secretos, blindados mediante contratos confidenciales. Otros podrían ser quizá fake news críticas o quizá publicidad que engorda su capacidad operativa. Quién sabe.
-Según se ha publicado, Carles Puigdemont contrató a Black Cube para protegerse en Bélgica...
-Eso no es cierto. Ni siquiera hubo contactos.
Este desmentido proviene de una fuente cercana al ejecutivo de Desarrollo de Negocios para Hispanoamérica de Black Cube. 
Actualmente, esta agencia tiene en nómina (según su web) a más de un centenar de agentes con experiencia en 70 países. La inmensa mayoría proceden de las agencias de seguridad de Israel. Porque Black Cube, a pesar de ser una compañía privada, está estrechamente unida con los servicios secretos hebreos. Estos son incubadoras de su personal y una salida profesional muy bien remunerada cuando los abandonan. 
Una prueba de esta conexión es Meir Dagan, director del todopoderoso Mossad entre 2002 y 2009, quien presidió la compañía hasta su fallecimiento en 2016. En breve, la presidencia vacante, según fuentes cercanas a la compañía, será ocupada por otro peso pesado de los servicios de inteligencia.
En otras palabras, Black Cube es el Mossad S.A
NOS ARREPENTIMOS DE HABER ACEPTADO EL CASO WEINSTEIN. CUANDO DESCUBRIMOS LOS ABUSOS ERA DEMASIADO TARDE", DICE UNA FUENTE CERCANA AL CEO DAN ZORELLA.
Una marca muy potente en un sector, el de la denominada «inteligencia comercial», que, según publica la revista Forbes en Israel con datos de la consultora Gartner, mueve 80.000 millones de dólares en el mundo.
La forma de operar de Black Cube es la siguiente: analistas con conocimientos en Derecho, Psicología y Finanzas trazan perfiles psicológicos de las personas que pueden tener información relacionada con el caso. Esto proceso dura alrededor de 40 días. Cualquiera de ellos (un empleado despedido, una secretaria harta de su jefe, etc) puede ser clave en el momento adecuado. El factor humano, dicen, siempre es determinante. A continuación se inicia la denominada operación de campo. Muchas han sido espectaculares, como la puesta en marcha de un dispositivo que incluyó a un jeque árabe escoltado por limusinas y un séquito de 60 personas. El propósito era que un objetivo, deseoso de hacer negocios con petrodólares, hablara sobre un «dinero oculto». En total, las operaciones de Black Cube duran una media de tres meses.
«Lo primero que hace Black Cube cuando un cliente quiere contratar sus servicios es investigarlo», explica K.C. «No aceptan casos de dinero negro o procedente de mafiosos. Una vez pasado este filtro hay que hacer un control de conflictos de intereses para que el nuevo caso no perjudique a otros clientes», 
Sin embargo, a pesar de estas medidas cautelosas, más de un caso les ha salido muy caro. En 2016, un año antes de que el New York Times desvelara el escándalo sexual que provocó el nacimiento del movimiento #MeToo, el productor de cine Harvey Weinstein contrató los servicios de Black Cube, fundada por los dos antiguos oficiales de inteligencia Avi Yanus y Dan Zorella. Quería saber quiénes estaban detrás de las denuncias que sospechaba que se iban a interponer contra él.

NUNCA TRABAJARÍAN PARA UN ENEMIGO DECLARADO DEL ESTADO DE ISRAEL", DICE UN EX AGENTE DE INTELIGENCIA 





«Nos arrepentimos de haber aceptado el caso: cuando descubrimos los abusos ya era demasiado tarde», dice una fuente cercana al CEO Dan Zorella. Black Cube quedó expuesta a la opinión pública cuando la revista The New Yorker publicó su colaboración con Weinstein en la búsqueda de pruebas para desacreditar a las mujeresdenunciantes. 
Bajo la identidad falsa de Diana Filip, la ex espía del Mossad y actriz israelí Stella Penn Pechanac se había hecho pasar por una ejecutiva inglesa defensora de los derechos de las mujeres. Esta agente de Black Cube contactó con Rose McGowan, una de las actrices que denunciaron a Weinstein, para sacarle información. Su tapadera fue desenmascarada.
Una empresa como ésta vive de una publicidad discreta, de baja intensidad, basada en el boca a boca, que sólo se proyecta en las agendas de grandes ejecutivos y de despachos de abogados. Por eso la magnitud mediática del escándalo Weinstein cayó como una bomba en la planta 26 de su sede central de la calle Yehuda Halevi de Tel Aviv. Para limitar daños, la compañía tuvo que disculparse públicamente y donar el dinero cobrado a Weinsteina una organización defensora de víctimas de abusos sexuales.
El caso Weinstein no es el único caso en el que la reputación de Black Cube se ha visto seriamente comprometida. Otro de ellos es el espionaje, destapado en mayo, aantiguos ayudantes del ex presidente Barack Obama. La empresa alegó que su cliente era privado y que se trataba de un «encargo comercial» alejado de intereses políticos, mientras que otras fuentes relacionaron su intervención con un interés para desacreditar el Pacto Nuclear de esta Administración con Irán firmado en 2015. 
Black Cube encajó otro golpe en Rumanía, cuando dos de sus analistas fueron detenidos por la policía acusados de espiar e intimidar a la fiscal Laura Codruta Kosevi. En un comunicado, la empresa afirmó que había sido contratada por servicios del estado para investigar supuestos actos de corrupción dentro del gobierno rumano. Black Cube también fue acusada por la constructora española ACS de espionaje industrial a favor de su cliente, la francesa Alstom, en un concurso de una obra ferroviaria en Israel. Finalmente la causa ha sido archivada.
La frontera entre política y negocios es muchas veces difusa, más aún en asuntos de espionaje. La influyente web estadounidense Politico ha vinculado a la agencia de inteligencia con una campaña de desprestigio en Hungría contra una ONG relacionada con el millonario George Soros, lo que favoreció en las elecciones los intereses del líder populista y antisemita Viktor Orban, actual primer ministro magiar. Esta acusación hizo que la diputada y líder del partido liberal israelí Tamar Zandberg declarara en el Parlamento de su país el pasado mes de julio «Una y otra vez Black Cube está involucrada en casos oscuros a lo largo del mundo».
Se le pregunta a K.C:
-¿Black Cube rechazaría a algún cliente político?
-Nunca trabajarían para un enemigo declarado del estado de Israel.
[Según una consulta realizada a la embajada de este país estos «enemigos comerciales» son Irán, Irak, Siria y Líbano]
Ese es su único límite.

Fuente.-Periodico Español/ElMundo/

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