Los libros pirata en México ascienden a casi 800 millones de pesos y por la manera en que se realiza esta actividad se habla ya de crimen organizado, pues consiguen los títulos originales, aun cuando todavía no se publican, o los negativos, los cuales se imprimen y se forman para distribuirse incluso en librerías.
Los recursos que deja este negocio ilegal se estiman, si se considera que producir cada millar de ejemplares les cuesta 30 mil pesos, en 330 millones al año. Y si cada uno lo venden a 100 pesos obtienen mil 100 mdp anualmente.
“La piratería no sólo es en vía pública, también dentro de establecimientos legalmente constituidos, hablo de librerías, hay ocasiones en que nos hemos encontrado libros apócrifos; aproximadamente entre cinco y 10 por ciento de las librerías de algunos estados. El crimen organizado llega a ellas, de una forma u otra logran vender este tipo de libros”, señaló a La Razón José Antonio Gebara Saldívar, director del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (CeMpro).
Los principales estados donde se producen y venden volúmenes apócrifos son la CDMX, Guerrero y Chiapas.
Al año se estima que se “huachicolean” 11 millones de libros, mientras que la industria legal produce 350 millones.
“Estamos hablando de obtener el ejemplar original cuando éste aún no ha sido incluso publicado en territorio nacional, de sacar los negativos, si es que no ya los tienen, y mandar a manufacturar la obra; se imprime y en la mayor parte de los casos se forman en otro establecimiento”
José Antonio Gebara Saldívar
Director de CeMpro
“Existen incluso imprentas que en el día llevan a cabo una labor legal y en la noche se prestan para imprimir libros apócrifos. Se arman en otro lugar y se almacenan en otro”, señaló el directivo de CeMpro, organización dedicada al combate a la piratería y protección de los derechos de autor.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cómo es que el crimen organizado obtiene los títulos originales o los negativos existen varias teorías, entre ellas que se hackeen las computadoras de las personas que reciben el material original.
“Hemos pensado que luego uno trabaja bajo cierta política; pero también hay mucha fuga que desde manera interna se puede ir. Por decir, puede ser que se lo mandes a la imprenta y que no haya tenido estas herramientas de candado desde que les llegan sus originales y les pueden hackear las computadoras. Es casi imposible que alguien desde adentro venda los archivos”, señaló a este diario Mónica Romero, coordinadora editorial de literatura infantil y juvenil de SM.
Los libros que más se piratean son los bestseller, pero también existen temporadas de producción, por ejemplo, en los meses de junio y julio, son los de texto y a fin o principios de año las novelas.
Aunque editoriales a través de CeMpro invierten recursos para realizar investigaciones propias que lleven a identificar a delincuentes y establecimientos que forman parte del proceso de producción del libro pirata, este negocio crece cada vez más. En 2003 se hablaba por ejemplo, que dos de cada 10 ejemplares que comercializaban eran “hechizos”, ahora son cuatro de cada 10.
Por ello, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) ha pedido que se tipifique este delito como grave y se cree una instancia especializada para combatirlo.
“Pedimos modificar diversas leyes para que se establezca la piratería como un delito grave, de tal manera que haya sanciones ejemplares a estas acciones; y por otra parte que la Fiscalía de la República dedique una unidad para la investigación y ejecución de las acciones necesarias para abatir la piratería”, explicó a esta casa editorial Carlos Anaya Rosique, presidente de la CANIEM.
Aunque, de acuerdo con CeMpro, en 2018 derivado de ocho operativos se obtuvieron 17.5 toneladas de libros apócrifos. Anaya Rosique apuntó que en los últimos años el combate a este delito por parte de las autoridades se ha relajado.
“En los últimos tres años las acciones han sido casi nulas. No podemos dejar el espacio para que la ilegalidad sea la que campee en el país… La piratería es parte del crimen organizado,
no es casual”, demandó.
Este año, apuntó Gebara Saldívar, de CeMpro, se han promovido carpetas de investigación; sin embargo, “dado el cambio de gobierno han habido movimientos en cuanto a los puestos y funcionarios, ello ha retrasado un poco que podamos llevar a cabo operativos, pero estamos por empezar a realizarlos”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: