Luego de superar 25 días de pruebas en terrenos escarpados, en zonas pedregosas, en carreteras, brechas y medios urbanos, el nuevo modelo del blindado ligero DN-XI del Ejército Mexicano fue aprobado por los mandos de la Industria Militar, del Cuerpo de Fuerzas Especiales y de las direcciones generales de Infantería, Caballería y Policía Militar (PM).
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Un primer lote con 30 kits de estas unidades fue recibido en noviembre de 2018 y armado en talleres de la Industria Militar para comenzar las pruebas que se extendieron durante casi un mes, y en las que los mandos militares no solo aprobaron la nueva versión el blindado, sino que además le solicitaron al fabricante –IBN Industrias Militares– agregar más peso a las nuevas unidades.
De acuerdo con los requerimientos de la Dirección General de Industria Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se pidió al fabricante agregarle 500 kilogramos de peso a las unidades, ya sea para reforzar su blindaje o bien para montarle más armamento mediano.
La Sedena admite en su análisis de costo y eficiencia que este proyecto es necesario ya que “para la realización de sus actividades, las unidades del Ejército utilizan vehículos en algunos casos no cuentan con protección adecuada para resguardar la integridad física del personal militar, debido a que carecen de blindaje”.
De acuerdo con los documentos de la adjudicación directa, la Sedena pidió a IBN Industrias Militares un modelo de blindado ligero 4×4 para operar sobre un chasis Ford F-550 con motor a diésel, con un peso bruto de 8,850 kilogramos, una capacidad de carga útil de 1,200 kilogramos, un peso sin carga de 7,650 kilogramos, una distancia de 3,575 milímetros entre ejes, una altura de 2,310 milímetros sin torreta, un ancho de 2,201 milímetros y una longitud total de 6,092 milímetros.
Un punto central exigido por la secretaría es que el kit de armado contenga piezas sin soldadura. “El blindaje modular deberá ser atornillable, de forma que permita el reemplazo de una pieza de blindaje individual a nivel de taller, usando solo bulones (sin soldadura)”, se señalaba en las especificaciones de la Ensambladora Militar de la Sedena.
Al final, el montaje fue tan satisfactorio que la Sedena no solo aprobó el material entregado y armado, sino que además le solicitó a la firma IBN aumentar la capacidad de carga y potencia de los blindados en unos 500 kilogramos, a fin de dotar a las unidades con mayor blindaje o con mayor capacidad de artillado.
Con dichas especificaciones anotadas, la firma IBN ha dado inicio a la configuración de un nuevo lote de blindados DN-XI, cuyo paquete inicial tuvo un costo aproximado de 6 millones 496 mil dólares (5 millones, 726 mil 646 euros). El proyecto total de ensamble de blindados ligeros DN-XI tenía una temporalidad de tres años (2016, 2017 y 2018) pero se extendió un año más para cubrir posibles modificaciones en los kits ya entregados y armados, tal como sucedió.
El proyecto de ensamble de blindados ligeros forma parte de un programa de mayor envergadura que tiene como objetivo de largo plazo el montaje de 620 vehículos DN-XI a partir de kits adquiridos a menor precio que un automotor original.
El proyecto fue aprobado en 2015 y planeado para ejecutarse en 2016, 2017 y 2018, pero se extendió para prever escenarios de modificación tras la revisión de los primeros kits de ensamblado. Lo que en principio iba a ser una línea de ensamble basada en el blindado Stormer (de la firma israelí Plasan), se convirtió rápidamente en el programa de “Ensamble de un lote de vehículos tácticos blindados en la Dirección General de Industria Militar”.
La justificación económica y el análisis de costo-eficiencia del proyecto señalaban la necesidad de vehículos tácticos blindados “con el propósito de coadyuvar en las operaciones que realiza la Secretaria de la Defensa Nacional como parte de sus misiones generales”.
Se advierte también en el documento que “el personal de la Sedena realiza sus actividades en diferentes escenarios, empleando vehículos de acuerdo a la necesidad específica, por lo que en el caso de las misiones de apoyo a las autoridades civiles, requiere vehículos con protección adecuada para resguardar la integridad del personal militar”.
En las especificaciones generales se pedía que los DN-XI tuvieran:
Acero balístico.
Refacciones vehiculares.
Accesorios vehiculares.
Refacciones y consumibles de maquinaria.
Sistemas de grabación.
Plataformas vehiculares.
Sistemas de comunicaciones.
Productos químicos.
Combustibles, lubricantes y aditivos.
Herramientas.
Mantenimiento de maquinaria e instalaciones.
Maquinaria y equipo.
El proyecto está planeado para que los blindados tengan una vida útil del menos 10 años, bajo un esquema financiero con un costo total (calculado en 2016) de 867 millones, 329 mil 794 pesos.
La Defensa Nacional indica en su análisis que los costos totales de la ejecución del proyecto se calculan en 1,002 millones, 693 mil 404 pesos, inversión que incluye la totalidad de componentes y materiales necesarios para el ensamble de vehículos tácticos blindados.
Los costos de mantenimiento de primera necesidad están incluidos en los gastos de operación, añade a Sedena en proyecto. Para los costos de mantenimiento, se considera un monto anual de 80 millones, 772 mil 969 pesos, “por concepto de seguros vehiculares y un monto de 10 millones, 022 mil 923 pesos por concepto de servicios de mantenimiento”.
La Sedena determinará una nueva fecha para la entrega de los nuevos DN-XI en versiones avanzadas.
fuente.-Jorge Medellín/
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