“Los desaparecen dos veces: cuando se los llevan y cuando los mandan a la fosa común”, asegura tajante la señora Gloria Pastor Alcocer, quien desde hace nueve años busca a su hermano desaparecido en San Miguel Totolapan, Guerrero.
Ella es parte de la organización “Buscando cuerpos”, que realizó una huelga de hambre dentro y fuera de la Fiscalía General de la República (FGR) en la Ciudad de México.
Buscan sensibilidad, trato digno, no son demandas, son derechos y lo tienen claro, quieren lo básico; que la federación levante sus denuncias porque en sus estados no han tenido acceso a la justicia y que las autoridades salgan a buscar a sus desaparecidos, que abran todas las fosas comunes.
“Queremos que abran las fosas comunes no queremos cementerios llenos de desaparecidos sin nombre, no sabemos a dónde van los cuerpos, no sabemos a donde está nuestro familiar, qué tal si era nuestro hermano, nuestros hijos”, clama Gloria quien es muy precisa al relatar su caso.
Erik repartía fertilizantes y no lo volvimos a ver
No se amilana frente a los policías preventivos que están vigilando el acceso principal de la FGR en la Glorieta del Metro Insurgentes y los acusa de ser insensibles, “de no tocarse el corazón” al ver que son mujeres buscando a sus seres queridos.
Son sus hijos, sus hermanos, sus conocidos, personas que vieron interrumpida su cotidianidad al ser llevados “quien sabe a dónde, por qué y por quiénes” y al tener que empezar la dolorosa búsqueda que pasa por Semefos, hospitales y lugares inimaginables.
Gloria es de Chilpancingo, Guerrero y el 27 de abril del 2010 su hermano, Erik Pastor Alcocer, junto con dos de sus compañeros estaban en San Miguel Totolapan trabajando en la entrega de fertilizantes cuando avisó a su familia que ya regresaría, pero no ocurrió así.
“Se lo llevaron con otros dos compañeros, él estaba trabajando y nos habló que estaba trabajando pero que ya regresaba, él y sus compañeros cargaban tráileres y los mandaron a dejar fertilizante el 27 de abril se los llevaron, ya son nueve años sin saber nada”, recuerda.
Son mujeres y hombres quienes iniciaron esta protesta afuera de la Fiscalía General de la República, la mayoría lleva años buscando a sus seres queridos y sus formas de lucha se han ido endureciendo porque ya no temen represalias, quieren encontrar vivos o muertos a sus seres queridos.
La señora Gloria Pastor asegura que seguirá buscando a su hermano, quiere que la FGR levante su denuncia porque en Guerrero “no va a pasar nada”.
Desaparecen en Coahuila y aparecen en Veracruz
Patricia Solís Castañeda es muy joven, a lo mucho 30 años, camina entre las mujeres que están en el plantón con su libreta anotando nombres, teléfonos, mensajes, pendientes, hace las funciones de vocera, mientras sus compañeras están en huelga de hambre.
Es muy clara en sus demandas: “queremos que la Fiscalía haga caso de todas nuestras demandas, porque más que eso son nuestros derechos tan sólo por estar en la situación delicada de buscar a un ser querido”.
Exigen que la oficia de atención a víctimas designe a más defensores de oficio para ellas porque cuenta con 900 para delincuentes pero los afectados sólo con 90, además de la destitución de algunos funcionarios que no han sido sensibles, un trato digno y la participación de la Policía Federal en campo y unidades caninas.
Quieren que se abran las fosas comunes y que se entreguen los resultados del ADN de los cuerpos que están actualmente en los Semefos del país porque aunque les dicen que son cuatro mil, “extraoficialmente son muchos más”.
Aunque tienen acceso a las fichas de algunas de las fosas comunes cada estado opera sus registros de forma diferente, pero es tal la desorganización de los archivos que es información que “muchas veces no sirve porque ha habido casos de personas que desaparecieron en Coahuila y los encuentran en Veracruz y no sabemos qué pasó”.
Aurelio fue a la tienda y no regresó
La joven habla muy claro sobre lo que están pidiendo, ella sabe bien lo que es intentar levantar una denuncia en su municipio, Xicotepec de Juárez, en el norte de Puebla, en donde los ministeriales “de plano se sientan en una cubeta de agua y hacen la denuncia con un pedacito de lápiz.
“Busco a mi hermano de 20 años, Aurelio Alfonso Solís Castañeda, desapareció el 8 de septiembre de 2016 acompañado de su pareja África Quiroga Castro de 20 años y su maestro de la Universidad de Xicotepec de Juárez de 29 años, Roberto Hernández Sánchez”, recuerda.
Su caso fue enviado a la casa de justicia de Huauchinango pero al parecer con la intención de “que dejáramos el caso porque el costo para nosotros se va elevando porque tenemos que estar viajando de Xicotepec a Huauchinango”.
Posteriormente, fue turnado a la Fiscalía de Puebla pero “no hay un mínimo avance, lo que hay en las carpetas es porque nosotros lo hemos investigado y enfrentado al peligro de investigar quien fue, por qué y cuando, pero la Fiscalía no ha hecho nada, nada por complementar un poco o un mucho de lo que les hemos dado como prueba”.
El camino ha sido muy arduo para ella y su familia a casi tres años de la desaparición de su hermano “no tenemos nada, ni siquiera un indicio de quiénes se lo pudieron haber llevado y hemos recorrido todos los Semefos y nada.
“Mi hermano tenía 20 años, han pasado tres años ahorita ya va a cumplir 23, cuando el desapareció salió de mi casa un jueves 8 de septiembre del 2016 a las cinco y media de la tarde. Salió con su pareja de entonces y el hijo de ella a comprar al centro de Xicotepec, vivimos a dos cuadras, estaba cerca y dijo que iba a comprar que no tardaba y volvía en media hora y ya no volvió, todo fue inmediato”, relata.
Aurelio estudiaba en la Universidad Tecnológica de Xicotepec junto con el maestro que también desapareció, sólo salieron dos de la casa y desconocen si se vieron en algún lado, desaparecieron cada quien por su lado pero fue el mismo día.
Además, relató que los directivos de la Universidad no querían manchar su imagen diciendo que dos alumnos de esa casa de estudios habían desaparecido y tenían cierto temor de que el hecho ensuciara su imagen.
Su hermano estudiaba Administración de Empresas, era e primer ingreso de la Universidad, su novia también sigue desaparecida.
Al parecer ayer, las mujeres que estaban en huelga de hambre suspendieron su protesta porque obtuvieron una respuesta del titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero.
Los acuerdos a los que llegaron fueron difundidos en su cuenta de Twitter, sin embargo ellas mismas admiten que el camino para encontrar a sus familiares vivos o muertos aún en largo.
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