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lunes, 4 de febrero de 2019

EL "TELEFONITO" YA lo CONTESTA LOPEZ OBRADOR...el que lo hacia dejo de ser su hombre mas cercano.

Es martes. Apenas baja del avión y una llamada entra al teléfono de Daniel Asaf, coordinador de la Ayudantía. "Es la señora", le dice al Presidente y Andrés Manuel López Obrador toma el teléfono, del otro lado de la bocina está "la señora".
"Sí, es que no me había fijado que ya tengo dos por ciento de batería", se justifica el mandatario al momento que del interior del saco extrae un pequeño teléfono que trae consigo desde que César Yáñez dejó de ser su hombre más cercano y quien le tomaba las llamadas.
El "telefonito", como se refiere en ocasiones al aparato, se ha convertido en un objeto de nuevo aprendizaje para el mandatario y también de algunos dolores de cabeza con el que se ha complicado la vida.
Hace unas semanas, a bordo de un avión, le comentó a Asaf que había olvidado el aparato en su escritorio y esperaba que alguien lo hubiera recogido para que se lo devolviera más tarde. Quizás con el gadget AMLO ha estrenado su sentido de la indiferencia.
La conversación sigue por teléfono. El tabasqueño concluye pidiendo a quien está del otro lado del teléfono que ponga la alarma a las 4:45 de la mañana "en el teléfono de Jesús".
Luego de colgar el teléfono observa su reloj de mano, marca las 21:00 horas. Visiblemente agotado tras la visita relámpago a San Luis, Andrés Manuel sube al transporte que lo llevará de la plataforma al edificio de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Bajo el brazo lleva un libro: "Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. Por qué fracasan los países".
"´Por qué fracasan los países´, me lo regalaron", explica arriba del autobús y agrega que sí le da tiempo de leer.
"Me ayuda a dormir, antes de dormir leo un capítulo", dice el presidente. 
Tras un par de semanas turbulentas, luego de la explosión de un ducto de Petróleos Mexicanos el Tlahuelilpan, Hidalgo, el Jefe del Ejecutivo luce más relajado.
El martes por la noche López Obrador regresa en un vuelo de San Luis Potosí donde visitó el municipio del Cedral, un polvoriento rincón del país donde el viento levanta la tierra con furia y esto ha obligado a los habitantes a caminar abrazados de sí mismos como si así, convertidos en trincheras humanas, quisieran romper la tolvanera.
Sánchez en el Jetta
¿Dónde quedaron las fastuosas recepciones con las que se acostumbraba deleitar a los mandatarios extranjeros en las visitas oficiales o de Estado? El Salón Tesorería donde se celebraban ahora es sala de conferencias.

López Obrador ofrece la recepción oficial al Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. No hay calles cerradas, el circuito del Zócalo está libre e incluso afuera hay manifestantes, algunos de los cuales han instalado un pequeño campamento que pese a la importancia del encuentro no es desalojado.
Sobre el arroyo vehicular, Sánchez Pérez-Castejón baja de su automóvil y camina unos 15 metros hasta la Puerta de Honor donde AMLO lo recibe con un apretón de manos, luego lo conduce al patio del mismo nombre donde una orquesta entona los himnos de ambos países.
En el intercambio con el mandatario ibérico, López Obrador habló de historia, de Diego Rivera al que llamó el Picasso mexicano; Pedro Sánchez le presumió a Pablo Picasso, de la guerra civil española.
Para rematar, López Obrador invita a Sánchez a subir al Jetta. ¿Donald Trump se subiría al Jetta? El Servicio Secreto no lo permitiría, seguramente.

Norma y Alberto

Desde las ocho de la mañana personas con alguna discapacidad esperan al Presidente en el recinto ferial de Tlaxcala; López Obrador ha prometido llegar a las 11.
Alberto, un tipo del tamaño de un oso al que el glaucoma dejó ciego desde que se acuerda, dice que es la primera vez que participará en un acto público del tabasqueño.
"Mi esposa ya ha estado en sus eventos, en 2012 estuvo en el Zócalo", cuenta Alberto y agrega que viene a agradecerle a López Obrador el apoyo económico de dos mil 550 pesos bimestrales.


–¿Cómo piensa que es López Obrador?
"¿Físicamente? Medio gordito. No muy alto, de estatura normal, risueño... mmm como una persona mayor con mucha energía", expresa.  Su esposa Norma está sentada a lado de él. También es una persona ciega. "Yo pienso que es sencillo, me transmite seguridad", asegura.
Alberto y Norma no pueden apreciar la pesada valla metálica que el equipo presidencial ha puesto en el lugar de las personas con discapacidad creando un corral antimotín digno para una porra de un equipo de futbol.
Fuente.-

El mandatario termina un mitin de una hora, atrás del templete un par de camionetas lo esperan para regresar a la Ciudad de México.

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