Durante más de 15 minutos, hombres armados atacaron con armas de alto poder y mataron al presidente municipal de Pungarabato, el perredista Ambrosio Soto Duarte, su chofer, y dos agentes de la Policía Federal resultaron heridos en la emboscada.
Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 23 horas del pasado sábado, cuando el primer edil y sus escoltas circulaban sobre la carretera que va de San Lucas a Riva Palacio, Michoacán, a la altura del sitio conocido como La curva del cajón, iban rumbo a Ciudad Altamirano, Guerrero.
Ahí estaban atravesadas dos camionetas, una Honda Ridgeline, con placas 316ZZX y una Dodge Ram gris, ambas con hombres armados en la batea, y con las cuales bloquearon la carretera federal y desde ahí empezaron las detonaciones de armas de fuego.
Los escoltas del alcalde repelieron la agresión durante unos 15 minutos, y que dejó como saldo dos muertos y dos heridos por impactos de arma de fuego.
En el interior de la camioneta marca Chevrolet Trax, con placas de Guerrero, HCS-62-09, quedaron los cuerpos del alcalde Ambrosio Soto y su chofer Omar Macedonio.
En el parte policial se indicó que en el lugar de la emboscada había al menos 600 cartuchos percutidos de diferentes calibres, de los cuales cerca de 300 impactaron en el vehículo de Soto, 150 en el de los escoltas y 150 no dieron en el blanco.
La unidad en la que viajaban los agentes federales recibió al menos 200 impactos de bala.
Los dos integrantes de la PF adscritos a la guarda personal del edil perredista resultaron heridos.
El parte médico refiere que uno de los federales presenta heridas de bala en brazo derecho y una pierna, el otro efectivo recibió disparos en el brazo izquierdo.
Ambos fueron trasladados al hospital de Coyuca de Catalán, donde les brindaron los primeros auxilios, y luego enviados a la Ciudad de México.
"Excesiva tolerancia"
El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, aseguró que el repunte de la criminalidad en la entidad es consecuencia de la "excesiva tolerancia" que se ha mostrado ante la delincuencia organizada, lo que provoca hechos como el asesinato de Ambrosio Soto.
En un encuentro con medios de comunicación en la diócesis, Rangel sostuvo que el asesinato del alcalde es consecuencia de que los tres órdenes de gobierno, que deben proteger a sus ciudadanos no lo han hecho.
"Lo que pasa es que han tenido mucha tolerancia y no ha habido mano fuerte, no se ve una intervención decidida de parte del gobierno para combatir la delincuencia organizada, por eso lugares como Arcelia y Ciudad Altamirano han sido escenario de hechos delictivos".
Destacó que se entiende que no hay policía suficiente, pero también indicó que hay momentos en los que se advierte que tampoco existe la voluntad para impedir que el mal crezca.
"Yo entiendo que el Ejército tiene que ir tapando hoyos, porque no tenemos mucho Ejército; entonces, va trasladándose a distintos lugares para apagar el fuego", señaló.
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