Durante unas ocho horas, desde la noche del jueves hasta el amanecer de ayer, sicarios de grupos rivales del crimen organizado se enfrentaron con armas de alto poder y “monstruos” -vehículos con blindaje artesanal- en el sur de esta ciudad fronteriza.
Pese al terror que sembraron en la población y la prolongada batalla campal, ni la Guardia Estatal, la Guardia Nacional, el Ejército u otra autoridad alertó a la población, reportó alguna acción para frenar la violencia o informó de alguna detención o víctima.
Hasta anoche, ninguno de los tres niveles de Gobierno había dado un informe del enfrentamiento.
De acuerdo con testimonios, el choque más cruento se dio en la madrugada en elejido Periquitos, donde quedó un “monstruo” en llamas sobre la carretera Reynosa-San Fernando, fuego que fue apagado hasta las 9:00 horas por bomberos, apoyados por policías y militares.
Las balaceras se registraron desde las 22:00 horas del jueves también en zonas urbanas, entre los municipios de Reynosa y Río Bravo.
Que nos dice que nadie interviniera:
Los enfrentamientos en Reynosa y la inacción de todas las autoridades ,salvo la que ejerce el crimen organizado,plantea serias preocupaciones sobre la actuación de todos en su conjunto:
Falta de respuesta oportuna
Es alarmante que durante ocho horas de intensos enfrentamientos entre grupos criminales fuertemente armados, ninguna autoridad haya intervenido de manera efectiva para proteger a la población civil,dejandola a merced del crimen y sus efectos. La ausencia de una respuesta coordinada por parte de la Guardia Estatal, Guardia Nacional y Ejército sugiere una grave falla en los protocolos de seguridad y en la capacidad operativa de las fuerzas del orden.
Falta de transparencia y comunicación
El hecho de que ningún nivel de gobierno haya emitido un informe oficial sobre los hechos ocurridos es inaceptable. Esta falta de transparencia no solo genera desconfianza en la población, sino que también impide que los ciudadanos tomen medidas de precaución adecuadas.
Posible complicidad o temor de las autoridades
La inacción de las autoridades ante un conflicto tan prolongado y violento plantea serias dudas sobre su integridad moral y compromiso con la seguridad pública que podría claramente interpretarse como un indicio de complicidad con grupos criminales o, en el mejor de los casos, como una muestra de temor, vulgo cobardía,mas que incapacidad para enfrentar al crimen organizado.
Impacto en la población civil
Los testimonios sobre la intensidad de los enfrentamientos, especialmente en el ejido Periquitos, revelan los graves peligros a los que ha estado expuesta la población civil bajo este gobierno y que este evento solo visibiliza, pero asi es todos los dias,particularmente sus noches.
La presencia de “monstruos” (vehículos con blindaje artesanal) en las calles y carreteras públicas demuestra el nivel de impunidad con el que operan estos grupos criminales.
Conclusión
Esta situación pone de manifiesto una crisis profunda en el sistema de seguridad en Tamaulipas y incapacidad,falta de voluntad y complicidad de autoridades, porque si no fuera asi,cada vez que ocurre esto,mas que un incidente criminal,es otra oportunidad para que demuestren lo contrario.
Con informacion: ELNORTE/
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