El Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, invitó a su toma de posesión a Jefes de Estado y de Gobierno con los que considera tener afinidad, lo que revela que sera capaz de llevar sus emociones al plano oficial,una vez que este en el cargo.
Y también descartó a otros, entre ellos a la Presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
No es tradición que acudan Presidentes de otros países a la investidura de un Mandatario estadounidense, pero Trump rompió la regla, dejando clara su postura en torno a la Presidenta.
El principal Presidente invitado es el chino Xi Jinping, aunque él declinó acudir. Otros Mandatarios invitados son Javier Milei, de Argentina, y Daniel Noboa, de Ecuador.
Además, tres dirigentes fueron convocados por Trump: la Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni; el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orban, y el Presidente salvadoreño Nayib Bukele.
De acuerdo con The Associated Press, citando datos del Departamento de Estado, ningún Jefe de Gobierno había realizado una visita oficial para la investidura de un Presidente estadounidense.
Convoca… y excluye
Por primera vez, fueron invitados expresamente Jefes de Estado y de Gobierno de otros países a la investidura de un Presidente estadounidense:
INVITADOS
– Xi Jinping, Presidente de China
– Javier Milei, Presidente de Argentina
– Daniel Noboa, Presidente de Ecuador
– Giorgia Meloni, Primera Ministra de Italia
– Viktor Orban, Primer Ministro de Hungría
– Nayib Bukele, Presidente de El Salvador
Autoconciencia y autorregulación emocional
La decisión de Donald Trump de invitar selectivamente a ciertos líderes mundiales a su toma de posesión, excluyendo a otros como la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, refleja una dinámica emocional y política compleja que puede analizarse desde la perspectiva de la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional nos ayuda a entender cómo las emociones influyen en la toma de decisiones políticas y las relaciones internacionales. En este caso, podemos observar varios aspectos relevantes:
Trump parece estar actuando principalmente desde sus preferencias personales y afinidades ideológicas, sin considerar plenamente las implicaciones diplomáticas más amplias. Esto sugiere una baja autorregulación emocional, donde sus sentimientos personales están guiando decisiones que normalmente se basarían en protocolos establecidos y consideraciones estratégicas.
Empatía y conciencia social
La exclusión de ciertos líderes, como Sheinbaum, indica una falta de empatía hacia las perspectivas de otros países y culturas. Trump parece estar priorizando relaciones con líderes que comparten su visión del mundo, sin considerar la importancia de mantener diálogos abiertos con una gama más amplia de naciones.
Habilidades sociales y manejo de relaciones
Al romper con la tradición diplomática, Trump está utilizando este evento para enviar mensajes políticos claros sobre sus alianzas preferidas. Sin embargo, este enfoque puede dañar relaciones importantes y crear tensiones innecesarias en el escenario global.
Impacto en los ciudadanos
Esta situación expone a los ciudadanos del mundo a un liderazgo que prioriza las conexiones personales y las afinidades ideológicas sobre la diplomacia tradicional y las relaciones internacionales equilibradas. Esto puede generar:
- Incertidumbre sobre la estabilidad de las alianzas internacionales.
- Polarización entre naciones “favorecidas” y “excluidas”.
- Posible escalada de tensiones diplomáticas que podrían afectar el comercio, la seguridad y la cooperación global.
El circuito emocional
El proceso emocional en la toma de decisiones es un fenómeno fascinante donde las hormonas juegan un papel crucial, influyendo directamente en la actividad neuronal. Veamos de manera sencilla cómo ocurre este proceso biológico:
Cuando nos enfrentamos a una decisión, nuestro cerebro activa un complejo circuito emocional:
- La amígdala, una estructura en forma de almendra en el cerebro, evalúa rápidamente la situación y asigna un significado emocional.
- Esta evaluación desencadena una cascada de reacciones en el cuerpo:
- Se liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol.
- El corazón late más rápido.
- Los músculos se tensan.
- Estas señales corporales regresan al cerebro, creando lo que llamamos “sentimientos”.
Las hormonas toman el control
Aquí es donde las hormonas “avasallan” a las neuronas:
- Las hormonas liberadas inundan el cerebro, afectando directamente la actividad neuronal.
- Por ejemplo, el cortisol (hormona del estrés) puede influir en cómo evaluamos las opciones bajo presión.
- La dopamina, asociada al placer, puede hacernos más propensos a tomar decisiones arriesgadas.
El cerebro emocional vs. el racional
- Las áreas emocionales del cerebro, como la amígdala, responden más rápido que las áreas racionales, como la corteza prefrontal.
- Esto explica por qué a veces tomamos decisiones “impulsivas” antes de poder analizarlas racionalmente.
- La corteza prefrontal intenta regular estas respuestas emocionales, pero no siempre tiene éxito.
El marcador somático
Antonio Damasio propuso la teoría del “marcador somático”:
- Nuestras experiencias pasadas dejan “marcas” emocionales en nuestro cuerpo.
- Estas marcas se activan rápidamente al tomar decisiones, influyendo en nuestras elecciones antes de que seamos conscientes de ello.
En resumen, cuando tomamos decisiones, nuestras emociones, impulsadas por hormonas, a menudo toman la delantera. Este proceso evolutivo nos ayuda a responder rápidamente, pero también puede llevarnos a decisiones no siempre óptimas. Entender este mecanismo nos permite ser más conscientes de nuestros procesos de toma de decisiones y, potencialmente, mejorarlos.
Con información: ELNORTE/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: