Jo-Emma Larvin empujó un carrito de equipaje repleto de maletas por el aeropuerto Heathrow de Londres en agosto del 2020 y entregó su pasaporte a un agente de Emirates Airline para un vuelo a Dubai.
Larvin viajaba en clase ejecutiva con otra mujer y juntas subieron siete maletas pesadas a la cinta transportadora. Ella intercambió mensajes de texto con su novio camino a la fila de seguridad.
"¿Te sientes bien?", le preguntó él.
"Sí, uf", escribió Larvin. Las maletas llevaban millones de dólares en libras esterlinas atadas con bandas elásticas y envueltas en plástico.
El dinero iba en camino un lavadinero internacional que cobraba una tarifa considerable a los clientes por cambiar efectivo por oro u otras monedas. Su ruta preferida era a Dubai desde Heathrow, el primer y segundo aeropuerto más transitado del mundo para pasajeros internacionales.
El Reino Unido exige que los pasajeros informen a las autoridades aduaneras si salen del país con más del equivalente a unos 10 mil dólares, pero Larvin no lo hizo, arriesgándose a ser arrestada. Las siete maletas ingresaron al sistema de manejo de equipaje de Heathrow y se deslizaron a través de un escáner 3-D que sólo buscaba explosivos y otros artículos potencialmente peligrosos.
A la mañana siguiente, las mujeres recogieron su equipaje en Dubai sin tener demasiado de qué preocuparse: cualquier cantidad de dinero en efectivo puede entrar en los Emiratos Árabes Unidos, siempre que se declare. Las mujeres siguieron las señales hasta la aduana y dijeron a las autoridades que habían traído el equivalente a 2.8 millones de dólares.
La mayoría de los aeropuertos del mundo, incluyendo Estados Unidos, no escanean el equipaje de los pasajeros en busca de dinero en efectivo, una tarea costosa en equipo y personal. Los países donde todo el dinero es bienvenido no tienen obligación de informar sobre maletas llenas de dinero en efectivo que llegan del extranjero. Las lagunas jurídicas permiten que miles de millones de dólares en efectivo salgan del Reino Unido y otros lugares hacia países con menos reglas, dijeron funcionarios de imposición de la ley.
Según estimaciones, los lavadólares introducen a escondidas más de 2 millones de millones de dólares en ingresos de empresas ilegales a los sistemas financieros globales cada año. Los pasajeros de avión internacionales probablemente transportan cientos de miles de millones de dólares en efectivo, según cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y el Grupo de Acción Financiera Internacional, una agencia intergubernamental que desarrolla normas anti lavado de dinero para los países.
Un portavoz del Gobierno del Reino Unido dijo que los funcionarios de aduanas responden eficazmente con seguridad aeroportuaria a los riesgos de contrabando. Un portavoz del aeropuerto de Heathrow declinó comentar sobre su equipo y prácticas de seguridad. Un portavoz de Emirates Airline dijo que detectar el contrabando de efectivo era responsabilidad de las autoridades donde se originó el efectivo.
Este relato de la operación de contrabando de efectivo en Heathrow se basa en documentos y pruebas dados a conocer por las autoridades del Reino Unido, registros judiciales que incluían mensajes de texto y fotografías, testimonios judiciales de mensajerías de dinero, así como entrevistas con investigadores y personas familiarizadas con el asunto.
Efectivo y transporte
Abdulla Alfalasi comenzó a transportar dinero en efectivo desde Heathrow a Dubai alrededor del 2017 y amplió sus operaciones durante la pandemia.
El día de Año Nuevo del 2020, Alfalasi salió de Heathrow con 11 maletas, que pesaban 210 kilos, y reportó el equivalente a 850 mil dólares en Dubai.
Más tarde ese mes, Alfalasi le envió un mensaje de texto a Michelle Clarke, una asistente ejecutiva que buscaba mudarse a Dubai con sus hijos y su esposo, un ex jugador de futbol profesional.
Alfalasi le envió a Clarke un billete para un vuelo nocturno desde Heathrow a Dubai, regresando el mismo día.
Después de que Clarke aterrizó, Alfalasi la guió vía mensajes de texto y de voz para reportar el efectivo en una oficina del aeropuerto y le dijo que estaba esperando afuera. Ella voló tres veces más en febrero del 2020 y Alfalasi reclutó a otros mensajeros.
En julio del 2020, Clarke le envió un mensaje de texto a una amiga diciéndole que necesitaba 12 personas para trabajar. El criterio del trabajo: "¡¡¡No puede hablar, confiar, y debe ser confiable y estar en forma!!!" Un amigo puso a Clarke en contacto con Larvin y le dijo que Clarke trabajaba para la embajada de los Emiratos Árabes Unidos.
Clarke le mostró a Larvin certificados sellados que llevaría como mensajera de documentos y le ofreció 3 mil libras, alrededor de 3 mil 750 dólares, por transportar las maletas.
En el aeropuerto, fueron a Emirates Airline y colocaron las siete maletas en la cinta transportadora. El equipaje entró por la boca de un escáner 3-D que utiliza tomografía computarizada para encontrar explosivos. Estas imágenes, a diferencia de en la revisión de seguridad a los pasajeros, no son vistas por personas a menos que el software identifique un elemento que podría incendiarse o explotar. Las máquinas pueden programarse para encontrar efectivo, pero no lo son porque son operadas por agentes de seguridad del aeropuerto, que son responsables de la seguridad de los pasajeros, no por funcionarios de aduanas e inmigración.
Adiós efectivo
En octubre del 2020, otras dos mujeres no tuvieron tanta suerte. Fueron interrogados en una puerta de abordaje de Heathrow por agentes de la Fuerza Fronteriza, la agencia a cargo de las aduanas y la inmigración del Reino Unido. Una de las mujeres dijo a los oficiales que etiquetó cinco maletas a Dubai porque no estaba segura de qué ponerse.
"Dios mío, nos detuvieron", le envió un mensaje de texto la mujer a Clarke, que estaba en Dubai.
Las maletas fueron bajadas del avión. Contenían casi 2 millones de libras esterlinas en efectivo, alrededor de 2.4 millones de dólares.
Los investigadores registraron el teléfono de una de las mujeres y a partir de esa información comenzaron a reconstruir cómo la operación de lavado de dinero de Alfalasi creció hasta alcanzar 36 mensajeros internacionales.
En diciembre del 2020, Clarke fue arrestada con alrededor de 9 millones de dólares en oro en un avión privado en Zanzibar, frente a la costa de Tanzania, dijo Ian Truby, el principal investigador del caso de la Agencia nacional del Crimen del Reino Unido.
Las autoridades del Reino Unido arrestaron a ocho presuntos mensajeros más en mayo del 2021.
Alfalasi se declaró culpable en junio del 2022 de lavado de dinero y fue sentenciado a 9 años y 7 meses en prisión. El Gobierno confiscó alrededor de 3.5 millones de libras en activos de Alfalasi, incluyendo un Mercedes G63, una camioneta Ford y tres relojes Rolex.
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