Una importante ley, que fue promulgada por el Presidente Joe Biden el pasado sábado, con la aprobación de una nueva redacción de la Sección 702 de la "Ley de Vigilancia a la Inteligencia del Extranjero" de EU (FISA, en inglés) permitirá espiar expresamente y sin orden judicial,los mensajes y llamadas de los cárteles que pasen por proveedores estadounidenses de telefonía o Internet y que en el caso de Mexico "pasa casi todo".
“La iniciativa incluye una disposición que mejora la recopilación de inteligencia contra los narcotraficantes extranjeros que fabrican y contrabandean fentanilo mortal a EU”, dijo el Senador republicano Roger Wicker tras que la Cámara Alta de EU aprobara la iniciativa el sábado de forma definitiva.
Todo pasa
Las llamadas telefónicas, los mensajes de texto convertidos en datos, cruzan de diversa manera por la columna de internet de los EE.UU y no solo cruzan fronteras por tierra,tambien los hacen a través cables submarinos o redes satelitales.
El método de vigilancia no es nuevo, pues a principios de la década de 1970, el gobierno de los Estados Unidos se enteró de que un cable submarino corría paralelo a las Islas Kuriles frente a la costa oriental de Rusia, proporcionando un vínculo de comunicaciones vital entre dos grandes bases navales soviéticas. ¿El problema? La Armada Soviética había bloqueado por completo la entrada de buques extranjeros a la región.
Para no ser disuadido, la Agencia de Seguridad Nacional lanzó la Operación Ivy Bells, desplegando submarinos de ataque rápido y buceadores de combate para dejar caer cápsulas de grabación impermeables en las líneas. Cada pocas semanas, los buceadores regresaban para recoger las cintas y entregarlas a la NSA, que luego escuchaba sus jugosas revelaciones.
El proyecto terminó en 1981, cuando el empleado de la NSA Ronald Pelton vendió información sobre el programa a la KGB por 35 000 dólares. Todavía está cumpliendo su cadena perpetua.
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