sábado, 4 de junio de 2022

"CRONICA de una DERROTA ANUNCIADA": TODOS SABEN y SOSPECHAN el "FUTURO TRUNKADO del TRUKO" pero...NADIE le ha DICHO NADA ?"...lo que empezó mal terminara mal.



Crónica de una muerte anunciada es una novela de Gabriel García Márquez, publicada en 1981. Esta relata la historia del asesinato del joven Santiago Nasar.

Bayardo San Román había llegado al pueblo en busca de una esposa. Muy rápidamente se ganó la simpatía de los lugareños. Entre ellos, se contaba a la familia Vicario que, dada su precaria situación económica, no dudaron en arreglar el matrimonio entre este y la joven Ángela Vicario. En la noche de bodas, Bayardo San Román descubrió que su doncella no era “virgen”. Sintiéndose deshonrado, la devolvió a casa de sus padres en plena madrugada. Cuando los gemelos Pedro y Pablo le preguntaron a su hermana Ángela quién había sido el responsable de “deshonrarla”, esta acusó a Santiago Nasar, un joven de 21 años.

Para salvaguardar la “honra” de su hermana, los gemelos Vicario decidieron asesinarlo. Indiscretos, le contaron sus planes a todo el que encontraron. Incluso, alguien que nunca fue identificado, metió por debajo de la puerta de su casa una carta en la cual le avisaban que le iban a asesinar. El contenido no lo leyó nadie.

A las seis de la mañana, el rumor ya se había esparcido, pero una serie de suposiciones, prejuicios y omisiones impidió que Santiago se enterara. Inocente de lo que ocurría, Santiago pasó por casa de su novia Flora que, de forma inusual, lo hizo entrar a casa. Flora se había enterado de todo y estaba indignada por la supuesta infidelidad de Santiago, así que le devolvió sus cartas de amor. Santiago no entendía lo que ocurría. Fue Nahir Miguel, padre de Flora, quien le advirtió a Santiago sobre la amenaza de los Vicario.

Una vez ya en casa, la fatalidad del destino hizo salir por la puerta principal a Santiago, donde lo esperaban los gemelos Vicario. Así, Santiago Nasar fue asesinado a cuchilladas de manera brutal frente a todos. Todos sabían, o sospechaban, pero nadie le dijo nada.

En política, como en el caso de la novela, hay cosas que son evidentes, que están frente a nuestros ojos, pero las omisiones, las ganas de que pasen las cosas, evitar incomodar al jefe, no comprometerse, perder la confianza de los pares, y mil razones más, evitan ver lo que se siente, lo que se palpa, lo que ya después de que sucedieron las cosas, solo se confirma lo que todo mundo sabía. Este es el caso de la desastrosa campaña de la coalición “Va por México”. 

Vea usted, amable lector, la crónica de una derrota anunciada:

1.- Sabedores desde que arrancaron que los números no les daban, ni como partido, ni como alianza, ni como candidato, se aventuraron en hacer una campaña planeada en el escritorio. 

Decidieron dejarle el apodo al candidato con el que lo conocían <no todos>, porque las encuestas serias arrojaban un dato que le beneficiaba: el nivel de conocimiento era más bajo que el de su contrincante más cercano. 

Aun así, le dejaron el apodo “Truko”. Había algo que estaba de su lado; en una campaña se puede hacer magia y construir el personaje de la historia que quieres contar, pero no fue así, se esforzaron en dar razones del porque del apodo, y hasta inventaron que le decían así por una historieta. El mismo Carlos Loret de Mola en una entrevista le dijo textual: “Para ser político y que te apoden el ‘Truko’, no es precisamente un activo, ¿no?.

2.- ¿A quién se le ocurrió el TAMPS CON MADRE?, ¿qué está con madre? 

Hay dos razones que me imagino, los llevaron a tomar la decisión de usar el eslogan: no hicieron investigación o la hicieron y no podían <o no querían> incomodar al que los contrató. Bueno, hasta existieron denuncias en redes sociales por parte de padres de familia en las que se quejaban que sus hijos decían esa palabra y eran regañados en las escuelas. Tan mal estuvo, que en la recta final de la campaña se deshicieron del eslogan y escogieron otro que enmarcaba una mejor estrategia de comunicación.

3.- Desde octubre de 2016 se encargaron de vapulear al PRI, encarcelaron a un exgobernador, corrieron funcionarios públicos que tenían toda su vida trabajando en el gobierno, persiguieron a los afines e hicieron lo que quisieron con los pocos que quedaban. Después de la elección presidencial del 2018, el PRI sigue siendo <según múltiples encuestas> el partido por el que menos votaría el electorado. Aun así, lo llevan de compañero de fórmula.


4.- La promesa de las liposucciones, la tarjeta en la que le depositarían dinero <la misma estrategia que usó el ahora gobernador en su campaña de 2016 y resultó ser un fiasco> y la promesa de hacer 1,000 acciones que como gobierno nunca llevaron a cabo, fue una señal más de que las cosas no iban del todo bien.


5.- El salto a la escena del gobernador como comandante en jefe de la campaña en el último tramo, la penosa rueda de prensa del “pa´ todos traigo”, la persecución de morenistas que solo logró martirizarlos, basar la campaña negra en un personaje que no puede defenderse y del cual no existe alguna investigación formal, solo la historia que ellos construyeron, idear supuestas conversaciones de WhatsApp, inventar investigaciones y publicarlas en supuestos medios estadounidenses… bueno así le podemos seguir y no terminaríamos.


¿No es esta la crónica de una derrota anunciada? ¿No son estas pocas señales de que todo estuvo mal desde el principio?. 

Bien dice el dicho que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ahora sí, juzgue usted: al igual que en la novela, todo el mundo sabe, supone, sospecha, pero nadie dice nada.

Con informacion de.-Daniel Santos Flores/

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