Un grupo de sicarios secuestró y torturó a un trabajador de Petróleos Mexicanos que formaba parte de una cuadrilla que inspeccionaba gasoductos en los estados fronterizos de Tamaulipas y Nuevo León. La región donde ocurrió el secuestro está siendo disputada actualmente por dos cárteles de la droga.
El secuestro sucedió a principios de este mes, cuando Graciano Alejandro Andrade Cantú y otros trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) inspeccionaban las líneas de gas en la región cuando un grupo de sicarios los detuvo a punta de pistola y obligó a Andrade a entrar en uno de sus vehículos antes de salir de la zona. El secuestro sucedió en la frontera entre Nuevo León y Tamaulipas, cuando los trabajadores se dirigían a un pozo de gas natural llamado La Culebra; estaban conduciendo entre las ciudades de Doctor Coss y Arcabuz. Los otros trabajadores que dejaron los sicarios lograron comunicarse por teléfono y alertar a las autoridades sobre el secuestro. El caso provocó un gran despliegue de fuerzas policiales, incluida la Policía Estatal de Nuevo León, la Fuerza de Seguridad de Pemex y soldados del Ejército Mexicano.
Después de retenerlo por más de 24 horas, los sicarios liberaron a Andrade en un camino de terracería cerca de la localidad de General Bravo en Nuevo León. La víctima mostró signos de tortura, pero estaba viva y se espera que se recupere.
Durante la búsqueda, las autoridades encontraron una serie de trincheras y barreras de concreto improvisadas utilizadas por los pistoleros del cártel durante los tiroteos. Esa región es de gran conflicto ya que la facción Cártel Del Noreste de Los Zetas está tratando activamente de quitarle el control de la región al Cártel del Golfo. Esta guerra territorial en curso ha resultado en numerosos tiroteos en los que los cárteles de la droga utilizan convoyes de vehículos blindados llenos de sicarios.
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