Paisanos que regresan vía carretera o por avión a México desde Estados Unidos para pasar las fiestas de fin de año con sus familias en sus comunidades, denunciaron que tienen que desembolsar entre 500 a 2 mil dólares por mordidas o extorsiones de personal de aduanas, Migración, policías y delincuencia.
CRUZAR POR TAMAULIPAS ES UNA ODISEA:
En redes sociales y en entrevistas con EL UNIVERSAL, expusieron que la cuota de las extorsiones o mordidas depende de la garita por la que se ingrese a México, la hora y qué tan largo es el trayecto, pero que en ocasiones son detenidos por uniformados de diversas corporaciones e incluso por delincuentes hasta 10 veces antes de llegar a sus pueblos.
Para evitar asaltos e intercambiar tips y no ser extorsionados, se han abierto páginas en redes sociales, como la cuenta Paisanos Rumbo a México Caravanas.
Los usuarios de ese grupo intercambian experiencias y consejos, organizan caravanas para evitar robos, avisan sobre rutas más peligrosas, denuncian extorsiones y envían bendiciones y buenos deseos para que la mafia nos los encuentre.
En esa plataforma las denuncias se multiplican. Santos Ortiz, mexicano residente en California, narró a EL UNIVERSAL la odisea que vive dos o tres veces al año cuando regresa a México con ayuda para la población discapacitada y adultos mayores.
“En la garita de Nogales intenté cruzar un tráiler con sillas de ruedas, andaderas, bastones, pañales y ropa para adultos mayores. Es para apoyar a paisanos de Michoacán y Colima, pero en la aduana, a pesar de tener todo en regla, me extorsionaron los de la policía fiscal”, afirmó.
Indicó que en la carretera rumbo a Michoacán lo pararon en dos ocasiones patrullas de la Guardia Nacional. “De 200 dólares por cabeza. Así estamos. Cuando me detuvieron les expliqué que era para ayudar a viejitos y hasta me desearon buen viaje”, agregó.
Pedro Muñoz vive desde hace 25 años en Fresno, California. Cada año regresa a Pénjamo, Guanajuato. “Siempre, con o sin Programa Paisano, nos extorsionan. Antes eran sólo aduaneras, federales y policías, pero ahora se suma la Guardia Nacional, los de Migración y la delincuencia.
“En el camino desde Tijuana, hace una semana, hasta mi casa gasté más de mil dólares en mordidas, retenes que no sabes si son policías, aduana, migras”.
Leticia Uribe también narró su mala experiencia: “En los primeros días de diciembre cruzamos por Laredo, Texas, rumbo a Torreón, pero cuando pasamos por San Pedro nos detuvo gente del SAT (...) Todo el camino es una sacadera de dinero, casi 2 mil dólares entre mordidas y dos retenes de encapuchados. Cuando no son los de Hacienda, los de Migración o los policías”, expuso.
“En el camino a Veracruz un policía de tránsito me detuvo. Le enseñé todos los permisos, licencia y documentos. Sólo me pidió 200 pesos de mordida. Ya no discutí porque los grandes ladrones están en las aduanas”, expuso Carmelo León, quien este fin de semana arribó a Veracruz.
A finales de noviembre, Leonardo Mendoza, quien reside en California, emprendió la odisea rumbo a Michoacán: “Cruzamos por la garita de Tijuana. Todo tranquilo hasta que pasamos a Ciudad Obregón. De ahí en adelante en cada ciudad hubo retenes o policías ministeriales, de tránsito, municipales y eran mordidas de 400 a 600 pesos”.
Guille Guerrero, miembro de Paisanos Rumbo a México Caravanas, expuso: “Pasamos de Laredo, Texas, a Nuevo Laredo, Tamaulipas. Lo que me llamó la atención fue que un elemento de la Guardia Nacional, muy déspota, en lugar de pedir el permiso del carro, nos exigió los documentos para saber si éramos residentes o ciudadanos”.
Banderazo de moches
Edmundo Ramírez, especialista en materia migratoria y excónsul en Seattle, expuso que la temporada de fin de año y el arranque del Programa Paisano “significan también el banderazo de salida para las extorsiones, mordidas, abusos por parte de personal del Instituto Nacional de Migración (INM), de aduanas, policías y hasta la Guardia Nacional”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que no es un fenómeno nuevo y que las víctimas no sólo son los que viajan en camionetas o vehículos. En las garitas, puertos de entrada y aeropuertos, el personal del INM y del SAT son quienes más abusan y cobran mordidas por la falta de un sello, de un documento, acusó.
A su vez, Rogelio Ávila, integrante del Consejo Nacional de Legisladores y Migrantes, reconoció que la cultura de quitarle a los paisanos que llegan de Estados Unidos a México no ha desaparecido, pero que se trabaja para combatirla.
Esta organización, que se dedica a ver por los derechos de los mexicanos migrantes, inició desde hace poco más de una semana una vigilia para recorrer la frontera con Estados Unidos y apoyar a los connacionales que llegan de ese país.
“Detectamos un retén en Carreras, Coahuila, donde policías estatal y municipal estaba extorsionando a los paisanos, bajo el argumento de revisarles los permisos. Hemos tenido muchas quejas del retén 26, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde la gente que van en autobús acusa a los agentes de Migración”, dijo.
Otra de las quejas es que en el Puente Internacional Solidaridad Colombia (frontera de Nuevo León con Texas) y el Puente Internacional de Piedras Negras, los agentes de aduanas piden hasta 900 dólares a los choferes de autobuses para que no hagan la revisión correspondiente.
En consecuencia, los choferes terminan por pedir a pasajeros entre 20 y 30 dólares para poder tener la cantidad que los aduaneros piden.
El Consejo Nacional de Legisladores y Migrantes también cuenta con el apoyo del vicepresidente de la Cámara de Senadores, José Narro, quien se ha sumado a los recorridos fronterizos para evitar las extorsiones.
En entrevista, Narro señaló que, en compañía de la Guardia Nacional, así como destacamentos del Ejército, se ha podido acompañar a caravanas de paisanos que buscan llegar a sus lugares de origen, con la seguridad de que no serán presas de asaltos y tampoco de extorsiones por parte de agentes de aduanas o Migración.
Respecto a las denuncias, se buscó alguna opinión en las áreas de Comunicación Social del Instituto Nacional de Migración (INM), del Programa Paisano y de la Administración General de Aduanas, pero no se obtuvo respuesta.
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