¿Saben a qué nos suena? A que los líderes del Gobierno amlista necesitan tomar un curso intensivo de Desarrollo Organizacional.
Y si fuésemos sus asesores les diríamos que de preferencia tomaran los cursos del Adizes Institute, creación del Dr. Ichak Adizes, un gurú fenomenal de Desarrollo Organizacional que ha asesorado a Gobiernos, como el de Angela Merkel, el de Kazajistán, además de escribir como dos docenas de libros sobre cómo CAMBIAR las organizaciones sin destruirlas.
Este Gobierno que tenemos desde hace seis meses y medio se ha propuesto, o por lo menos así nos ha dicho, cambiar a México (transformarlo), pero -y en todo hay un pero- lograr el cambio tiene su chiste, no es de "enchílame estas gordas".
En eso se especializa el Dr. Adizes y sobre este tema son sus enseñanzas, mismas que son legendarias.
Ha transformado compañías enormes, como Bank of America, y también empresas pequeñas (cuando menos una docena en México); nos resulta imposible resumir en este espacio lo que este hombre ha generado de sabiduría respecto a cómo mover a las grandes organizaciones, que es lo mismo que decir a las grandes burocracias, como lo es, definitivamente, el Gobierno de México.
He aquí algunas ideas que planteó en una conferencia que impartió en Lituania, invitado por el Gobierno de ese país:
"Vivimos en un mundo con una tasa de cambio tan rápida que nuestra educación no debe enseñarnos a saber: debe enseñarnos CÓMO APRENDER. Debemos de percatarnos que lo que sabemos (o creemos saber) tiene una vida muy corta; se vuelve OBSOLETO muy rápido".
"¿Cuál es la diferencia entre el ciclo de vida humano y el ciclo de vida de una piedra? Nosotros estamos concientes y ellas no. Podemos controlar nuestro ciclo de vida estando conscientes: puedes estar joven a los 70 o viejo a los 20; lo que hace la diferencia es tu disposición a APRENDER. Mientras estén constantemente aprendiendo te mantendrás joven porque estás creciendo. El día que dejes de aprender comienzas a morir".
"Organizaciones envejecidas no aprenden; repiten lo que han hecho en el pasado, dependen de éxitos pasados para tratar de generar nuevos éxitos: ¡No funciona! El mundo cambia; las razones para tus éxitos pasados pueden ser las causas de tu fracaso futuro".
"Tienes que cambiar de ser el dedo que apunta a ser el dedo gordo: el dedo gordo es el único que funciona con cualquier otro dedo, es el que hace la mano; es el que arma equipo. Ahora tu trabajo no es decirle a la gente qué hacer, sino lograr que trabajen juntos. Ahora requieres tener una boca pequeña y unos oídos bien grandes".
"Tienes que cambiar sin miedo al cambio; el APRENDIZAJE continuo es un prerrequisito para ser un LÍDER".
Como estas pequeñas joyas arriba citadas, y que hoy les compartimos, amigos lectores, Adizes tiene miles.
Hay mucho que se le puede aprender a este hombre hoy de 81 años y que vive en Carpintería, California.
Tiene en el mundo muchos discípulos, y ya no digamos en su Instituto Adizes.
Como mínimo, cualquier persona que tiene a su cargo una organización debe leer algunos de sus tomos y aplicar sus enseñanzas impregnadas de sentido común y adaptadas perfectamente a la naturaleza humana, la cual en cuanto al ejercicio del poder se refiere es igual en cualquier parte del mundo.
Debemos resaltar que éstas se aplican tanto en el Gobierno como en el sector privado, de hecho uno de sus tomos se titula: "¿Cuál es la Mejor Forma de Gobierno?".
Como todo sistema, el de Adizes tiene reglas, algunas de las cuales son sumamente interesantes:
1.- No culpes a nadie.
2.- Escucha a todos por igual.
3.- Nadie está equivocado.
4.- Crear confianza es imprescindible, de arriba a abajo de la organización y de lado a lado.
5.- Hay que buscar SOLUCIONES, nunca chivos expiatorios.
6.- El cambio no se puede dar en medio de la turbulencia, se requiere calma para lograrlo: necesitas que tu gente (equipo) REME, no que agite las aguas.
Si leyeron ustedes lo anterior, amables amigos, caerán en la cuenta que en lo que a habilidades administrativas se refiere la 4T está haciendo todo al revés.
De ahí que les recomendamos el curso. Ello mientras nos quede País qué salvar, digo.
fuente.-fricase@elnorte.com
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