La última vez que el Gobierno dio un contrato a KBR, que este viernes ganó dos de los seis contratos para desarrollar la ingeniería de la refinería de Dos Bocas, el resultado fue un litigio internacional que duró 13 años y terminó en un pago de 435 millones de dólares de Pemex a la empresa estadounidense por obras que no pudo terminar.
En 1997, Kellogg Brown and Root (KBR) ganó un contrato de Pemex Exploración y Producción (PEP) para construir dos plataformas marinas para el procesamiento de gas natural.
Sin embargo, la relación entre ambas empresas degeneró de tal manera que siete años después PEP literalmente expulsó a KRB del País y se quedó con las plataformas, cuando tenían 94 por ciento de avance.
"Entre 1997 y 2002, PEP incurrió en múltiples violaciones al contrato, como consecuencia de las cuales se produjeron extensas demoras y sobrecostos", alegó KBR.
En diciembre de 2004, esta empresa y su filial mexicana, Commisa, iniciaron un arbitraje comercial contra PEP, que se prolongó hasta diciembre de 2009 cuando el tribunal arbitral dio la razón a KBR y ordenó a la filial de Pemex pagar 300 millones de dólares más IVA e intereses.
El laudo arbitral fue prólogo a más de siete años de litigio judicial. La empresa estadounidense demandó a PEP ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York, así como en Luxemburgo para exigir la ejecución del laudo, mientras que Pemex se amparó en México para buscar su anulación.
No obstante, fue hasta agosto de 2016 cuando la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito en Nueva York confirmó la validez del laudo. El 6 de abril de 2017, KBR recibió 435 millones de dólares que la filial de la petrolera había depositado en una cuenta en Citibank en esa ciudad y se puso fin a la disputa con un acuerdo que no fue publicado.
También por Cadereyta
La última gran obra en materia de refinación, la reconfiguración de la refinería de Cadereyta, también terminó en un arbitraje por falta de pago de trabajos adicionales.
Adjudicado en 1997 al consorcio Conproca, de la empresa coreana SK Engineering y la alemana Siemens, el contrato resultó en 2012 en un laudo de 593 millones de dólares contra Pemex Refinación.
En el sexenio pasado, Pemex acusó a sus propios ex funcionarios de corrupción durante el arbitraje y a Conproca de fraude con facturas falsas durante las obras, amén de haber ganado el contrato con una oferta "artificialmente baja".
En julio de 2015, cuando la Suprema Corte de Justicia se disponía a confirmar el laudo contra la petrolera, ésta anunció un convenio para cerrar el caso con Conproca a cambio de 295 millones de dólares.
En este litigio, Pemex también pagó al menos 77 millones de pesos en honorarios al despacho de abogados Baker & McKenzie.
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