A la 1:00 de la madrugada de ayer, 17 centroamericanos, entre ellos niños de 3 y 5 años, estaban varados y desconcertados en el cruce de las Avenidas Colón y Pablo A. de la Garza.
Los migrantes formaron parte de un grupo de entre 40 y 60 extranjeros que había sido trasladado la noche del sábado en un autobús desde Nuevo Laredo con promesas de un albergue en Monterrey, pero fue abandonado en la calle a las 23:30 horas.
"Nos han engañado, a la mayoría", dijo el hondureño Héctor Castillo, de 29 años, que viaja con su hijo de 5 años.
"Nos dijeron que teníamos un albergue donde íbamos a tener seguridad y todo eso", narró. "Nos trasladaron acá a Monterrey y nos dejaron en la calle, y uno no conoce acá".
Estos centroamericanos habían sido regresados por Estados Unidos para que esperaran en México su proceso de asilo y, según sus testimonios, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) los recibieron y subieron al autobús.
El jueves, la agencia AP describió cómo cientos de centroamericanos solicitantes de asilo eran traídos de la frontera de Tamaulipas y "tirados" en centrales camioneras de Monterrey.
Castillo y sus acompañantes, sin embargo, ni siquiera fueron llevados a una terminal camionera.
Otro grupo optó por caminar hasta la Central de Autobuses, donde a las 3:00 horas había 22 migrantes, la más chica era una bebé de un año dormida en el suelo.
Todos esperaban a que amaneciera para acudir a un albergue o cobrar algún dinero enviado por un familiar para seguir su travesía.
No obstante, el drama sigue: tres autobuses con migrantes son enviados cada día rumbo a Monterrey, dijeron ayer encargados de albergues de Nuevo Laredo.
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