Para su última comparecencia ante el Senado de la República, Miguel Ángel Osorio Chong llegó como “súper secretario” de Gobernación –que conjuntó el mando político con el policiaco en este sexenio– y terminó siendo cuestionado por el PRD, PAN y PT-Morena de tráfico de influencias en la asignación de contratos de obra pública y como máximo responsable de la crisis de inseguridad pública que se vive en el país.
“No tengo nada que ver con lo publicado, no tengo ningún conflicto de interés… mis bienes son producto de 35 años de trabajo y estoy dispuesto a rendir cuentas”, sentenció el funcionario federal al responder al senador Benjamín Robles, del PT, quien le recordó su presunto vínculo con una red de empresas “favoritas” a las que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes le ha entregado 63 contratos por más de 2 mil 500 millones de pesos.
Fue el único momento en el que el titular de las oficinas de Bucareli recibió tres veces el aplauso de la bancada de senadores del PRI que a lo largo de sus casi cinco horas de comparecencia observaron el eclipse de uno de los precandidatos presidenciales del gabinete de Enrique Peña Nieto.Horas después, la senadora Layda Sansores, de Morena, demandó que la Procuraduría General de la República abra una investigación para determinar si ha existido tráfico de influencias en esta misma red de empresas.
“Hago un llamado enérgico a que se investigue, porque la sospecha está latente. Sabemos que en esta administración ha habido un binomio empresarios-políticos que tanto daño ha hecho al país y que a eso se ha dedicado, dándole más importancia a sus negocios que a servir a los ciudadanos”, acusó Sansores.
Osorio Chong volvió a ponerse a la defensiva y negó las acusaciones.
De la senadora panista Adriana Dávila –que en tribuna se declaró “sin partido”– escuchó la acusación de que existe una red de organizaciones civiles dedicadas a la trata de personas que se han beneficiado con contratos del gobierno federal; además, solicitó una investigación puntual y acusó a Rossy Orozco, líder de Casa de la Roca, de recibir más de 11 millones de pesos en contratos.
Frente a estas acusaciones, Osorio Chong presumió que “fue este gobierno el que impulsó el Sistema Nacional Anticorrupción” y reprochó a los legisladores que no se hubiera completado este modelo. Nada mencionó de la falta de procurador general, la inexistencia de una Fiscalía General, la renuncia del titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) y la ausencia de fiscal anticorrupción, entre otros faltantes de ese modelo.
El “súper secretario” de una dependencia que durante este sexenio absorbió las facultades de la Secretaría de Seguridad Pública que se creó en los sexenios panistas, defendió en todo momento la actuación de estos cuerpos policiacos y negó que fuera su responsabilidad la ola de inseguridad que ha convertido a 2017 en el año más violento de los últimos años.
“¿De verdad, qué pero le pone a la Policía Federal (PF)? Tenemos una policía de élite, reconocida a nivel mundial”, reviró al senador Alejandro Encinas, quien hizo un duro recuento de estos cinco años de “fracaso absoluto”.
“Este modelo de súper Secretaría de Gobernación que lucha contra la inseguridad ha fracasado”, subrayó Encinas, exjefe de Gobierno capitalino. “El mando único policiaco se ha convertido en mafia única” en varias entidades, le recordó el senador independiente, ante la insistencia de Osorio Chong por reprocharle al Congreso la falta de aprobación de la ley del mando mixto policiaco.
“Usted es el secretario de Gobernación más poderoso en la historia del país, al menos en el papel. Usted es una especie de primer ministro. Tiene la mesa para la negociación y para el garrote, al mismo tiempo, pero en sus funciones predominó la visión policial y no la política”, le reprochó Encinas, quien le hizo un largo recuento de los escándalos y abusos cometidos por cuerpos represivos en este gobierno: Tlatlaya, Tanhuato, los 43 normalistas de Ayotzinapa, la fuga de El Chapo, los asesinatos de periodistas, la violencia de integrantes de la PF contra pobladores de Nochixtlán, el espionaje del sistema Pegasus “y el grave problema de fondo que es la corrupción”.
Ninguna de las críticas le cayó bien a Osorio Chong. Él acudió al Senado para presumir que “desde el primer minuto existió una reacción oportuna y coordinada” del gobierno federal ante los sismos. Comparó el total de escombros recolectados en los estados del sur con “llenar dos veces y medio el Estadio Azteca”.
El exgobernador de Hidalgo afirmó que se consolidó y profesionalizó la Policía Federal, se creó la Gendarmería, se construyeron y pusieron en operación cinco “centros regionales de fusión de inteligencia”, se destinaron 2 mil 100 millones de pesos para la creación y consolidación de unidades especializadas de combate al secuestro en 32 entidades y se destinaron “más de 70 mil 800 millones de pesos en la infraestructura, capacitación y dignificación de las corporaciones (policiacas) locales”.
Todos sus logros como el gran policía de la nación se fueron cayendo frente a las constantes críticas y cuestionamientos de los senadores del PRD, PT-Morena, independientes y del PAN, ante la grave crisis de inseguridad y corrupción, y la “insensibilidad crónica” del gobierno.
La senadora Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, reprochó a Osorio Chong que ante la ineficacia del mando policiaco, los constantes abusos de las autoridades y los retrasos del nuevo sistema penal acusatorio “tenemos la tormenta perfecta”. “La gran super secretaría no funcionó”, le reviró.
Benjamín Robles, el mismo que lo cuestionó por vínculos de corrupción, le reclamó la persecución contra la dirigencia nacional del PT por haber decidido irse en coalición electoral con Morena.
Osorio Chong sólo admitió que existe una “situación muy compleja” en materia de seguridad pública, pero afirmó que hay “corresponsabilidad entre poderes y órdenes de gobierno”.
“Se trata de un desafío que no conoce fronteras territoriales o ideológicas. Que afecta y compromete a todos por igual. Que de ninguna manera puede prestarse a cálculos políticos ni a la improvisación”, señaló en su discurso inicial. Y de esas líneas nadie lo movió en la comparecencia de la glosa del V Informe De Gobierno.
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