Después de 31 meses, el semáforo delictivo volvió a pintarse totalmente de rojo en Nuevo León.
De acuerdo con la última actualización de los resultados, en julio la incidencia de los nueve delitos medidos se ubicó por encima de la media de los últimos tres años.
La última vez que todos los delitos estuvieron en rojo fue en diciembre de 2013.
Y aunque algunos indicadores registraron descensos respecto al mes de junio, siguen estando por encima del promedio registrado durante los tres años anteriores, que es el criterio que se toma en cuenta para poner en rojo el semáforo.
La herramienta se pone en amarillo cuando el resultado se ubica entre esa media y la meta de reducción establecida, que es del 25 por ciento.
Cuando la meta de reducción es superada el indicador cambia a verde.
Los municipios con más rojos fueron García y Apodaca.
De acuerdo con las cifras difundidas, basadas en las estadísticas que proporciona la Procuraduría de Justicia del Estado, en el último mes los homicidios pasaron de 46 a 65; los robos de vehículos de 299 a 325, y los secuestros de 2 a 4.
Las extorsiones casi se mantuvieron igual, al pasar de 53 a 51.
Otros delitos como los robos a negocios y casa habitación sí registraron bajas, aunque no lo suficiente para dejar de estar en rojo.
Las denuncias por violencia familiar son las más numerosas; pasaron de mil 889 en junio a mil 849 en julio, muy arriba de la media de mil 212 casos.
A partir de esta edición, informó el consultor Santiago Roel, el semáforo delictivo cuenta con información sobre la colonia y la fecha de registro de cada delito, luego de que la Procuraduría estatal accediera a proporcionar esa información.
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