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lunes, 22 de agosto de 2016

Los "CINCO DIAS que PARALIZARON al NARCO"...entre mas se sabe,mas dudas surgen.


El rasgo común fue la especulación y las dudas que generó el presunto secuestro el pasado lunes 15 de agosto de Alfredo Guzmán Salazar, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Incertidumbre, versiones encontradas, apellidos de capos célebres que supuestamente estaban entre quienes habían sido “levantados”. 

El caso provocó más interrogantes que certezas, y hasta antes de que se diera a conocer su probable liberación, ya se anunciaba una guerra inminente entre el Cartel de Jalisco Nueva Generación, organización a la que se le atribuyó la autoría del plagio, y el Cartel de Sinaloa, como si esto no ocurriera desde hace tiempo en Tijuana, Manzanillo y algunas zonas de Nayarit y la costa del pacífico.

Lo primero que llamó la atención fue cómo un grupo de pistoleros pudo burlar el anillo de protección con el que suelen desplazarse Iván Archibaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, dos de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. En las calles de Culiacán hasta hace pocos años, un par de patrullas de la policía municipal solían ir por delante de las camionetas que custodiaban alguno de los autos deportivos en los que se movían por las noches en la capital sinaloense.

La madrugada del lunes 15 de agosto en uno de los restaurantes gourmet en Puerto Vallarta, Jalisco, un comando armado irrumpió donde Jesús Alfredo “El Alfredillo”, cenaba con un grupo de amigos en un festejo de lo que se dijo era una despedida de soltera de una de sus primas. Las imágenes de las cámaras de seguridad del lugar, difundas por la policía estatal, mostraron el momento en que un grupo de hombres entró con armas largas y tras amagar a los únicos comensales que a esa hora ahí se encontraban, sacaron a cinco de ellos por uno de los accesos del local.

El restaurante “La Leche” donde ocurrió lo que las autoridades consideraron fue un secuestro, es uno de los más reconocidos en el circuito culinario de la cocina mexicana de vanguardia. Para los órganos de inteligencia del gobierno federal, llamó la atención que el comando armado irrumpiera sin que las policías locales se presentaran en esa zona, donde a escasos metros se encuentra uno de los hoteles de gran lujo de una cadena internacional próximo a negocios y tiendas.

La especulación comenzó a las pocas horas, primero se dijo que eran 12 personas “levantadas”, como se le denomina en el argot policial a los secuestros sin fines de beneficio económico, después se comentó que era un grupo de sinaloenses que llegó en una caravana de autos de lujo al restaurante. Al paso de las horas las autoridades de la fiscalía de Jalisco salieron al paso de los rumores y aseguraron que en el lugar se encontraba Jesús Alfredo Guzmán Salazar, uno de los hijos del Chapo Guzmán, quien era parte del grupo de cinco individuos “levantados”.

El clímax de la especulación llegó el miércoles 17 de agosto cuando un diario capitalino publicó en portada como información principal que Iván Archibaldo Guzmán Salazar, primogénito del Chapo, estaba junto a su hermano en el lugar y ambos habían sido “levantados”. Otros medios publicaron que no eran cinco, sino 16 personas las secuestradas, hubo quien aseguró que eran 12. La difusión de las imágenes horas después, paró en seco la rumorología y las autoridades de Jalisco señalaron que se tenía la certeza de que Alfredo Guzmán Salazar iba en el grupo de cinco personas que se habían llevado los hombres armados.

El plagio fue atribuido por diversas fuentes del gobierno a integrantes del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “el Mnecho”, jefe de la organización que junto a sus cuñados del clan conocido como “los Cuinis”, los hermanos González Valencia, forman la cúpula del grupo criminal que más ha crecido durante este sexenio, y a quienes se identifica como los responsables de la violencia en Veracruz y Tijuana, donde disputan contra organizaciones locales el control del trasiego de droga.

A mitad de semana este blog contactó con fuentes militares en Jalisco quienes señalaron que el caso estaba considerado como “relevante”, en virtud de la red de intereses criminales que la organización de Sinaloa y el CJNG tienen a lo largo del país. Habría que esperar a que las autoridades civiles dieran la versión completa, una vez que la PGR anunció que se haría cargo de las pesquisas, señalaron.

A raíz del ataque de mayo del 2015 contra un helicóptero de la fuerza aérea donde seis militares perdieron la vida y 12 más resultaron heridos, se difundió que el ejército le retiró la confianza a Eduardo Almaguer Ramírez, fiscal general de Jalisco, cuyo círculo más cercano según reportes de inteligencia, estaba “infiltrado” por las huestes del “Mencho”.
Las horas más largas
Desde mayo del 2012 Alfredo Guzmán Salazar y su hermano Iván Archibaldo fueron boletinados por el Departamento del Tesoro estadounidense, junto a su madre Alejandrina Salazar, como parte de la red de lavado de dinero del llamado cartel de Sinaloa. Los hermanos también se encuentran en la lista de la DEA como parte de una investigación criminal iniciada en el año 2009 por la fiscalía de Chicago contra su padre, y donde fueron identificados como operadores en diferente escala del tráfico de drogas.

El Chapo se refiere a su hijo Alfredo como “Fredy” o “Alfredillo”, alguna ocasión en Culiacán hace algunos años, Iván Archibaldo decía a sus allegados que su hermano era “fregón” para las “las matemáticas”, tal vez por eso su padre le encargó parte de las operaciones financieras durante un tiempo.

El plagio de Alfredo el pasado día 15 de agosto, tuvo también un momento que de nuevo se prestó a la especulación. Un hombre que estaba en el festejo, y que salió del lugar momentos antes de que arribara el grupo armado, fue identificado como “quien los puso”, otra señalaba que se trató de Iván Archibaldo que momentos después tomó un vuelo para dejar la costa de Jalisco.

El sitio web de noticias sinaloense lapared.com publicó que desde el jueves por la noche “comenzó a circular la especie” de que Alfredo Guzmán Salazar había sido liberado. Al paso de las horas hubo un “vacío informativo”, el sábado el sitio de internet del semanario Río Doce señaló que dos fuentes diferentes habían confirmado que el hombre de 29 años de edad estaba libre.

La identidad de quién estuvo detrás del plagio de nueva cuenta generó versiones contradictorias. Una especuló que un “grupo de secuestradores” había logrado un pago por la liberación de Alfredo, mientras otra señaló que por su libertad el CJNG había conseguido que la organización de Sinaloa le “cediera varias plazas”.

El suceso de Puerto Vallarta se dio en los días en que la Comisión Nacional de Derechos Humanos presentó su informe sobre la masacre ocurrida en mayo del 2015 en la comunidad michoacana de Tanhuato, donde 42 individuos murieron en lo que oficialmente se dijo fue un enfrentamiento entre presuntos narcotraficantes con la Policía Federal. La CNDH señaló que la corporación ejecutó der manera “arbitraria” al menos a 22 de los civiles, además de que alteró la escena donde ocurrió la masacre. Otro hecho de la agenda noticiosa fue la caída del índice de aceptación del presidente Enrique Peña Nieto, el cual llegó a niveles nunca vistos para el cuarto año de un sexenio de cualquier presidente de México.

En este contexto el “secuestro” de uno de los hijos del Chapo Guzmán, y su probable liberación, se dio en medio de más especulaciones sobre la identidad de seis cadáveres encontrados por esos días en Tlajomulco de Zúñiga, municipio conurbado a Guadalajara, donde se dijo que un militar ex escolta de los vástagos del capo estaba entre los fallecidos. Ante los rumores y la imprecisión de la información, el caso de Alfredo Guzmán solo dejó dudas y preguntas sin respuesta sobre la finalidad y la identidad de los probables autores del suceso.

Fuente.-Juan Veledíaz
@velediaz424




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