El rasgo común fue la
especulación y las dudas que generó el presunto secuestro el pasado lunes 15 de
agosto de Alfredo Guzmán Salazar, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo”
Guzmán. Incertidumbre, versiones encontradas, apellidos de capos célebres que supuestamente
estaban entre quienes habían sido “levantados”.
El caso provocó más
interrogantes que certezas, y hasta antes de que se diera a conocer su probable
liberación, ya se anunciaba una guerra inminente entre el Cartel de Jalisco
Nueva Generación, organización a la que se le atribuyó la autoría del plagio, y
el Cartel de Sinaloa, como si esto no ocurriera desde hace tiempo en Tijuana,
Manzanillo y algunas zonas de Nayarit y la costa del pacífico.
Lo primero que llamó la atención fue
cómo un grupo de pistoleros pudo burlar el anillo de protección con el que
suelen desplazarse Iván Archibaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, dos de los
hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. En las calles de Culiacán hasta hace pocos
años, un par de patrullas de la policía municipal solían ir por delante de las
camionetas que custodiaban alguno de los autos deportivos en los que se movían
por las noches en la capital sinaloense.
La madrugada del lunes
15 de agosto en uno de los restaurantes gourmet en Puerto Vallarta, Jalisco, un
comando armado irrumpió donde Jesús Alfredo “El Alfredillo”, cenaba con un
grupo de amigos en un festejo de lo que se dijo era una despedida de soltera de
una de sus primas. Las imágenes de las cámaras de seguridad del lugar, difundas
por la policía estatal, mostraron el momento en que un grupo de hombres entró
con armas largas y tras amagar a los únicos comensales que a esa hora ahí se
encontraban, sacaron a cinco de ellos por uno de los accesos del local.
El restaurante “La
Leche” donde ocurrió lo que las autoridades consideraron fue un secuestro, es
uno de los más reconocidos en el circuito culinario de la cocina mexicana de
vanguardia. Para los órganos de inteligencia del gobierno federal, llamó la
atención que el comando armado irrumpiera sin que las policías locales se
presentaran en esa zona, donde a escasos metros se encuentra uno de los hoteles
de gran lujo de una cadena internacional próximo a negocios y tiendas.
La especulación
comenzó a las pocas horas, primero se dijo que eran 12 personas “levantadas”,
como se le denomina en el argot policial a los secuestros sin fines de
beneficio económico, después se comentó que era un grupo de sinaloenses que
llegó en una caravana de autos de lujo al restaurante. Al paso de las horas las
autoridades de la fiscalía de Jalisco salieron al paso de los rumores y
aseguraron que en el lugar se encontraba Jesús Alfredo Guzmán Salazar, uno de
los hijos del Chapo Guzmán, quien era parte del grupo de cinco individuos
“levantados”.
El clímax de la
especulación llegó el miércoles 17 de agosto cuando un diario capitalino
publicó en portada como información principal que Iván Archibaldo Guzmán
Salazar, primogénito del Chapo, estaba junto a su hermano en el lugar y ambos
habían sido “levantados”. Otros medios publicaron que no eran cinco, sino 16
personas las secuestradas, hubo quien aseguró que eran 12. La difusión de las
imágenes horas después, paró en seco la rumorología y las autoridades de
Jalisco señalaron que se tenía la certeza de que Alfredo Guzmán Salazar iba en
el grupo de cinco personas que se habían llevado los hombres armados.
El plagio fue
atribuido por diversas fuentes del gobierno a integrantes del Cartel de Jalisco
Nueva Generación (CJNG), encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “el
Mnecho”, jefe de la organización que junto a sus cuñados del clan conocido como
“los Cuinis”, los hermanos González Valencia, forman la cúpula del grupo
criminal que más ha crecido durante este sexenio, y a quienes se identifica
como los responsables de la violencia en Veracruz y Tijuana, donde disputan
contra organizaciones locales el control del trasiego de droga.
A mitad de semana este
blog contactó con fuentes militares en Jalisco quienes señalaron que el caso
estaba considerado como “relevante”, en virtud de la red de intereses
criminales que la organización de Sinaloa y el CJNG tienen a lo largo del país.
Habría que esperar a que las autoridades civiles dieran la versión completa,
una vez que la PGR anunció que se haría cargo de las pesquisas, señalaron.
A raíz del ataque de
mayo del 2015 contra un helicóptero de la fuerza aérea donde seis militares
perdieron la vida y 12 más resultaron heridos, se difundió que el ejército le
retiró la confianza a Eduardo Almaguer Ramírez, fiscal general de Jalisco, cuyo
círculo más cercano según reportes de inteligencia, estaba “infiltrado” por las
huestes del “Mencho”.
Las horas más largas
Desde mayo del 2012
Alfredo Guzmán Salazar y su hermano Iván Archibaldo fueron boletinados por el
Departamento del Tesoro estadounidense, junto a su madre Alejandrina Salazar,
como parte de la red de lavado de dinero del llamado cartel de Sinaloa. Los
hermanos también se encuentran en la lista de la DEA como parte de una
investigación criminal iniciada en el año 2009 por la fiscalía de Chicago
contra su padre, y donde fueron identificados como operadores en diferente
escala del tráfico de drogas.
El Chapo se refiere a
su hijo Alfredo como “Fredy” o “Alfredillo”, alguna ocasión en Culiacán hace algunos
años, Iván Archibaldo decía a sus allegados que su hermano era “fregón” para
las “las matemáticas”, tal vez por eso su padre le encargó parte de las
operaciones financieras durante un tiempo.
El plagio de Alfredo
el pasado día 15 de agosto, tuvo también un momento que de nuevo se prestó a la
especulación. Un hombre que estaba en el festejo, y que salió del lugar
momentos antes de que arribara el grupo armado, fue identificado como “quien
los puso”, otra señalaba que se trató de Iván Archibaldo que momentos después
tomó un vuelo para dejar la costa de Jalisco.
El sitio web de
noticias sinaloense lapared.com publicó que desde el jueves por la noche
“comenzó a circular la especie” de que Alfredo Guzmán Salazar había sido
liberado. Al paso de las horas hubo un “vacío informativo”, el sábado el sitio
de internet del semanario Río Doce señaló que dos fuentes diferentes habían
confirmado que el hombre de 29 años de edad estaba libre.
La identidad de quién
estuvo detrás del plagio de nueva cuenta generó versiones contradictorias. Una
especuló que un “grupo de secuestradores” había logrado un pago por la
liberación de Alfredo, mientras otra señaló que por su libertad el CJNG había
conseguido que la organización de Sinaloa le “cediera varias plazas”.
El suceso de Puerto
Vallarta se dio en los días en que la Comisión Nacional de Derechos Humanos
presentó su informe sobre la masacre ocurrida en mayo del 2015 en la comunidad
michoacana de Tanhuato, donde 42 individuos murieron en lo que oficialmente se
dijo fue un enfrentamiento entre presuntos narcotraficantes con la Policía
Federal. La CNDH señaló que la corporación ejecutó der manera “arbitraria” al
menos a 22 de los civiles, además de que alteró la escena donde ocurrió la
masacre. Otro hecho de la agenda noticiosa fue la caída del índice de
aceptación del presidente Enrique Peña Nieto, el cual llegó a niveles nunca
vistos para el cuarto año de un sexenio de cualquier presidente de México.
En este contexto el
“secuestro” de uno de los hijos del Chapo Guzmán, y su probable liberación, se
dio en medio de más especulaciones sobre la identidad de seis cadáveres
encontrados por esos días en Tlajomulco de Zúñiga, municipio conurbado a
Guadalajara, donde se dijo que un militar ex escolta de los vástagos del capo
estaba entre los fallecidos. Ante los rumores y la imprecisión de la
información, el caso de Alfredo Guzmán solo dejó dudas y preguntas sin
respuesta sobre la finalidad y la identidad de los probables autores del
suceso.
Fuente.-Juan Veledíaz
@velediaz424
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