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lunes, 29 de febrero de 2016

LA "BODA FRUSTRADA de la MAESTRA GORDILLO"...del odio,la "venganza política".


El pasado 23 de diciembre, Luis Antonio Lagunas presentó una solicitud de matrimonio en el Registro Civil de la ciudad de México, cuya ceremonia se llevaría a cabo en una casa en Cuajimalpa. La solicitud no era una de tantas. Lagunas pretendía desposar a Elba Esther Gordillo, la ex líder del sindicato de maestros presa desde hace tres años por delincuencia organizada, fraude y lavado de dinero. 

La boda estaba programada el dos de enero de este año, fecha en que estaban seguros estaría en su casa, en prisión domiciliaria, como consecuencia de un amparo que su defensa busca desde enero de 2015 por razones de edad y salud. El amparo no llegó. Pese a las muchas fallas, omisiones y errores de la PGR en la acusación, un juez le dio la razón.   

La programada boda es uno de los episodios más extraños en el litigio y que más intriga, por la secrecía con la que la manejó. Personas cercanas a ella aseguran que en ningún momento comunicó a su familia, o a su abogado Marco del Toro, su intención de casarse con Lagunas, quien fue contratado por su defensa cuando la detuvieron para servir de enlace permanente de la maestra con Del Toro. El abogado se convirtió en un gestor eficiente de las necesidades de la maestra y un facilitador de trámites para toda su familia. Lagunas salió del despacho de Del Toro a finales de 2014, pero la maestra lo contrató para seguir atendiéndola.   

Lagunas no es un abogado penalista, pero tenía experiencia en asuntos penitenciarios. Conforme pasó el tiempo, Lagunas se convirtió en la persona que más tiempo pasaba con ella, aunque personas cercanas a ella dicen que nunca notaron una relación más allá de la profesional. Sin embargo, de acuerdo con la documentación presentada en el Juzgado Undécimo del Registro Civil de la ciudad de México, Gordillo y Lagunas estaban decididos a casarse. La boda se celebraría el 2 de enero en la casa en Cuajimalpa donde ella, esperaban, estaría confinada en prisión domiciliaria, enfrentando el proceso en su contra.   

La solicitud de matrimonio fue acompañada con el acta de nacimiento de la maestra y una copia de su pasaporte, donde se registra su fecha de nacimiento el 6 de febrero de 1945 (tiene 71 años) en Comitán, Chiapas, mientras que él presentó su credencial del IFE y una copia de su acta de nacimiento, donde se lee que nació en Chilapa de Álvarez, Guerrero, el 23 de agosto de 1983 (tiene 32 años). Presentaron también un convenio de separación de bienes, firmado por los dos contrayentes. Las firmas que aparecen en el documento fueron cotejadas con sus firmas en otros documentos y se ven iguales. Lagunas presentó como comprobante de domicilio un recibo de Telmex con la dirección de un departamento en el edificio blanco que se encuentra en Reforma 222, donde la maestra tiene varias propiedades. 

No se sabe si la dirección del recibo telefónico corresponde a un inmueble propiedad de ella.   

La boda no se concretó. La solicitud fue rechazada porque Lagunas nunca presentó la copia certificada del amparo y faltaron las actas de nacimiento originales. La lucha por lograr que enfrente su proceso en su domicilio ha sido tortuosa. El 8 de febrero el Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, le concedió a la maestra un amparo para reponer parte del procedimiento por el cual se le negó el beneficio de la prisión domiciliaria. En respuesta, los ministerios públicos federales interpusieron un recurso en contra de esa sentencia para evitar que la resolución sea revocada. Una vez más el amparo regresó al Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, que había fallado previamente en contra de la maestra.   

La defensa de Gordillo alega además de la edad, su salud. Por ley, después de los 70 años puede tener el beneficio de la prisión domiciliaria, a lo que se le añaden dos aneurismas que tiene y un deterioro del único riñón que le queda. Si bien la boda es del ámbito privado, el estado de salud emocional que sugiere la secrecía de la boda de su familia y abogado, al mal estado físico en el que se encuentra, la posibilidad que el ajuste de cuentas político del gobierno, tenga consecuencias funestas, la coloca en el campo del interés público.   

El trato contra la maestra ha contrastado con el trato a narcotraficantes. Por ejemplo, la PGR dejó salir en libertad en 2013 a Rafael Caro Quintero, sentenciado a 40 años por narcotráfico y el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena en 1985, con lo que cambió para siempre la relación entre México y Estados Unidos, y que provocó un conflicto político con Washington. 

En septiembre pasado, un juez federal concedió la prisión domiciliaria a Ernesto Fonseca, de 85 años, acusado por los mismos delitos que Camarena.   

Es más fuerte el odio a ella que a los narcotraficantes. La conserjería jurídica de la Presidencia contrató abogados externos para cabildear en los juzgados contra el amparo de la maestra, y sumó a esa presión, sin tener atribución para ello, al jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Alberto Bazbaz. La boda frustrada es más que una anécdota en este caso. Con el paso del tiempo se incuba con mayor solidez la percepción que su detención y proceso, es una venganza política.   

Fuente.-twitter: @rivapa



"EMMA CORONEL,su VIDA con el CHAPO",la "BODA,los AÑOS DORADOS y... la DEA.

Se encontró con él fortuitamente a mitad de una pista de baile en un pueblo de Durango. Ella tenía 17 años; él, 35 más. En ese momento se marcó la vida de Emma Coronel Aispuro, ahora esposa de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, el preso más célebre de México. En entrevista con Proceso, la joven nacida en California narra su historia y la historia de la vida en pareja con quien es considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, ahora preso. “No hay ningún lecho de rosas ni nada de eso”, confiesa.
El encuentro apenas duró 15 minutos. Después de tres días de espera, a mediados de enero Emma Coronel Aispuro logró que la dejaran entrar al penal El Altiplano para ver a su esposo, Joaquín Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, recapturado el pasado 8 de enero. Al cubículo entraron hombres encapuchados quienes traían a El Chapo totalmente sometido y seguido por un perro. Él se sentó, pero los guardias se quedaron a escasos centímetros; ella podía sentir su respiración en la nuca y su mirada intimidante.
Durante los seis meses anteriores, mientras Guzmán era fugitivo, la pareja apenas había podido encontrarse dos veces. Ninguna en Navidad, como afirma la Procuraduría General de la República. En medio de la tribulación, Emma y el capo apenas pudieron hablar de lo elemental. Cómo se encontraban ella y las gemelas de cuatro años que procrearon; cómo estaba su madre, Consuelo Loera; y cómo estaba él. Por primera vez Guzmán Loera parecía estar acorralado. Sólo había algo que le pesara más que haber perdido la libertad: no poder ver a sus seres queridos.
“Si hubiera sabido que no iba a poder estar con todos los que quiero, no hago esto”, murmuró. Emma pensó que se refería a haber escapado del Altiplano el 11 de julio de 2015, pero en realidad nunca hablaron específicamente de eso.
Pero si alguien sabe que “el hubiera no existe” es ella, quien a los 17 años, en un baile de pueblo en la región de La Angostura, Durango, se topó en medio de la pista con un hombre que era 35 años mayor que ella y que le sonrió. Emma bailaba con su novio; él, con otra joven. Tal vez por temor a ser rechazado, a través de una tercera persona la invitó esa noche a bailar y ella aceptó. No era nada especial, en realidad le hubiera dicho que sí a cualquiera, porque esa era la tradición para las jóvenes, incluso aunque tuvieran novio.
Después de ese encuentro fortuito Emma no terminó inmediatamente la relación con su novio y no volvió a ver a Guzmán Loera hasta meses después.
El pasado viernes 12 me reuní con Emma Coronel para hacerle una entrevista, la primera que da tras ocho años y medio de matrimonio con El Chapo. Durante más de dos horas, sin prisas, habló de su vida al lado de quien es señalado por el gobierno de Estados Unidos como el narcotraficante más poderoso del mundo. Aceptó, sin condiciones, la lluvia de preguntas de esta reportera.
Esta es la historia de Emma Coronel, según su propia versión y en sus propias palabras, contada por primera vez. A veces nerviosa, otras evasiva, poco a poco fue narrando el impacto en su vida de saberse casada con el criminal más buscado del mundo.
Una muchacha de California
Coronel tiene toda la estampa de una joven del norte de México: alta, de piel blanca como porcelana, grandes ojos marrón, cabello que le cae como cascada en la espalda y una silueta curveada sin exageración. De familia humilde, nació el 2 de julio de 1989 cerca de San Francisco, California. Exactamente en Santa Clara, como indica el acta de nacimiento obtenida por la reportera.
–¿Por qué nació ahí?
–Como que no fue nada planeado, fue de última hora. Mi mamá se pasó de “mojada”, que en aquel tiempo era mucho más común, mucho más fácil; tocó que allá nací, ninguno de mis hermanos nació allá ni nada, no fue planeado ni lo decidieron. Fue ahora sí que de mera casualidad.
Al mes y con un acta de nacimiento que la acredita como ciudadana estadunidense regresó a Canelas, Durango, municipio enclavado en la zona de influencia de los cárteles de Sinaloa y de Guadalajara desde hacía décadas. Ahí las esperaban su padre, Inés Coronel, y su hermano mayor, Omar. La familia se hizo más extensa cuando llegaron su hermana Claudia, y Édgar.
–¿De dónde es originaria su familia, su mamá y su papá?
–Del rancho cerquita de donde yo soy originaria, La Angostura, de ahí también son mis papás. Toda la vida han vivido ahí, yo también hasta los 18 años viví ahí.
–¿Cómo es ese lugar?
–Es un rancho común y corriente, como cualquier otro, son personas humildes…
–¿De qué vive la gente ahí?
–Pues mucha gente se va a trabajar a Culiacán, otras personas se han ido a Estados Unidos, sobreviven, sobreviven pero todo muy humildemente. A mí me gusta porque ahí viví toda mi niñez… ahí me crié con mis hermanos, con mis papás. Ahí no se ve nada de cosas extravagantes, de cosas que se ven en la ciudad que son tan estresantes; es una vida muy tranquila. La extraño demasiado –dice casi para sí misma, con un dejo de nostalgia.
Afirma que su madre era ama de casa. Su padre desde muy niño se dedicaba a sembrar maíz y frijol, y ya más recientemente, a la venta de autos usados en la frontera con Estados Unidos.
–¿Hubo un momento, cuando eras niña, que hayas regresado a Estados Unidos?
–Sí, este, a los 11 años me fui con la familia de mi mamá; estudié un año en Estados Unidos, y a los 12 me regresé.
–¿Por qué te fuiste?
–Mis papás me mandaron para que aprendiera inglés, para que viera cómo era donde había nacido, más que nada. Sí me gustó, pero yo me quise regresar porque los extrañaba mucho; no me acostumbré. Estaba lejos de donde yo soy y extrañaba mucho a mi familia. Al año los convencí de que me regresaran.
Meses después de aquel baile y primer encuentro con El Chapo, Emma decidió participar en el concurso para elegir a la reina de la Feria del Café y la Guayaba, que en febrero de cada año se lleva a cabo en Canelas. Su novio, muy celoso, no estaba de acuerdo en que participara en el certamen y eso provocó la ruptura. Con orgullo ella afirma que ganó por méritos propios, no porque Guzmán Loera haya influido en el resultado.
“Gané con muchísimos votos y a partir de entonces fue cuando se hizo, pues, un escándalo de él implicándolo en mi vida, y todavía no estaba en mi vida”, asegura.
La boda
Guzmán Loera, fugitivo luego de escaparse en enero de 2001 de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, la comenzó a visitar en su casa.
–Es un hombre que le lleva muchos años, pareciera una relación difícil de entender.
–Yo digo que lo que me conquistó de él fue su plática, su forma de tratarme… no me llevó grandes regalos ni grandes cosas, sino que él se gana a las personas por su forma de ser.
–¿Cuándo realmente se unen ustedes como pareja?
–¿Que nos casamos o cómo…?
–Sí, que te unes, que te vas a vivir con él, que hacen una vida de pareja.
–Fue cuando nos casamos en 2007, nos casamos por la iglesia nada más y a partir de entonces somos pareja.
–¿Dónde fue la boda?
–En mi casa. Nada más estuvieron muy poquitas personas. Mi familia más allegada… He escuchado que no sé cuánta gente hubo, funcionarios… no sé. No es cierto, fue nada más mi familia, las personas del rancho.
En septiembre de 2007 el nombre de Emma Coronel Aispuro y su boda salieron a la luz cuando la periodista Patricia Dávila publicó en Proceso una crónica sobre el enlace del capo y la reina de belleza. Ahí se describió una boda con varios invitados, incluyendo políticos de Sinaloa, y un cinturón de protección compuesto por el propio Ejército mexicano.
La autora de este reportaje obtuvo por otra vía información similar e incluso los nombres de algunos de los supuestos invitados. Insistentemente en la entrevista Emma negó que su boda hubiera sido así.
–¿No hubo políticos en tu boda?
–No, yo nunca lo he visto a él con un político.
–¿Había militares en tu boda?
–No. Todo fue algo muy chiquito, con pura familia, no hubo las grandes bandas que dicen, nada de eso.
–¿Y en qué iglesia se casaron?
–No, este, no fue en una iglesia, fue un padre del municipio de Canelas, fue y nos casó ahí.
–¿Y de la familia de él quién fue?
–Nadie.
–¿Traía escoltas?
–Ya no recuerdo… en ese tiempo; pero eran más amistades de él…
–¿Es verdad que tu tío es Ignacio Coronel? –pregunto. Durante la primera década del siglo, Ignacio Coronel fue considerado “rey de las metanfetaminas”, socio del Cártel de Sinaloa, jefe en Jalisco. El gobierno de México afirma que cayó muerto en un operativo del Ejército en 2010, en Guadalajara.
–No. No es verdad. Si bien tenemos el mismo apellido, hay muchas personas que se apellidan igual y no son familia. El señor no es mi tío, de hecho no lo conozco.
–Porque se había dicho que supuestamente era a través del señor Ignacio Coronel, que trabajaba con Joaquín Guzmán Loera, que se habían conocido. ¿No fue así?
–No. En unas ocasiones han dicho que es mi papá también (Ignacio Coronel), otras que es mi tío, pero no es ni mi papá ni mi familiar. No lo conozco.
–¿En ese momento tú ya entendías quién era Joaquín Guzmán Loera?
–Creo que no
Los años dorados
Pasaron la luna de miel en un rancho. Pese a su presunta cuantiosa fortuna, Guzmán Loera no pudo ofrecer a su joven esposa algo mejor. Nunca viajaron al extranjero y si Guzmán Loera llegó a viajar a Argentina y otros lugares, como se ha dicho en la prensa, “no me ha llevado con él”, asegura.
Después ella se mudó a Culiacán y comenzó sus estudios de preparatoria, a sugerencia de él.
–Después estudié ciencias de la comunicación. No lo he ejercido pero me gusta mucho el periodismo.
Afirma que los estudios los realizó en la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde se inventó un mundo paralelo al mundo criminal en el que navegaba su marido. Si él podía mantenerla como una parte compartimentada de su vida, ella también aprendió a “compartimentar” ser la esposa del Chapo.
–¿Aquí, en Culiacán, con quién vivías, quién era tu círculo cercano?
–Mi familia… se fueron viniendo poco a poco, y amigas, más que nada. Amistades mías que yo hice de la escuela o familiares. Pero todo bastante normal, bastante tranquilo, nada extravagante… soy una persona normal.
Después de la entrevista Emma comenta que no le gusta dar su nombre y que incluso hay amistades que no saben quién es ella, porque así se siente más cómoda.
“Hace poco entre amigas escuché un comentario sobre viajes y dieron el nombre de un viaje que estaba carísimo y una comentó ‘ni que yo sea mujer del Chapo’, sin saber que yo sí lo era”, comenta. “Si supieras, m’ija, lo difícil que es serlo, no hay ningún lecho de rosas ni nada de eso”, pensó ella. Pero no dijo nada.
Fue durante los años de matrimonio con Emma cuando Guzmán Loera se convirtió en una negra leyenda. Desde 2009 la revista Forbes lo señaló, cuatro años consecutivos, como uno de los hombres más ricos del mundo. En 2011 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo nombró el narcotraficante más poderoso del mundo. Ningún traficante había logrado tanta atención, ni siquiera Pablo Escobar, el colombiano líder del Cártel de Medellín.
Durante esos años dorados los encuentros entre Emma y El Chapo parecen haber ocurrido sin un esquema. A veces se veían cada fin de semana… o podían pasar meses. “…Ocurría cuando todo estaba medio normal, dentro de lo que cabe”.
Ella se quedaba estable en algún lugar, principalmente en Culiacán. Era él quien cambiaba constantemente de lugar. “Yo iba cuando él ya estaba en un lugar establecido y estaba muy tranquilo. Sí escuchaba que había días que no la pasaba tan bien, pero no estaba yo; yo iba cuando todo estaba tranquilo”, admite.
Señala que tras la publicación donde se reveló su boda con el capo ella no le dio tanta importancia. “Cuando comencé a preo­cuparme más fue cuando nacieron mis hijas y también salió en los medios”, dice refiriéndose a la publicación de Los Angeles Times, que informó que en agosto de 2011 Emma y El Chapo se convirtieron en padres de gemelas.
“Cuando uno tiene hijos cambia la forma de pensar y de ver la vida. Para mí fue entonces cuando empecé a pensar la situación, que todo estaba un poco difícil”. Dice que quisiera que sus hijas hagan una vida normal y no tengan problemas como otros hijos de Guzmán Loera. “…Solamente por ser sus hijos se tienen que andar escondiendo, porque el gobierno ha decidido que también ellos tienen que pagar…”.
“Me da mucha tristeza pensar que en estos momentos no pueden ver a su papá, que de grandes puedan ser juzgadas, que las puedan señalar por cosas que ellas no tienen ni idea”, dice sobre sus hijas.
Aunque reconoce que su esposo pudo estudiar poco– según su expediente de ingreso a la cárcel, en 1993, hasta tercero de primaria–, lo califica como un hombre “muy inteligente… su inteligencia es a base de las pruebas de la vida, es un hombre muy inteligente, muy humano”.
Señala que durante todos estos años que su esposo fue prófugo nunca lo vio preo­cupado o alterado, ni aun en los momentos de mayor persecución. “Él en ningún momento demuestra que está preocupado por algo. Puedo decir que hemos tenido muy buena relación, siempre nos hemos llevado muy bien. Es un hombre muy atento, muy cariñoso, muy respetuoso, muy alegre, que hace que se te olviden los problemas cuando lo ves a él y sabes que tiene muchísimos problemas y está como si nada. Todo muy tranquilo, muy normal…”. Asevera que durante el tiempo que ha estado con él nunca vio drogas ni armas.
El retrato que hace de él se contrapone con las decenas de declaraciones de testigos rendidas ante los gobierno de México o Estados Unidos, que lo retratan, desde que estuvo preso por primera vez en 1993 hasta sus años de mayor poder, como un narcotraficante sin escrúpulos.
Los socios, los hijos
–En estos años de 2007 a 2014 se supone que era prófugo de la justicia, se supone que el gobierno de México lo buscaba, quería meterlo a la cárcel; se supone que el gobierno de Estados Unidos lo buscaba. ¿Cómo era vivir así?, ¿se cambiaban constantemente de lugar?; en ese sentido, ¿cómo era la vida que llevaban?
–Efectivamente, siempre ha estado cambiándose de lugares.
–¿Usted sabía a qué se dedicaba? ¿Sabía que traficaba drogas?
–No. De hecho a mí no me consta que él trafique drogas, nunca he visto drogas ni con él ni con nadie; nunca lo he visto haciendo un trabajo ni cosas así. A mí no me consta.
–¿Usted ha visto ese video que circuló en las redes sociales, donde está él supuestamente frente a una cámara de video y señala que se ha dedicado al tráfico de drogas y que esa situación ha sido por la propia situación, por el propio contexto en el que vivió?
–Sí, sí lo miré –responde refiriéndose al video grabado por El Chapo para la actriz mexicana Kate del Castillo y el actor estadunidense Sean Penn, dado a conocer por la revista Rolling Stone tres días después de su más reciente detención, en enero pasado.
–¿Y qué piensa de eso?
–Pienso que quiso que el mundo viera lo que en realidad él era y lo que había hecho, en lo que se había convertido, a base de qué circunstancias. Como que él quiso platicar su vida –admite.
Asegura que lo que ella sabía era que El Chapo no grabó el video con la intención de que fuera transmitido al público, sino sólo para que de ahí se tomara información para el artículo que Penn iba a escribir en Rolling Stone.
–¿Usted conoció al Mayo Zambada? –le pregunto. Ismael Zambada García, El Mayo, es uno de los principales socios de Guzmán Loera en el Cártel de Sinaloa; según las acusaciones criminales del gobierno de Estados Unidos, comparte igual poder dentro de la organización criminal.
–No. No lo conozco. Siempre que estábamos con mi esposo estábamos nada más él… cuando nos recibía nada más estaba él. Nunca lo miré con otras personas, ni que tuviera citas con otras personas y yo estuviera presente, no.
–¿Usted conoció a Vicente Zambada, el hijo del Mayo Zambada?
–No. No lo conozco. Lo miré en la televisión, nada más.
–La relación con su familia, con sus hijos, ¿cómo ha sido todos estos años? ¿Con sus primeras parejas, esposas? ¿Cómo es esta relación siendo una familia tan extensa?
–Han sido pocas las ocasiones que me ha tocado verlos, pero muy bien, muy tranquila, muy amables. Puedo decir que sus hijos son unos muchachos muy educados, muy amables, como él. Se quieren demasiado como papá e hijo, como cualquier persona. El problema también es el hecho de que ellos siempre se tienen que estar cuidando por ser hijos de él, que no es que primero los investigan y luego los acusan, sino que primero los acusan y luego investigan.
Iván Guzmán Salazar, uno sus hijos mayores, fue arrestado por el gobierno de México en 2005 y liberado en 2008. Y José Alfredo, del mismo apellido, es acusado de tráfico de drogas en una corte de Illinois junto con su padre. Ambos son producto de su primer matrimonio, con Alejandrina Salazar.
La DEA
–¿Guzmán Loera hablaba con alguien del gobierno estadunidense?, ¿conocía a gente de la DEA?
–Que yo sepa, no; nunca he sabido que tenga negociaciones ni que haya hablado con una persona de la DEA. Yo más bien creo que a la DEA lo que le importa es tener comunicación con personas que puedan aportarle cosas, como es ponerle a otras personas, y saben perfectamente que él nunca haría eso; entonces, como que por ese lado nunca han tratado de buscarlo.
En una corte de distrito en Chicago, Vicente Zambada, quien fue detenido en Mexico en 2009 y extraditado en 2010, afirmó ante el juez que el Cártel de Sinaloa, a través del abogado del Chapo, Humberto Loya Castro, había ayudado a detener y matar a miles. Y que gran parte de esa información provenía directamente de Guzmán Loera, quien, según su abogado, José Refugio Rodríguez, está abierto a no obstaculizar la extradición a Estados Unidos si llega a un convenio con ese gobierno.
Emma afirma que el gobierno de México ha inventado muchas historias falsas de su marido para tener a quien echarle la culpa de las cosas malas que pasan en el país. “Para tener entretenidas a las personas y no dejarnos ver lo que realmente pasa… como es tanta pobreza que hay, tantas personas desaparecidas que no encuentran y que no saben cómo explicarlo. Es mi opinión”.
En febrero de 2014, cuando fue detenido por la marina en Mazatlán, Emma estaba ahí. Lo visitó religiosamente en El Altiplano durante el año y medio que estuvo preso. Afirma que se enteró por los medios de comunicación de su fuga el 11 de julio de 2015 y supo, por los mismos medios de comunicación, que fue detenido la mañana del 8 de enero pasado en Los Mochis, Sinaloa, mientras presuntamente huía en un auto robado.
–¿Qué sintió?
–Estaba preocupada por lo que le pudieran hacer… las represalias que pudieran tomar en su contra por lo pasado; muchos pensamientos encontrados.
–¿Temía usted por su vida
–Por supuesto. Aún temo.
Emma Coronel, la exreina de belleza de Canelas, fue de nuevo a la misma prisión de donde había escapado su marido, para verlo. Después de esperar ahí tres días, desde la mañana hasta el anochecer, la dejaron verlo 15 minutos en el área de visitas del Altiplano. Ella afirma que su vida corre peligro y que el gobierno de México, en venganza por la humillante fuga, lo maltrata y “tortura lentamente”.
Aunque el gobierno lo niega, ella y Rodríguez, el abogado, reiteraron a esta reportera que su estado de salud es muy delicado. Por el constante pase de lista y la presencia de personal camuflado fuera de su celda, no ha podido dormir y tiene la presión en 190. Es decir, al borde de un infarto o una embolia. Fuentes consultadas esta semana dentro del penal confirmaron que el estado de salud del Chapo está muy deteriorado.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos se negó a informar sobre la salud de Guzmán Loera y señaló que no podrán hacer ningún pronunciamiento mientras no termine la investigación.
“Si hubiera sabido que no iba a poder estar con todos los que quiero, no hago esto”, murmuró el capo a Emma Coronel en su breve encuentro a mediados de enero; y desde entonces no ha podido ver ni hablar con nadie de su familia.
fuente.-

LA "SALUD del CHAPO es GRAVE",dice ESPOSA del CAPO...lo "obligan" a hablar lo "imprescindible" y que calle lo "inconfesable".


El estado de salud de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa en la cárcel de máxima seguridad del Altiplano es grave, afirmó en entrevista Emma Coronel, concedida este domingo 28 de febrero después de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), le informó que habían logrado conseguir que el penal le permitiera entrar a ver a su esposo de manera urgente. El encuentro se llevó a cabo el pasado sábado.
“Mija ya nada más estoy comiendo para no morirme pero pues sí me siento muy mal”, dijo Guzmán Loera a su esposa durante la visita de 20 minutos ante la presencia de los guardias quienes, de acuerdo al testimonio de Coronel, lo amenazaron de que sólo podía hablar lo imprescindible y no acercarse a su esposa.

Coronel señaló que además de tener la presión arterial muy alta a consecuencia de que no lo dejan dormir, ahora también padece de crisis nerviosa por el presunto maltrato que sufre en la cárcel a manos del gobierno de México.

“Me cuesta un poco de trabajo aceptar esta llamada debido a que me siento muy mal y pues no me siento como para estar platicando pero toca aguantarme, más que nada quiero que quede el antecedente de que yo dije y que he hecho muchas manifestaciones, he metido muchos amparos, he metido muchas quejas a derechos humanos para que si algo le pasa a su salud no quieran venir a decirnos, a inventarnos que pasó otra cosa”, afirmó Emma Coronel llorando, con temor de que la situación de Guzmán Loera se torne peor.

Estos hechos ocurren en el marco de dos solicitudes de extradición hechas por el gobierno de Estados Unidos las cuales ya están en trámite, y luego de declaraciones públicas realizadas por el principal responsable de la defensa de Guzmán Loera, José Refugio Rodríguez, quien dijo que su cliente estaría dispuesto a irse extraditado y no poner obstáculos legales si llega a un acuerdo con el gobierno estadunidense.

“Hago responsables a los encargados de ordenar y tenerlo en esa situación. Los hago responsables de lo que le pase a su salud”, afirmó Coronel, quien se escuchaba afectada por la condición de su esposo.

“Yo no sé cómo piensan que yo sería capaz de estar jugando y exponiendo que su vida está en peligro si es el papá de mis hijas. Dicen que es mentira, yo sería incapaz de jugar con la vida y la salud de un ser humano, más si es el padre de mis hijas”, señaló.

En Estados Unidos El Chapo Guzmán tiene seis acusaciones penales abiertas en seis cortes de distrito diferentes en las que se le acusa del tráfico de más de 700 mil kilogramos de cocaína así como de haber sobornado a distintos funcionarios en México y de, a través de sicarios, presuntamente haber ordenado cientos de actos violentos. Es considerado por el gobierno de EU como el narcotraficante más poderoso del mundo y hasta enero pasado era el criminal más buscado.

En México tiene 10 causas penales abiertas por delincuencia organizada, pero el gobierno de México ha declinado su interés en juzgarlo ya que ha dicho que lo enviará extraditado a EU.

El 21 de enero, 13 días después de la recaptura de El Chapo, Coronel presentó ante la CNDH la queja folio 5645/2016 (Proceso 2047) por el presunto maltrato y mal estado de salud de Guzmán Loera en el Altiplano. Se señaló que lo mantienen aislado del resto de la población penitenciaria, no le permiten salir al patio ni le dan los estímulos que a los demás internos sí se les proporcionan. También, reportó, se le impide ir al comedor, le toman pase de lista cada hora identificándolo con una cámara y no le permiten dormir.

A principios de febrero la defensa de Guzmán Loera interpuso un amparo denunciando que a su cliente lo tenían incomunicado, segregado y víctima de “tratos crueles e inhumanos” y acusaron de “tácticas” por parte de personal camuflageado dentro de la prisión, que pretendían convertir a su cliente en un “zombie”, no lo dejaban dormir por el constante pase de lista hecho por unos guardias que están físicamente fuera de su celda.

El 12 de febrero, en entrevista exclusiva con la autora de este reporte, Coronel afirmó que decidió salir a la luz pública ante la situación de salud de su esposo, quien fue recapturado el 8 de enero pasado en Los Mochis, Sinaloa tras la escandalosa fuga del Altiplano ocurrida el 11 de julio de 2015.
“Bastante cruel lo que están cometiendo, están tratando de cobrarse lo de su fuga. Dicen que no lo están castigando, por supuesto que sí. Están todo el día con él, viéndolo en su celda. Todo el día están ahí, están pasando lista a cada hora, no lo dejan dormir, no tiene privacidad ni para ir al baño”, afirmó en esa ocasión Coronel.

El director del penal, Salvador Almonte, emitió la semana pasada un comunicado en el que afirmó que no existía ninguna tortura contra Guzmán Loera y negó que la vida o salud del reo se encuentre en peligro. “Busca victimizarse”, afirmó el funcionario público. Lo mismo aseguró el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong , a quien El Chapo se le escapó de prisión el año pasado y afirmó públicamente que a Guzmán Loera se le da el mismo trato que a los otros reos de su peligrosidad.

Pese a la versión oficial del gobierno de Enrique Peña Nieto, todo indica que la salud del líder del Cártel de Sinaloa sí es delicada. Coronel afirmó que el lunes de la semana pasada un funcionario de la CNDH la llamó para informarle que ya habían hecho una primera visita a Guzmán Loera en la prisión y que habían confirmado que tenía la presión alta como lo denunció su esposa y sus abogados.

A las 2 de la tarde del 27 de febrero pasado, Coronel pudo ver a Guzmán Loera en un área del penal de máxima seguridad. Llegó acompañado de la guardia especial que se le puso desde su ingreso.

“A pesar de que estamos a escasos centímetros le advirtieron a él que no podía tocarme ni nada”, señaló Coronel sobre el encuentro. Al preguntarle cómo fue trasladado, afirmó que no pudo ver: “no pude ver cómo porque es una pared, pero escuché cómo le estaban quitando las esposas, incluso que estaban amenazándolo diciéndole con voz en un tono muy humillante que hablara justo lo necesario, rápido, que no me tocara y pues no, una forma muy, muy inhumana la que me tocó presenciar”.

“Lo que más me tiene preocupada es su salud. Que a pesar de que ya fui a derechos humanos y me dijeron  que ya llevaron un doctor de derechos humanos que efectivamente confirmó que está mal. Él (funcionario de la CNDH) me dijo que había hecho la petición al penal de que tenían que dejarlo descansar pero pues no, hicieron caso omiso porque él me dijo que para nada, en ningún momento ha mejorado, que lo dejen descansar unas horas ni nada, todo ha seguido exactamente igual”.

Coronel señaló que vio a Guzmán Loera “bastante demacrado, un color mal, debido a que no ha tomado el sol, pero él dice que eso no es lo que esté pidiendo, nada más quiere dormir, se ve bastante mal, bastante delgado y sólo está comiendo para no morirse”.

De acuerdo con la esposa de El Chapo Guzmán, éste le dijo que “se siente muy mal, le duele mucho la cabeza, le están pasando lista constantemente. Él dice que mientras llega el pase de lista se queda muy nervioso y ya no puede conciliar el sueño en ese momento antes de que le pasen la lista, debido a que ya está su cerebro activado y un tanto nervioso”.

Él le informó que lo están revisando constantemente “pero de qué sirve que le estén tome y tome la presión y verificando que sigue mal si no hacen lo que saben que tienen que hacer para que mejore su salud”. En el Altiplano lo único que le han ofrecido es una pastilla para dormir pero él se niega a tomársela porque va a estar sedado cuando le pasen lista, lo van a querer despertar a la fuerza.

Coronel aseguró que nunca había visto a su esposo en esa condición y que no existe ningún antecedente de presión alta en la familia de su esposo que justifique su actual estado de salud.
-¿Teme por la vida de su esposo?
– Sí, mucho más ahora que veo que nada mejora y conforme van pasando los días está más malo.
La esposa de Guzmán Loera afirmó
 que piensa que el gobierno de México quiere matar a su esposo.

La autora de este reporte pudo confirmar el mal estado de salud del líder del Cártel de Sinaloa a través de fuentes internas del penal y familiares de otros presos a quienes consta que la salud del capo se ha deteriorado notablemente tras su reingreso al penal.

Confirmaron que hay una consigna de maltrato contra ese interno, y que a ningún otro prisionero le dan el mismo trato, incluso ni a Miguel Ángel Treviño Morales El Z-40, líder del cártel de Los Zetas u otros de igual peligrosidad.

Desde la semana pasada se solicitó a la Tercera Visitaduría General de la CNDH, quien lleva el caso de la queja 5645/2016,   información sobre las dos visitas que han hecho a Guzmán Loera en el penal, pero el área de Comunicación Social informó  que no podían dar ninguna entrevista ni proporcionar información porque el caso estaba en investigación.

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