Las comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos del Senado, dominadas por Morena, aprobaron sin cambios el dictamen de reforma constitucional para prohibir el nepotismo electoral desde 2027 y la reelección consecutiva, pero hasta las votaciones de 2030.
Las reformas propuestas por la Presidenta Claudia Sheinbaum se aprobaron con 22 votos a favor, cero en contra y las abstenciones de los senadores panistas, quienes acusaron que la prohibición del nepotismo no incluye a los Poderes Ejecutivo y Judicial y sólo al Legislativo.
La farsa de la Señora Sheinbaum
La reforma constitucional impulsada por Claudia Sheinbaum para prohibir la reelección consecutiva y el nepotismo electoral presenta una dualidad jurídica y ética que ha generado debate. Aunque su aprobación legal está en curso, su aplicación diferida hasta 2027 (nepotismo) y 2030 (reelección) plantea cuestionamientos morales sobre la coherencia política del oficialismo.
Contexto legal de la reforma
- Prohibición de reelección consecutiva:
- Busca eliminar la posibilidad de que legisladores y funcionarios locales/federales se reelijan de forma inmediata, revirtiendo la reforma de 2014 que permitía hasta 12 años en el cargo.
- Su aplicación en 2030 permitiría a los actuales legisladores (incluidos morenistas) completar hasta tres periodos antes de la prohibición.
- Combate al nepotismo electoral:
- Impide que familiares directos sucedan a funcionarios en cargos de elección popular, con vigencia en 2027.
- No incluye a los poderes Ejecutivo y Judicial, lo que limita su alcance.
Contradicciones éticas y críticas
- Periodo de gracia como oportunidad política:
La postergación hasta 2027/2030 permite que figuras como Félix Salgado Macedonio (Morena) intenten suceder a familiares en Guerrero, o que clanes como los Monreal en Zacatecas consoliden su influencia antes de la prohibición. Esto genera la percepción de que el oficialismo aprovecha el vacío legal para una “última jugada” dinástica. - Hipocresía en la aplicación:
Senadores morenistas con vínculos familiares en el poder, como Alejandro Murat (hijo de un exgobernador) o Saúl Monreal(hermano de un líder partidista), votaron a favor de la reforma. Esta paradoja refuerza la crítica de que la medida es meramente cosmética y no ataca estructuras de poder internas. - Exclusión de otros poderes:
La oposición señala que la reforma ignora casos de nepotismo en el Ejecutivo (como nombramientos en la Fiscalía de CDMX) y en el Judicial (designación de ministros por apellidos). Ricardo Anaya (PAN) la tilda de “simulación” al no ser integral.
La tensión entre legalidad y moralidad
El dilema ético radica en que, aunque la reforma es legalmente válida (al establecer plazos para su implementación), su postergación contradice el principio de aplicación inmediatade medidas anticorrupción. Esto crea un vacío de legitimidad:
- Para la ciudadanía, posponer su vigencia sugiere que el gobierno prioriza intereses partidistas sobre la transparencia.
- Para la oposición, confirma que Morena reproduce prácticas que critica, como el nepotismo cruzado.
Conclusión
La reforma representa un avance normativo convenencieramente aplicado, pues su diseño temporal y selectividad la convierten en un instrumento de doble filo al permitir que dinastías políticas aprovechen los periodos de transición que debilitan su credibilidad ética.
La iniciativa “rompe inercias” pero no garantiza meritocracia plena, especialmente cuando el oficialismo mantiene casos emblemáticos de nepotismo activo que no considera los casos de redes familiares que ocupan varias posiciones en la función pública, como cita Ernesto Guerra.
La percepción de que es una herramienta para limpiar la imagen de Morena, más que para transformar estructuras de poder, explica el escepticismo ciudadano y la abstención crítica de fuerzas opositoras.
Con informacion: ELNORTE/
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