Hace 20 años, Villas del Río se presentaba como una de las zonas residenciales más prometedoras para vivir en Culiacán. Es un lugar que hace honor a su nombre está junto al río Culiacán, pero pasó de ser un área segura a una que ahora está cercada por “Los Chapitos”.
En uno de los accesos por donde cruza el tren, justo sobre la carretera Culiacán-Culiacancito, que a la vez sirve para ingresar al fraccionamiento Valle Alto, hay plumas ferroviarias con pintas que podrían pasar desapercibidas: “Chapiza 701” y en otro “La GN son puros marranos”.
A menos de un kilómetro de este lugar, el miércoles fue asesinado Halexy Guadalupe Velderrain Con, miembro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del Gobierno federal,a quien el Secretario Omar García Harfuch,reconocio como un elemento de investigación de su Policía que se basa en “coordinacion e inteligencia”,que fue rebasada por la “inteligencia sicaria, que lo identifico, ubico y lo ejecuto”.
Datos del Gabinete de Seguridad en Sinaloa establecen que Velderrain Con trabajaba en una tarea de investigación especial, siguiendo los pasos de laboratorios, dispensarios y miembros clave de la facción de los “Chapitos”.
Esa facción, relacionada con los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, es una de las que ha llevado la violencia en Culiacán a un nivel extremo, con más de 600 asesinatos y al menos 700 desapariciones de personas en un periodo de 100 días.
El grupo criminal pelea contra el de los hijos de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, quien el 25 de julio fue detenido en Estados Unidos tras haber sido presuntamente secuestrado por Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo”.
En Villas del Río no se ocultan los grupos criminales. Por esta colonia y en sus alrededores se pasean motociclistas que fungen como halcones, hay dispensarios de mariguana, máquinas tragamonedas y se encuentra en una área intermedia entre zonas de lujo y las rancherías al norte y poniente de Culiacán.
Apenas a cinco minutos en coche de donde están las pintas se localiza Huertos del Pedregal, el rancho donde aquel 25 de abril habría sido secuestrado “El Mayo” y asesinado el político Héctor Melesio Cuén Ojeda.
En esta zona, al norponiente de Culiacán, no hay cámaras de vigilancia, han sido baleadas todas. Aquí solamente vigila la Policía Municipal con una base en la que reposan patrullas viejas.
Cuando ocurrió el ataque al policía Velderrain Con, esos policías no llegaron.
Este territorio está tomado y hay pintas que delimitan los caminos, en las que los grupos criminales advierten que aquí son ellos los que mandan.
Con informacion: ELNORTE/
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