“QUE le PERDONEN la INSOLENCIA ?”: “DONDE esta DIOS cuando NARCOS LEVANTAN o EJECUTAN, DESCUARTIZAN y SECUESTRAN SIN PIEDAD y SIN HUMANISMO”…mas de 483 mil muertos desde 2007 y 120 mil desaparecidos.

El periodista Juan Pablo Becerra en El Universal+ publica una editorial donde plantea cuestionamientos profundos y dolorosos sobre la existencia de Dios frente a la realidad de violencia y sufrimiento en México,hemos abundado con enlaces e imagenes para fundamentar lo dicho y al final te ofrecemos algunas reflexiones para contribuir a enriquecerlo: 

“……Perdone la insolencia de la pregunta en pleno sábado vacacional y tres días después del cumple de quien -dicen- fue su hijo en la Tierra, lectora-lector, pero, ¿realmente usted sí cree en Dios?

Disculpe mi necia incredulidad, pero, ¿en serio sí cree en Dios?

Si usted insiste en su fe, lo cual yo no sólo respeto sino que admiro, ¿me puede explicar por favor dónde está Él? Es decir, ¿dónde se manifiesta hoy mismo, por ejemplo en el Narco–México de nuestras ejecuciones y desaparecidos?

Observo esa cosa que le llaman santa muerte sandunguear su terror por todos lados, desde Sinaloa a Chiapas pasando por Michoacán, Jalisco y Guerrero, pero no veo ni palpo que ese dios suyo, católico, cristiano o protestante, le dé de abrevar algo a tanta gente sedienta de paz que hay por ahí. No veo que alguna vez proteja a las víctimas del mal.

¿O le preguntamos a las madres de los desaparecidos en San Luis Potosí?

¿Y a los indigentes de Culiacán, en quienes, por $30 dólares, los cárteles prueban sus drogas nuevas que son igual o más potentes que el fentanilo?

¿Cuestionamos acerca de Dios a los hasta 40 mil menores de edad que el crimen organizado recluta cada año en México para convertirlos en halcones, mulas o sicarios? Ahí, en las almas de esos endemoniados niños y adolescentes armados, ¿está Dios acompañándolos cuando asesinan y está diosito cuando festinan sus proezas machamente?

Yo pensaría que, si a figuras vamos, ahí entre ellos seguramente estará Satanás conduciéndolos y arropándolos, pero si usted me afirma que Dios los cobija y perdona, entonces ya no entiendo nada. Digo, sé que muchos curas, por las buenas ($) o por las malas, cada semana los absuelven de sus atrocidades y los libran de sus pecados para que vayan de nuevo a aterrorizar a alguien más, pero, ¿Dios avala eso que hacen sus pastores?

Luego volteo a ver la cantidad de mujeres mexicanas agredidas,heridas, vejadas, violadas, desaparecidas y asesinadas y entonces me digo que dios ciertamente ha de ser el gran patriarca porque permite tanto machismo y feminicidio impune y un sistema cómplice que premia la misoginia. ¿O usted ve a los jerarcas religiosos encabezando luchas feministas en nombre de dios?

Veo las barbaridades provocadas por las minas terrestres criminales colocadas en Michoacán y me pregunto si dios está ahí cuando un soldado vuela en pedazos o un campesino y su hijo quedan descuartizados por los explosivos. 

Veo los drones bomba que los capos utilizan sin misericordia ahí mismo y en otros estados y, ante tantos levantados, secuestrados, desaparecidos, desollados, desmembrados, quemados y pozoleados, me sigo preguntando, desde hace años, dónde está Dios en medio de tanta barbaridad. ¿Hay dios? ¿Dios permite todo eso, o le vale? ¿O no es todopoderoso y omnipresente, como nos vendieron?

Entonces, regreso a las dudas: ¿les preguntamos si creen en Dios y si Dios están con ellas a las mamás de Coalcomán, cuyos hijos veneran a El Mencho del CJNG porque les obsequia juguetes en la plaza pública? ¿Quién va a ser la guapa mamá y el papá chulo que desafíe al señor y rechace los narco-regalos entintados de sangre?

O venga conmigo, vamos a otro lado: veo las barbaridades súbitas de los terroristas contra los israelíes y luego las atrocidades interminables de los israelíes contra los palestinos en Gaza, incluidos niños, bebés y mujeres asesinados de forma inmisericorde, y me pregunto de qué está hecho ese otro dios judío y aquel dios musulmán que consienten tanta deshumanización.

Medito sobre las dudas que me han asaltado en las últimas semanas acerca de la vida, la muerte, la humanidad y la existencia de Dios (así solía escribirlo yo, con mayúscula), de cualquier dios, porque esto no es de católicos, cristianos, judíos, o musulmanes, sino de todos quienes creen en un dios, sin importar que le digan Buda, Alá, Zeus, o como les hayan contado que se llama ese ser supremo, y me queda claro que no existe dios. 

Y si existe, qué macho y despiadado es, la verdad, por observar tanto sufrimiento y no hacer nada. O vaya usted a saber, tal vez dios no era como nos lo pintaron para manipularnos durante siglos y es sólo una entidad impotente ante la maldad y el dolor, acaso una ilusión a la cual aferrarse pero que en los hechos no cambia nada de nada.

Perdón, pero así lo veo hoy. Si usted cree en dios, regáleme unos minutos más y concédame verlo (o verla) directamente a los ojos para hacerle una pregunta de nuevo, o mejor váyase directo al último párrafo y evítese mi impertinencia. Si se quedó aquí, disculpe usted, o mejor: disculpen todos por la pregunta viéndolos a los ojos, sobre todo a quienes quiero y creen en algún dios (no es reto, sólo es pregunta), pero, ¿realmente creen en dios? ¿En el dios que les inocularon? ¿El dios todopoderoso al que deben amar, venerar y temer? ¿O un supuestos dios bondadoso y protector pero que no está en ningún lado? ¿Creen en un dios bueno que no permitiría ni daños ni torturas corporales y emocionales contra la gente que cree ciegamente en él, como una viejita hospitalizada?

Desde adolescente nunca he sido católico, que es lo que predomina en México. He tenido momentos inexplicables en los que me pareció que un poder superior intervenía para que yo permaneciera vivo en circunstancias extremas, pero en otros instantes infernales palpé netamente que no existía tal divinidad y me refugié en mi propio espíritu para sobrevivir. 

Por eso los veo a los ojos a ustedes con mucho respeto pero con toda sinceridad y les sorrajo una y otra vez la pregunta: ¿en serio creen en un dios que ve pasar tanto dolor frente a sus narices como si fuera en dictador sádico? ¿Es castigo divino para que luego del martirio esa gente, SU GENTE, pase a gozar… la nada?

En fin. ¿Y sabe qué? Hoy, luego de constatar que ese dios no existe, me siento desmembrado por la pérdida de esa fe, por la mutilación de esa esperanza en que había algo inexplicable por ahí que siempre me acompañaba en tantos caminos rudos que he andado.

Comper, voy a lamer mis heridas solo, como tantos y tantos humanos que ya no creen en nada, mucho menos en un dios inconmovible ante el sufrimiento brutal de una viejita en un hospital, porque eso implica un dios inservible en la realidad.

Sosténgase usted en la fuerza de su propia humanidad, lectora-lector, y le deseo que tenga un muy buen año este 2025 (con o sin su dios, pues)…”

***Juan Pablo Becerra/El Universal+

Nuestro granito de arena

Contexto de violencia en México

La situación de violencia extrema que describe Becerra es, lamentablemente, una realidad documentada:

• Desde 2007, se estima que ha habido más de 483,000 homicidios en México,inlcuyendo los casi 7 mil bajo la incipiente gestión de Claudia Sheinbaum.
• El reclutamiento forzado de menores por parte de grupos criminales es un problema grave, con estimaciones de hasta 30,000 niños y adolescentes involucrados.
• 120 mil 470 desparecidos en todo el pais y la suma crece minuto a minuto.
• Los feminicidios y la violencia contra las mujeres siguen siendo una crisis, con más de 10 mujeres asesinadas diariamente en el país.

Perspectivas religiosas sobre el mal y la violencia

Las instituciones religiosas en México han abordado esta realidad de diversas formas:

• La Iglesia Católica ha denunciado la violencia y pedido acciones al gobierno, aunque algunos critican que no ha sido suficiente.
• Algunos líderes religiosos interpretan la violencia como manifestación del mal espiritual, mientras otros la atribuyen a causas sociales como la pobreza y la desigualdad.
• Hay movimientos religiosos que buscan ofrecer apoyo y consuelo a las víctimas, aunque su alcance es limitado frente a la magnitud del problema.

Cuestionamientos teológicos y filosóficos

Las preguntas de Becerra sobre la omnipotencia y bondad de Dios frente al sufrimiento humano reflejan el clásico problema del mal en la filosofía y teología:

• Algunas corrientes teológicas proponen que Dios permite el mal para un bien mayor o para respetar el libre albedrío humano.
• Otras perspectivas cuestionan la idea tradicional de un Dios omnipotente e intervensionista.
• La teodicea (justificación de Dios frente al mal) sigue siendo un tema de debate filosófico y teológico sin respuestas definitivas.

Propuestas para enriquecer el análisis

Para profundizar en esta reflexión, se podrían considerar:

1. Incluir voces de líderes religiosos y teólogos que aborden estos cuestionamientos desde diferentes perspectivas.
2. Explorar cómo las comunidades de fe están respondiendo concretamente a la violencia en México, más allá de las declaraciones institucionales.
3. Analizar el papel de la religión como factor de resiliencia para algunas víctimas de violencia, sin ignorar sus limitaciones.
4. Examinar cómo la crisis de violencia está afectando las creencias religiosas de los mexicanos a nivel social.
5. Considerar perspectivas no teístas o agnósticas sobre cómo enfrentar el sufrimiento y la injusticia sin recurrir a explicaciones sobrenaturales.
6. Reflexionar sobre la responsabilidad humana y social en la generación y perpetuación de la violencia, más allá de explicaciones divinas o demoníacas.

En conclusión, la editorial de Becerra plantea preguntas incómodas pero necesarias en un contexto de violencia extrema. Un análisis más amplio podría explorar no solo los cuestionamientos teológicos, sino también las implicaciones éticas y sociales de cómo respondemos colectivamente al sufrimiento, con o sin creencias religiosas.

Fuente.-JUAN PABLO BECERRA/ELUNIVERSAL+