Diciembre llegó con un peso inesperado para Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, quien se enfrenta a uno de los momentos más difíciles de su carrera.
Este mes, que algunos analistas ya llaman su “diciembre negro,” lo puso en el ojo del huracán, no solo por la creciente violencia que asola al país, sino por los ataques directos a su equipo, los cambios en la seguridad en Sinaloa y las constantes críticas a su gestión.
UN ATAQUE EN CULIACÁN: EL PRECIO DE LA SEGURIDAD
El día en que la violencia alcanzó a uno de sus hombres de confianza, el peso de la inseguridad se hizo aún más palpable. En Culiacán, Sinaloa, un miembro del equipo de García Harfuch fue asesinado en un ataque directo mientras participaba en un operativo en la región.
El saldo fue de un muerto, pero el impacto fue mucho mayor: este crimen forma parte de una ola de toda una violencia.
La esposa del agente asesinado en Culiacán, Sinaloa, ha expresado su profundo dolor y frustración ante el ataque que cobró la vida de su esposo. En una entrevista emotiva, señaló que su pareja, quien formaba parte del equipo de Omar García Harfuch, estaba comprometido con su labor y con la seguridad de los ciudadanos.
Sin embargo, acusó a las autoridades de no proporcionar suficiente protección a los elementos de seguridad que enfrentan diariamente situaciones de alto riesgo.
“Mi esposo fue un hombre valiente, pero el gobierno no está haciendo lo suficiente para cuidar a quienes arriesgan su vida. Ya basta de excusas, necesitamos más apoyo en el terreno”, dijo, visiblemente afectada.
También hizo un llamado a la justicia, exigiendo que el crimen no quede impune y que se tomen medidas más contundentes contra los grupos delictivos que operan en la región.
CAMBIO DE MANDO EN POLICÍA DE SINALOA: UNA NUEVA ETAPA
Mientras tanto, el gobierno de Sinaloa, consciente de la creciente violencia, decidió realizar un cambio de mando en la policía estatal. El gobernador Rubén Rocha Moya nombró al general Óscar Rentería Schazarino como nuevo titular de la Secretaría de Seguridad Pública.
Este cambio no solo es un reflejo de la presión por mejorar los resultados en la lucha contra el crimen, sino también un recordatorio de que el trabajo de García Harfuch se juega no solo en las calles de la Ciudad de México, sino en cada rincón del país, en especial en los estados más violentos.
LA VIOLENCIA QUE NO CESA
La violencia se extiende también a otros estados como Jalisco, Guanajuato, Guerrero y Zacatecas. Los enfrentamientos entre grupos criminales y las operaciones de las fuerzas de seguridad se han convertido en algo cotidiano. No hay un solo día sin noticias de bloqueos, tiroteos o secuestros. La estrategia de García Harfuch parece chocar de frente con la realidad de una violencia que no cede.
CRÍTICAS A LA GESTIÓN y FALTA DE RESULTADOS
Las voces críticas no tardaron en alzarse. La creciente violencia en Sinaloa, y los ataques a su equipo, han sido utilizados por algunos sectores para cuestionar su estrategia de seguridad.
Pese a que ha tenido algunos logros en el combate al crimen organizado, la falta de resultados tangibles en la reducción de los delitos más violentos ha puesto a García Harfuch bajo un intenso escrutinio.
Los críticos aseguran que su enfoque no ha sido suficiente para frenar la expansión de los grupos criminales.
Con informacion: EMEEQUIS/MEDIOS/REDES
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