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lunes, 16 de diciembre de 2024

“MENTIROSOS,RATEROS y TRAIDORES”: “ELITE de la CAMORRA MORENISTA se CANIBALIZA FRENTE a la JEFA del GOBIERNO que NO RESPETA NADIE”…hay enormes semejanzas con la mafia italiana.


Corrupción, mentiras, traiciones, negocios turbios, la búsqueda del poder y el precio que se paga por retenerlo. Ésas son las historias que acompañan a la élite morenista de la cual forman parte Ricardo Monreal y Adán Augusto López. Una familia que parece famiglia; una “Cuarta Transformación” que se asemeja a una camorra. 

Porque una Camorra:

Existen varias similitudes entre el clan político de Morena y la Camorra italiana que se pueden destacar:

Estructura y organización

Al igual que la Camorra, Morena parece operar como una red de grupos y facciones con cierta autonomía, en lugar de tener una estructura jerárquica rígida. Esto se refleja en las pugnas internas y la falta de una autoridad central fuerte, como se evidencia en el enfrentamiento entre Adán Augusto López y Ricardo Monreal.

Corrupción y negocios turbios

Ambas organizaciones están involucradas en actividades ilegales y corruptas:

  • La Camorra se dedica al tráfico de drogas, extorsión y otros crímenes.
  • En Morena se denuncian contratos irregulares, malversación de fondos y tráfico de influencias e incluso su nexo de gran cantidad de militantes con el narco,que les dio votos y estos le han dado mas poder.

Búsqueda del poder

Tanto la Camorra como Morena buscan influencia y control:

  • La mafia italiana infiltra instituciones y gobiernos locales.
  • Morena utiliza programas sociales y recursos públicos para mantener su base electoral.

Lealtad y traición

En ambos casos, las lealtades son volátiles:

  • La Camorra tiene un código de silencio (“omertá”) que castiga severamente a los traidores.
  • En Morena, las acusaciones mutuas entre líderes revelan fracturas internas y luchas por el poder.

Impunidad

Ambas organizaciones operan con cierto grado de impunidad:

  • La Camorra ha logrado evadir la justicia durante décadas.
  • Los escándalos de corrupción en Morena rara vez son investigados a fondo.

Control territorial

Aunque en diferentes escalas:

  • La Camorra domina ciertas zonas de Nápoles y Campania.
  • Morena controla gobiernos estatales y municipales, la mayoría de las veces en connivencia con el crimen organizado, como ocurre en Tamaulipas o Sinaloa,que otra vez nos lleva a Tamaulipasy solo como ejemplos.

Liderazgo carismático

Ambas organizaciones han dependido de líderes fuertes:

  • La Camorra tuvo figuras como Raffaele Cutolo.
  • Morena se formó alrededor del liderazgo de López Obrador.

En resumen, aunque operan en contextos muy diferentes, tanto la Camorra como el clan político de Morena muestran patrones similares de comportamiento en cuanto a su búsqueda de poder, manejo de lealtades, involucramiento en actividades ilícitas y su impacto en las instituciones públicas. La comparación resalta cómo las dinámicas de corrupción y lucha por el poder pueden manifestarse de manera similar en contextos políticos y criminales.

Que dice Denisse Dresser: 

Un partido que se da baños de pureza sobre su cercanía con el pueblo, pero lo engaña. Nuestra Mafia Mexicana con todos los diversos Padrinos que se pelean entre sí. Si antes los mafiosos gubernamentales operaban en el sótano o en las sombras, ahora lo hacen en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Quienes se dicen distintos han resultado tan iguales. Ricardo y Adán plasman la forma en que la clase política se ha comportado siempre y quiere seguirse comportando ahora. De manera sórdida. De manera torcida. Con contratos millonarios que nunca son investigados. Rodeados de denuncias periodísticas sobre negocios añejos que la FGR ignora, y canalladas que nadie se atreve a comprobar.

Impugnados por manejos presupuestales totalmente discrecionales. Al margen de la austeridad, al margen del interés público. Mientras tanto, la Presidenta empequeñecida pide “cabeza fría” a un partido que desde su fundación la tiene caliente. Y cuarteada.

La pugna personal entre un puñado de hombres revela las flaquezas del morenismo. Desde la fundación de la izquierda partidista vía el PRD, las múltiples izquierdas no han logrado institucionalizarse, disciplinarse, trascender la confrontación entre sus distintas tribus.

El clásico libro de Kathleen Bruhn, “Taking on Goliath: The Emergence of the New Left Party and the Struggle for Democracy in Mexico” explica las contradicciones internas que dan pie a las confrontaciones abiertas.

El perredismo luego transmutado en morenismo nació bajo la sombra del caudillo, y lograba mantener la unidad precaria siempre y cuando el prócer impusiera su voluntad personal. Cárdenas aglutinó a las corrientes en torno a su voluntad, y AMLO lo hizo también.

La fusión de las múltiples izquierdas se dio en torno a un hombre y no en torno a una ideología. Y hoy que falta ese hombre -o que no puede operar de manera abierta-, Morena no se disciplina ante una mujer. A diferencia de López Obrador, ella no es vista como la líder política y moral de su partido. Cuenta con otras armas para incentivar la disciplina pero le falta ese garrote crucial.

Una de las paradojas del poder que tiene Claudia Sheinbaum es que se ha visto obligada a compartirlo. Lo comparte con López Obrador y las instrucciones que sigue enviando desde donde esté. Lo comparte con Ricardo Monreal y Adán Augusto López y las agendas que ambos impulsan para beneficio propio. Lo comparte con los Gobernadores y los criminales que han infiltrado a las autoridades estatales y municipales. Lo comparte con Andrés Manuel López Beltrán y las aspiraciones que su padre tiene para él. Lo comparte con los militantes radicales y robespierrianos que la machucan cada vez que da muestras de moderación.

AMLO podía ser un Presidente imperial, pero Sheinbaum es una Presidenta podada. Él era visto como el dueño del panal, pero ella no es percibida como abeja reina. Por eso los forcejeos, y las pugnas, y las reformas que Sheinbaum sólo alcanza a justificar en la mañanera, luego de su aprobación. Puede dar premios como los puestos a Javier Corral o a Cuitláhuac García o a Pedro Kumamoto o a Rutilio Escandón. Pero no tiene la fuerza para contener o para castigar.

El pleito entre líderes, famigliares, corrientes y contracorrientes no evidencia la “democracia” y la “pluralidad” dentro del partido o del movimiento. Exhibe las fuerzas centrífugas en contienda permanente por un pedazo del presupuesto, una porción de poder, una bolsa del botín. Exhibe la debilidad de Claudia Sheinbaum y no su fortaleza. Es la Presidenta que domina todo sobre el papel, pero controla poco en la práctica.

Los criminales dentro de Morena la rebasan y las acusaciones entre Monreal y López tan sólo lo demuestran. Nos han convocado a asomarnos a la cloaca de un clan. A presenciar las actividades de personas esencialmente amorales. A contemplar las trampas que hacen, los abusos que cometen, las mentiras que dicen, en vivo y a todo color en los pasillos del Congreso.

Son la versión morenista de “Los Sopranos” y en esa mafia, la Presidenta no manda. Sólo alcanza a mirar.

Con informacion:.-ELNORTE/Denisse Dresser/opinion@elnorte.com/

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