La alianza del Partido Acción Nacional (PAN) con el PRI para las elecciones presidenciales y legislativas de 2024 encontró severas resistencias al interior de la cúpula del blanquiazul y no fue fácil para Marko Cortés, el dirigente de la formación, llevarla a buen puerto.
Los pesos pesados del partido le hicieron notar que la alianza con el tricolor, y en particular con su líder, Alejandro Moreno, Alito, era un paso sin retorno que había que pensarse dos veces. Así lo demuestra la transcripción de una sesión del Consejo Nacional panista de diciembre del año pasado en la que la dirigencia discutió formalizar la alianza con el PRI y el PRD para los procesos electorales venideros. Consciente de las resistencias de los consejeros nacionales, Cortés les aseguró que el acuerdo dejaría suficientemente blindado al PAN como para romper las negociaciones si los otros dos partidos no cumplían una serie de acuerdos. Todas las críticas se dirigían al camaleónico Alito Moreno, que ya antes había dejado colgados de la brocha al PAN y al PRD en asuntos legislativos para irse a pactar con el oficialismo. “Lo que estamos tratando es no darles un cheque en blanco”, dijo Cortés para apaciguar al Consejo Nacional.
El acalorado debate de la nomenclatura panista consta en un acta de la sesión del 10 de diciembre del año pasado, documento en el que se incluyeron fielmente las intervenciones tanto de Cortés como de los consejeros. El contenido de esas discusiones sale a la luz hasta ahora porque el PAN dio una larga batalla de meses por no hacerlo público. El partido clasificó el acta del Consejo Nacional como información reservada con el argumento de que su revelación podría poner en riesgo sus estrategias políticas, y entregó hasta hace unos días un documento en el que censuró las palabras de Cortés y los demás consejeros. No obstante, EL PAÍS ha logrado obtener las transcripciones sin tachaduras, que revelan las fuertes críticas lanzadas al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la desconfianza hacia su dirigente.
Cortés intentaba convencer a la cúpula panista de que la alianza —rebautizada hoy como Frente por México— solo sería posible si el PRI y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) aceptaban las condiciones de Acción Nacional. “Estamos haciendo valer que el PAN es la primera fuerza de oposición en México, la estamos haciendo sentir con las reglas mínimas y condiciones necesarias para poder transitar”, dijo Cortés. Una de esas condiciones era, como ahora ya se sabe, que el tricolor nombraría a los candidatos de la alianza al Gobierno de Coahuila y el Estado de México a cambio de que el blanquiazul seleccionara a los abanderados a la presidencia de la República y la jefatura de Gobierno de Ciudad de México para los comicios de 2024. Para el PRD, la fuerza minoritaria en la coalición, no hubo ni habría nada en esa repartición de pastel.
En el acuerdo defendido por Cortés también se planteó el candado de “veto legislativo”, que se traduciría en que, si alguno de los partidos de la coalición expresaba su rechazo a alguna postura o iniciativa en el Congreso, ninguno de los otros dos podría manifestarse, ni mucho menos votar, a favor de la misma. Esta restricción tuvo clara dedicatoria a Alito Moreno, luego de que este facilitó en 2022 el voto del PRI en la Cámara de Diputados a favor de una reforma para ampliar el poderío de la Guardia Nacional y que servía a los planes del oficialismo. “Porque no podemos permitir que vuelva a ocurrir que digan que sí y a la hora de la verdad no sea de esa manera”, explicó el dirigente panista. “Lo que se busca es que no haya trampas, que no resulte que salieron los votos y quién sabe de quién eran”.
Cortés también dejó en claro que sus aliados necesitaban del PAN para subsistir más que este de ellos, y dijo que el partido ha sido “generoso” con los dos. “Hoy realmente el país necesita al PAN, y ellos, particularmente, también”, planteó. “Seguramente Morena estaría ganando el Estado de México y Coahuila, pero para el partido coaligado [el PRI] significaría casi su desaparición”, agregó el dirigente. A la postre, los términos de Acción Nacional fueron aceptados por el PRI y el PRD, y eso posibilitó que Cortés, Alito y Jesús Zambrano (el dirigente perredista) pudieran salir a dar una conferencia pocas semanas después en la que anunciaron a grandes rasgos el pacto. Lo que no se dijo entonces es lo difícil que fue para Cortés lograr la aprobación de su partido.
El rechazo al PRI
Uno de los líderes más severos fue Fernando Canales Clariond, exgobernador de Nuevo León (1997-2003), que pidió que en el acuerdo que estaba por aprobarse se establecieran exigencias éticas para conjurar el riesgo de que la alianza postulase a candidatos impresentables. “Hemos postulado en el pasado a bandidos y no estoy dispuesto a aceptar que nuestro partido postule a bandidos”, dijo ante el Consejo Nacional. “Es una observación muy dura, pero hay que aceptarla: vamos a aliarnos con el PRI, probablemente. El partido que destrozó buena parte de México, hasta que llegó el PAN y ganó”, añadió en referencia a las elecciones del año 2000, en que Acción Nacional llegó a la presidencia y terminó con décadas de gobiernos priistas. El exmandatario prosiguió: “Porque luego cada candidato que nos mandan de otros partidos […] y luego andamos ahí en las campañas prestándoles nuestra bandera y acompañándolos, diciendo que es una maravilla, cuando en realidad sabemos que no lo es, pues no se vale”.
El abogado electoral del PAN, Víctor Hugo Sondón, intercedió a favor de tragarse el sapo de la alianza con los priistas con tal de detener a Morena. “Vamos con el PRI, estamos explorando todas las posibilidades para que el proyecto de la Cuarta Transformación no continúe. Qué [es] peor que vamos con el PRI, pues, y que lo tenemos que hacer por el país”, afirmó.
Cortés, Zambrano y Moreno durante una conferencia en la que explicaron cómo sería la elección interna de la coalición.
El diputado local del Estado de México Alonso Juárez sostuvo que la alianza del PAN con el PRI, difícil pero necesaria, es como la que formaron los estadounidenses y los soviéticos para derrotar a Hitler y los nazis (lugar este último que ocupa Morena en su analogía). “El mal es Morena. Si en la Segunda Guerra Mundial los americanos se pudieron poner de acuerdo con los rusos porque entendieron que los nazis eran un peligro, por favor, entendamos que la única forma de parar la destrucción de México es parando en 2023 a Morena, yendo a sumar todos los votos que podamos. Quien ama al PAN ama a México, hagámoslo por México”, dijo.
Otro punto a discusión fue establecer una prohibición expresa para que los partidos del Frente Amplio no pactaran con Morena en ninguna elección estatal para diputaciones y alcaldes. Algunos consejeros panistas propusieron incluir en dicho veto, también, al Partido del Trabajo y al Partido Verde, los dos aliados del oficialismo. La senadora Alejandra Noemí Reynoso Sánchez afirmó que el PT y el Verde “han prostituido la política en el país”, y pidió que “se mande un mensaje muy claro donde esos partidos no caben en una coalición con el PAN”. El consejero hidalguense Guillermo Galland consideró que, ya entrados en prohibiciones, también se debería impedir la alianza de Acción Nacional con el PRI. “A mí me parece que no hemos aprendido del todo las lecciones. Yo propongo en este momento que también se incluya al Partido Revolucionario Institucional”, comentó.
Otros líderes del blanquiazul señalaron que no convendría descartar de antemano la posibilidad de alianzas locales con el PT o el Verde, dado que en algunos Estados resultan necesarias para ganar los cargos. “Si bien no son partidos confiables, sí representan números a la hora de la votación”, dijo el diputado local de Tlaxcala Ángel Gutiérrez, que de paso advirtió de la “falta de palabra” del PRI. Édgar Martín Ramírez Pech, jefe de la oficina del gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, pidió que “se dejaran a salvo algunas posibles candidaturas comunes o alianzas” que “a veces en el ámbito estatal se hacen con partidos como el Verde y que terminan dándonos la diferencia para ganarle a Morena”.
El PAN contra todos
Intercambiando opiniones en confianza, los líderes de Acción Nacional prodigaron descalificaciones no solo para el PRI, sino también para Movimiento Ciudadano (MC), por su postura de no sumarse al Frente Amplio, así como para los aliados de Morena —el PT y el Verde—, que fueron tachados de “promiscuos”, y hasta para el senador Ricardo Monreal, líder de la fracción oficialista en la Cámara alta y que a finales de 2022, en medio de tensiones dentro de su propio partido, negociaba la posibilidad de convertirse en abanderado presidencial de la oposición.
En el transcurso del debate sobre las alianzas locales con otros partidos, Víctor Hugo Sondón dijo que, si un día la coalición de Morena con sus aliados se rompe, el PAN debería estar atento para atraerlos al Frente. La defensa del abogado electoral del blanquiazul no estuvo exenta de fuertes descalificaciones al bloque oficialista. “No vengamos ahorita a ver si se deja abierta la posibilidad para el PT y para el Verde. ¿Son promiscuos? Son promiscuos. ¿Son mercenarios? Son mercenarios. ¿Son de lo peor que tiene el país? Son de lo peor que tiene el país. Sí, pero lo peor se llama Morena y todo lo que lo debilite tenemos que hacerlo”, asentó. “Pero si el día de mañana [cambia] la circunstancia de estos dos partidos políticos mercenarios y promiscuos, y cambian su relación con Morena, tenemos que hacer todo lo que vaya relacionado a que a Morena lo detengamos en el 2024″.Ricardo Monreal y Santiago Creel en el Congreso.
Marko Cortés estuvo de acuerdo en que se dejara en el acuerdo una redacción flexible que no clausurara la posibilidad de aliarse con el PT y Verde en los Estados. El dirigente confesó a los consejeros nacionales que lograr que el PRI y el PRD aceptasen los términos del PAN estaba siendo difícil. “Les debo decir que no ha sido nada sencillo, que hay un partido de los dos que ni siquiera han aceptado nuestros términos [el PRD], y hay otro que los está valorando con mucha seriedad [el PRI]”, admitió.
Cortés añadió que, si bien en el Senado la coalición del Frente no tenía la fuerza suficiente —como sí en la Cámara de Diputados—, al menos servía para poner en evidencia que Movimiento Ciudadano es una comparsa del oficialismo. “Les recuerdo que en el Senado no alcanzamos el tercio de contención solos en la coalición legislativa, pero al menos que nosotros estemos juntos [con el PRI y PRD] ya sería un avance y, en todo caso, se expone al partido de MC sirviéndole a construir mayoría a Morena y al Gobierno”, sostuvo.
El exgobernador Canales Clariond, nuevamente, hizo uno de los cuestionamientos más airados. Le reclamó a Santiago Creel, líder del partido en la Cámara baja y exaspirante presidencial del Frente, por haber tanteado la posibilidad de pactar con Ricardo Monreal, el año pasado, cuando ambos políticos anunciaron una “gira de reconciliación” por todo México. “¡Por Dios!”, exclamó Canales. “Lo primero que pensé fue: el PAN vale mucho, ¿cómo nos vamos a aliar con una persona de esa calidad? Fuimos colegas gobernadores, él de Zacatecas y yo de Nuevo León, hace casi 30 años, lo conozco muy bien y sé la poca calidad y confiabilidad que tiene un hombre de esa naturaleza”.
Lo que vino después es historia conocida. Casi todo se cumplió al pie de la letra. Acción Nacional hizo valer su peso político dentro de la alianza y llevó mano en la definición de la candidatura presidencial del Frente Amplio, que recayó en la senadora Xóchitl Gálvez. Si los acuerdos se honran, el PAN también definirá quién abanderará a la coalición en Ciudad de México. En política, los tragos amargos son pasajeros.
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