El crimen organizado en este 2022 no respetó colores partidistas, pues los primeros seis estados con más asesinatos son gobernados por los principales institutos políticos del país: Morena, PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
En primer lugar se ubica Guanajuato, encabezado por el panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, con 2 mil 984 víctimas de homicidio doloso de enero a noviembre, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Le siguen Baja California, gobernada por la morenista Marina del Pilar Ávila, con 2 mil 498; el todavía priista Estado de México, 2 mil 385; el morenista Michoacán, 2 mil 271; Jalisco, encabezado por el emecista Enrique Alfaro, y el panista Chihuahua, con mil 850 víctimas de homicidio doloso en números absolutos en dicho periodo.
En conjunto, las seis entidades federativas suman 13 mil 925 asesinatos de los 28 mil 469 contabilizados en el referido periodo de este año que está por concluir, lo que representa 49% del total de la incidencia de este delito de alto impacto.
Ricardo Márquez Blas, especialista en seguridad, afirmó que la estrategia de abrazos, no balazos implementada por el gobierno federal no ha dado resultados, pese a los numerosos despliegues de la Guardia Nacional y de las Fuerzas Armadas en los estados azotados por la violencia homicida.
“La violencia sigue pese a la estrategia abrazos, no balazos y de que en algunos estados, como en el caso de Michoacán, los respectivos gobernadores declararon expresamente que no llevarán a cabo acciones para controlar las actividades de las organizaciones del crimen organizado”, refirió.
Márquez Blas expuso que los datos oficiales muestran que la estrategia del gobierno federal no ha sido efectiva, pues los niveles de violencia siguen creciendo, al grado de que el próximo año se rebasarán las 156 mil víctimas de homicidio doloso registradas en el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto.
“Que en los últimos 13 meses se registre una moderada reducción en comparación con los meses previos no significa que dejen de ser muy altos los niveles de violencia letal en el país. Dos de las muestras más evidentes de la falta de efectividad de la estrategia son las siguientes. Primero, la meta de reducir al 50% los homicidios no sólo no se cumplirá, sino que quedará muy alejada.
“Y segundo: en mayo o junio del próximo año se rebasarán los 156 mil homicidios de todo el sexenio anterior. Esto, entre otras cosas, significa que habrá aproximadamente un periodo de 15 meses en que cada mes se impondrá un nuevo récord de homicidios en la historia reciente del país”, aseguró.
El director del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), Francisco Rivas Rodríguez, coincidió en que las cifras de homicidio doloso de este año reflejan una total ausencia de estrategia y compromiso del gobierno federal con los estados para mejorar la seguridad pública de los mexicanos.
De igual forma, pronosticó que antes del primer semestre de 2023 la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador rebasará los homicidios dolosos alcanzados en el sexenio anterior.
“Antes del primer semestre de 2023 se rebasarán los homicidios de la administración anterior, por lo que cada mes que pase se establecerá un nuevo récord en violencia y convertirán al actual sexenio en el más violento”, estimó.
Además, Rivas Rodríguez advirtió que 2022 cerrará en una situación de inseguridad dramática por el aumento de la violencia en varios delitos que son disparadores de la misma violencia, como la extorsión, secuestro, lesiones dolosas, robo con violencia, violencia familiar, trata de personas y violencia de género.
Mientras esta situación persiste, dijo, “las autoridades están distraídas por intereses personales y no por cumplir su labor; recortes presupuestales sin sentido al tema de la seguridad”.
Cabe destacar que Michoacán, gobernado por el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, alcanzó 23 asesinatos el 14 de febrero de 2022, la segunda cifra más alta de víctimas desde que en diciembre de 2018 se inició el reporte diario de este delito.
Asimismo, Zacatecas, encabezado por David Monreal Ávila, sumó el día 5 del mencionado mes 19 muertes intencionales, la sexta cifra más alta de que se tenga registro.
La organización Causa en Común, encabezada por María Elena Morera, insistió en que el nivel de criminalidad en el país es mucho mayor de lo que reflejan las estadísticas del SESNSP, como lo acreditan las encuestas de victimización del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sin embargo, reiteró el llamado al gobierno federal y a los gobiernos locales para desmilitarizar la seguridad pública y rescatar de manera urgente los cuerpos de policía, de las fiscalías y del sistema penitenciario.
“Es indispensable asumir una auténtica estrategia de seguridad que parta de la ineludible responsabilidad de enfrentar a las organizaciones criminales”, enfatizó.
La solución militar provoca mas violencia": Dicen estudios
Tras el fracaso de Felipe Calderón en su guerra contra el narcotráfico, los regímenes priistas, panistas y ahora Morenistas han tratado de ocultar, maquillar y minimizar la violencia en el país que mantiene al Ejército en funciones policiales,pero un estudio estadístico realizado por expertos de la Universidad de Harvard demuestra que los municipios con mayor intervención militar, lejos de pacificarse, registran un aumento de asesinatos.
Desde el 11 de diciembre de 2006 CUANDO Felipe calderon decidió que el Ejército y la Armada salieran a confrontar a la delincuencia organizada, prácticamente no hay día en que no hayan protagonizado algún episodio de violencia y donde han realizado operativos y despliegues se ha incrementado la tasa de homicidios, y la propia Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se ha involucrado en innumerables masacres, antes,durante y despues,tal y como lo documento el CIDE,68 en total y tan solo en el pedido 2007-2011.
Un no tan reciente estudio, realizado en Estados Unidos, demuestra que los operativos militares en la llamada “guerra a las drogas” lanzada por Calderón tuvieron como consecuencia el aumento aumentaran las tasas de homicidios en las zonas donde se aplicaron, tal y como aun acontece.
La Sedena indico entonces, que entre el sexenio de Calderón y los primeros dos años de Peña Nieto hubo 3 mil 536 “agresiones” al Ejército, prácticamente una por día. Con excepción de Tlaxcala y Yucatán, todo el país ha sido escenario de confrontaciones con la participación de militares.
La mayor parte de esa violencia ocurrio en el noreste (Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila), pero también fue repetida en el norte (Chihuahua y Durango), el noroeste (Baja California y Sinaloa), el centro (Michoacán, Guanajuato y Zacatecas), el suroccidente (Guerrero) y el este (Veracruz).
La intervención de los militares está asociada al aumento de muertes violentas. Esa es una consideración que debio tomarse en cuenta en México para decidir la presencia de los militares en las calles, asegura Valeria Espinosa, analista cuantitativa de Google, una de las autoras del estudio ¿Las intervenciones militares en la guerra mexicana a las drogas incrementaron la violencia?,publicado por la Asociación de Estadística de Estados Unidos (American Statistical Association, ASA), la principal y más antigua organización de su tipo en ese país, cuyos integrantes trabajan en más de 90 naciones.
Doctorada el año pasado en el Departamento de Estadística de la Universidad de Harvard, Espinosa elaboró el estudio junto con Donald B. Rubin, profesor de esa universidad.
Apoyados en las cifras oficiales de México –del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de la Presidencia en el gobierno de Calderón y del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC)–, Espinosa y Rubin elaboraron diversos modelos estadísticos y concluyeron que la decisión del gobierno de México de involucrar a los militares en su guerra a las drogas “incrementó en promedio la tasa de asesinatos en las regiones donde hubo intervenciones militares” y la conclusión fue contundente: a mayor presencia militar, más violencia y tasas de homicidio más altas. Para demostrarlo, compararon las tasas de homicidio en cada región donde hubo operativos del Ejército con las tasas esperadas de no haber existido intervención castrense.
Con informacion de:ElUniversal+/
Proceso/Valeria Espinosa/Donald B.Rubin/
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