Que si el anuncio de la próxima boda de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, con Jesús María Tarriba se parece al del ex presidente de México, Enrique Peña Nieto, con Angélica Rivera es lo de menos.
Lo demás es el juego político de distracción.
¿O a poco creen que es casualidad que Sheinbaum anuncie su boda la misma semana de la contra marcha cuatroteísta?
Bueno, además se dice que va bajando en las encuestas rumbo a la presidencia de 2024.
Aunque sus aspiraciones presidenciales también se dejaron ver el mismo día del destapado nupcial.
¡Y es que gritar a los cuatro vientos una boda política es el mayor acto publicitario y cortina de humo como distracción de lo que más importa!
¿O no?
A cuatro días de la contra marcha cuatroteísta (suscitada por la marcha pro INE, claro) a la Jefa de Gobierno se le ocurre anunciar su próxima boda y, de pasada, se autodestapa para la Presidencia de la República.
Combo perfecto, ¿no?
Y es que no es en vano que, Claudia Sheinbaum, hoy quiera los reflectores y los distractores.
Se me ocurren varias cosas por las que Sheinbaum quisiera anunciar su próximo enlace con Jesús María Tarriba y, además, ensalzar con un “sí quiero ser presidenta” el mismo día.
La primera y más importante.
Reescribir el script cuatroteísta, después de la marcha pro INE del pasado 13 de noviembre, día del cumpleaños del Tlatoani de Sheinbaum, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
No se esperaban tal resultado.
Se dice que la marcha pegó en lo más profundo de la 4T.
Tan así que este domingo viene la contra marcha presidida por AMLO.
Cabe mencionar que, esta semana, las mañaneras del Señor Presidente se enfocaron en defender lo indefendible, la convocatoria de acarreados a la marcha del próximo 27 de noviembre.
Los de la 4T nunca pensaron que una marcha ciudadana reescribiera su guion hacia 2024.
¡Nunca!
Pero los ciudadanos tan reescribieron la historia a los comicios del 2024 que figuras como el padre Alejandro Solalinde, a parte de la Jefa de Gobierno de la CDMX y otros aspirantes presidenciables y a otras candidaturas, convocaron enérgicamente a los mexicanos a acudir a la contra marcha.
¡País de cuarta!
Cuando, además, se utiliza una publicidad cuestionable para ganar adeptos.
Ahí está la publicidad de AMLO y la contra marcha en el metro “Celebremos con el Presidente, Cuatro Años de Transformación”.
La pregunta aquí es: ¿esta publicidad no es anticonstitucional?
¿Y cuál transformación?
Ahora, vayamos a la segunda razón del anuncio nupcial de la Jefa de Gobierno de la CDMX.
Esta semana, Sheinbaum quedó por debajo de Ebrard en varias encuestas.
¡En otras palabras, ya no está por encima de él!
Según Rubrum, Ebrard se posicionó con el 30.3 por ciento de las preferencias como candidato a la Presidencia por la 4T, mientras que Sheinbaum obtuvo el 23.5%.
Por su parte, Arias le da cuatro puntos de ventaja a Ebrard sobre Sheinbaum, según La Política Online.
Razones para anunciar boda y destaparse, ¿no?
La tercera razón. ¡Todo por el bienestar!
Después de todo, ese es el lema del gobierno a nivel federal.
Sheinbaum, a conveniencia, lo copia en sus mítines y programas sociales.
¡Pero de bienestar, nada!
Según datos oficiales, Sheinbaum ha gastado más de 2 mil millones de pesos en promoción en medios de comunicación.
¿Para quién el bienestar?
Para ella, está claro.
Se dice que más del 50 por ciento de los que viven en la Ciudad de México la desaprueban.
Su mayor fracaso: la inseguridad.
Por eso, el spin off de la boda cae como anillo al dedo.
Así hablamos de la boda y de su autodestape a la Presidencia antes de los acarreados a la contra marcha, su baja en las encuestas presidenciables y el trabajo de bienestar hacia ella no al ciudadano.
Está más que claro, la boda del bienestar quiere cambiar el script cuatroteísta que ya va en decadencia.
Pero el playbook de bodas, como cortinas de humo, ya no lo compran los ciudadanos.
Ahí está también el reciente ejemplo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Esta semana, Vogue le dedica su portada a la boda de una de las mujeres más cercanas al mandatario, su nieta Naomi Biden.
Un timing perfecto en tiempos turbulentos para Biden.
Pero el backlash por la portada no se hizo esperar y los ciudadanos reaccionaron.
Así en México.
Los ciudadanos ya despertaron… ya no se creen este pan y circo, como en la época de La Gaviota y Peña Nieto.
¿O sí!?
fuente.-
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