Colombia sigue siendo el mayor productor mundial de cocaína y los narcotraficantes se las ingenian para sacarla de las maneras más insospechadas. Hace unas semanas, en el aeropuerto de Palmira, en el suroccidente del país, la Policía se sorprendió por una nueva forma de camuflaje y transporte de la sustancia que bautizaron con un nombre cómico: las narcopelucas.
SOBRAN LOS METODOS:
El primer caso fue el de una mujer que llamó la atención de las autoridades por su frondosa cabellera, algo que en un país con un porcentaje importante de población afro no debería generar ninguna sospecha ni estigmatización. Sin embargo, los policías la abordaron y ella se deshizo en nervios. La “perfilaron”, como le dicen en el argot policial tipo Alerta aeropuerto, un famoso programa de televisión que muestra casos de correos humanos. Revisaron su pasaporte y el destino de su vuelo y la hicieron pasar por un escáner.
El resultado, que se observa en un video, es que llevaba una peluca rellena de cocaína. Decenas de dediles llenos del producto van emergiendo de entre las extensiones de pelo postizo hasta completar 900 gramos de droga. La mujer de 30 años, que quería viajar a Madrid (España), se había introducido otros 200 gramos en sus partes íntimas. La policía emitió “alertas operacionales” y así descubrieron a otras dos mujeres con ‘narcopelucas’ en el aeropuerto de Rionegro, que sirve a Medellín.En lo que va de este año, en los puertos y aeropuertos del país, se han decomisado 85 toneladas y media de cocaína, el doble de las 43 toneladas de todo el 2021.
El jefe del área de control portuario y aeroportuario, el coronel Carlos Alberto Potes, afirma que quieren ser prudentes. “No todas las mujeres de larga cabellera llevan alucinógenos. Hay que ser moderados y no estigmatizar”, dice en conversación con EL PAÍS. En 2007 vieron por primera vez esa modalidad en un hombre que llevaba una peluca y microplaquetas de heroína adheridas a su cuero cabelludo a través de pegamento y la repitieron en 2019 al capturar a otro que transportaba medio kilo de cocaína debajo de su peluquín. Estos casos, afirma, son solo una de las múltiples formas en que el narco intenta camuflar y transportar su producto. España, Australia, Estados Unidos y Holanda, entre otros, son los destinos más apetecidos.
En lo que va de este año su unidad, que cubre los puertos y aeropuertos del país, ha decomisado 85 toneladas y media de cocaína, el doble de las 43 toneladas de todo el 2021. Y en todas persiste la modalidad de correos humanos, con la ingesta de dediles de cocaína en el estómago, que también son introducidos por los canales vaginales y anales. “De todo lo que vemos a diario, lo que me sigue sorprendiendo es la gente que juega con su salud, los que ingieren las cápsulas cilíndricas de coca, esas superficies plásticas pueden sufrir rupturas y poner en riesgo la vida de esas personas”, dice Potes.
Los productos y los métodos para camuflar la droga revelan el ingenio y la sofisticación que ha ganado el negocio con el paso de los años. En 1976, el narcotraficante Pablo Escobar fue detenido por transportar 39 kilogramos de clorhidrato de cocaína en la llanta de un vehículo proveniente de Ecuador. Desde entonces hay por lo menos 10 modalidades de acuerdo con el libro Narcomimetismo, la Verdad Oculta del Narcotráfico, que usan la necesidad económica y la promesa de dinero rápido para transportar la droga. Estas son algunas de las más llamativas:
Cápsulas líquidas que se ven como gases estomacales
La ingesta es una de las más comunes y los narcos han intentado formas de ocultarla ante los rayos X. En un caso, diluyeron cocaína en aceite mineral para que al paso del escáner se vieran como si fueran gases estomacales y no dediles de droga. También recubren las cápsulas con varias capas de látex y les dicen a los correos humanos que esto evitará la detección. De acuerdo con el libro del Centro Internacional de Estudios Estratégicos contra el Narcotráfico (CIENA), que los documenta, “es una idea falsa vendida por los reclutadores de drogas a las personas que trafican con estas sustancias psicoactivas”. Prueban también recubrir las cápsulas de papel aluminio, de tinta negra o de papel carbón para repeler los rayos X; o de látex blanco, buscando que la imagen del escáner se vea borrosa.
Cocaína introducida en implantes mamarios
En 2015 una mujer fue capturada en el aeropuerto de Medellín con dos implantes mamarios que llevaban 200 gramos de cocaína. La sangre, que veía por encima de su camisa, la delató, pero también le salvó la vida. La herida estaba infectada y condujo a la mujer a una cirugía de emergencia. Aunque ese caso no es común, sí lo es la introducción de cápsulas en los canales vaginales y anales. La policía recuerda el caso de una mujer lituana embarazada que llevaba un dedil introducido en la vagina o el de un hombre español de edad avanzada que se la había introducido en el ano. En lo que va de 2022, han detectado seis de estos.
En contenedores refrigerados y cargados a presión
En los techos externos e internos, en contenedores refrigerados, en flexitanques con una o más cámaras de aire de polietileno, en todos se han encontrado cargas de cocaína. El último ha sido uno de los más llamativos para la Policía. Decomisaron tres flexitanques que transportaban aceite de palma. Un método de ocultamiento que, explican en el libro, “genera dificultades para su inspección, teniendo en cuenta que este tipo de sacos flexibles son cargados a presión y su revisión es complicada porque no se pueden abrir, solo para ser vaciados en otro isotanque”. En este caso, el aceite estaba en la parte superior y la cocaína en el piso, en sacos impermeabilizados. Bajo esta modalidad, también se ha encontrado droga dentro de chatarra cargada en contenedores.
Pimentones, limones y un piano antiguo rellenos
La historia de un piano antiguo que una familia pretendía llevar a Nigeria y estaba lleno de cocaína, está entre las más curiosas que se reportan. El piano fue registrado como una delicada pieza de arte de los años 40 que era imposible de inspeccionar, rayar, taladrar y menos, desarmar. Estaba entre otros objetos y muebles supuestamente valiosos de la familia que se mudaría al país africano. Sin embargo, tenía un peso mayor al reportado y eso les indicó a los policías que llevaba algo más que música. El piano estaba relleno con 130 kilogramos de cocaína. La “carga contaminada”, como se conoce a esta modalidad, también se ha visto en pimentones, plátanos, limones de plástico y hasta en pedazos de cuero curtidos o tubos en canecas de aceite vegetal. “Estas cargas normalmente son contaminadas por medio de empresas fachadas, durante el transporte de estas, en los patios de almacenaje o revisión, en el preembarque o dentro de la motonave o aeronave”, explica la Policía.Colombia sigue siendo el mayor productor mundial de cocaína y los narcotraficantes se las ingenian para sacarla de las maneras más insospechadas.POLICÍA NACIONAL
Cocaína dentro de cartas de póker
Correos contaminados. Así se llama a la modalidad que consiste ocultar pequeñas cantidades de base, clorhidrato de cocaína, heroína, marihuana y dinero, en correos de todo tipo con destino internacional. Solo este año la unidad de puertos y aeropuertos ha encontrado 1.180 casos que suman 400 kilogramos de droga. En cremas para el cuerpo, en zapatos, motores, repuestos, teléfonos, computadores, en prótesis dentales, las opciones son infinitas. En un caso, encontraron cocaína en cartas de póker, algo que sorprendió a las autoridades por la capacidad de introducir la droga en cartas tan delgadas. En otro, habían ocultado la cocaína en una imagen religiosa que estaba pintada sobre un fondo de color blanco. Esa pintura era clorhidrato de cocaína, explican en el libro Narcomimetismo, la Verdad Oculta del Narcotráfico.
Enmascaramiento químico
Uno de los métodos que mejor muestra la sofisticación del negocio es el enmascaramiento químico, que consiste en mimetizar o encapsular la cocaína dentro de otras sustancias que se encuentran en forma líquida, sólida o en polvo, y bloquean la reacción de las autoridades. Esta modalidad supone que, en el destino, un experto extrae la droga. La Policía ha encontrado cocaína impregnada en algodón de relleno de un muñeco; en ampolletas farmacéuticas; en abono orgánico; en caucho granulado; en carbón vegetal y hasta diluida en aceite dieléctrico de transformadores, el que se usa como aislante en equipos eléctricos. En este último, el hallazgo era más desafiante. “Las diferentes pruebas realizadas al aceite daban negativo. Esto ocurría porque el clorhidrato de cocaína estaba asentado en el fondo del transformador y, por condiciones físicas, no se mezcla con el aceite. Los narcotraficantes comprimieron el transformador con nitrógeno para presionar a los inspectores a no abrir el transformador”, explican en el libro.
Narcojets y ‘torpedos’ en embarcaciones
Además de los conocidos ‘narcojets’, vuelos chárteres cargados de droga, los narcos también intentan adherirla a los cascos de embarcaciones cuando éstas se encuentran en zonas de fondeo o atraque en muelles. Uno de esos casos que la Policía llama ‘método torpedo’ se halló en Cartagena. Con una inspección subacuática detectaron a unos individuos que estaban debajo del casco de la motonave, trabajando con soldadura subacuática para adherir unos cilindros metálicos con 273 kilogramos de cocaína. Esa modalidad implica que, en el lugar de destino, buzos especializados se acercan al barco y desprenden los artefactos adheridos. En otro caso, encontraron droga escondida en el cuarto de máquinas de la embarcación, un lugar que, dice el Centro Internacional de Estudios Estratégicos contra el Narcotráfico (CIENA), es considerado el sitio más difícil de inspeccionar para el personal antinarcóticos en el mundo debido a que su temperatura en promedio está a 45 grados centígrados y el ruido supera los niveles tolerables por el ser humano. “Normalmente, sus cuatro pisos reales determinan una infinidad de compartimentos de los cuales algunos no tienen oxígeno y su acceso reviste gran peligro”.
Narcosubmarinos
POR AIRE,MAR O TIERRA:
Desde 1993 hasta el 2020 se habían identificado 95 casos de semisumergibles o narcosubmarinos en el país. Según el Centro Internacional de Estudios Estratégicos contra el Narcotráfico (CIENA) esto reafirma su consistencia especialmente para transportar grandes cargamentos. Uno de ellos, de fabricación artesanal hallado en el departamento del Chocó, tenía capacidad para transportar seis toneladas de cocaína y cinco tripulantes en largos trayectos. Incluía también un sistema de ubicación satelital, de oxígeno y propulsión, además de un diseño aerodinámico. Otro, detenido en Buenaventura, en el Pacífico colombiano, podía transportar siete toneladas y cuatro tripulantes, y tenía autonomía para navegar durante días en mar abierto.
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