Como en la famosa serie estadounidense Breaking Bad, en nuestro país también hay personas fabricando y “cocinando” drogas sintéticas en laboratorios clandestinos. Aquí, están relacionados con grupos del crimen organizado y se conocen como “narcolaboratorios”.
De 2012 a 2018, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aseguró 922 narcolaboratorios en todo el país. Tenían más de medio millón de kilos y 2.6 millones de litros de sustancias usadas para hacer drogas ilegales, como metanfetamina, fentanilo, goma de opio o heroína, de acuerdo con la solicitud de información pública 00000700079518.
Durante ese mismo periodo (2012-2018), los aseguramientos de narcolaboratorios bajaron 24%. Mientras que en 2012 se detectaron 247, en 2018, sólo se detectaron 61.
El problema es que esto no termina con la producción y tráfico ilegal de drogas, pues por cada laboratorio que se cierra, se abre una oportunidad en otro mercado o en otra zona para ellos, lo cual genera un clima de impunidad, dice Martín Barrón, académico del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), en entrevista con Cuestione.
En este mismo periodo, la Sedena sólo ha detenido a 24 personas en estos narcolaboratorios. “La gran pregunta sería cuántas de estas personas fueron sentenciadas o vinculadas a proceso, pues no hay seguimiento por parte de las autoridades ministeriales después de que localizan un laboratorio”, explica Martín Barrón.
“No se sabe qué pasa con los terrenos, a qué grupos criminales correspondían y es que la gran mayoría de estos aseguramientos son por filtraciones de los propios grupos criminales a las autoridades”, dice a Erubiel Tirado, coordinador del Programa de Seguridad Nacional, Democracia y Derechos Humanos en México de la Ibero, a Cuestione.
Y eso que fabricar, producir, suministrar y transportar narcóticos en nuestro país es ilegal y se castiga con 10 y hasta 25 años de cárcel.
Los estados que lideran la lista con mayor número de narcolaboratorios identificados son Sinaloa (374), Michoacán (290), Jalisco (106), Guerrero (40) y Durango (37):
¿Falla la estrategia?
Esta semana el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, dijo que como estrategia de seguridad han logrado afectar las finanzas de la delincuencia organizada en casi 35 mil millones de pesos, a través del aseguramiento de droga y enervantes. Sin embargo, en opinión de Erubiel Tirado, esta cifra no tiene sustento, pues los decomisos, incluso, han bajado en lo que va de este sexenio.
Cuestione documentó en agosto de este año que el Ejército tiene el nivel más bajo de decomiso de drogas en 13 años, y esto en parte se debe a que, en vez de combatir al narcotráfico, los soldados se dedicaron a proteger los ductos de Pemex, y a evitar el paso de migrantes centroamericanos hacia EU.
Con la estrategia de combate al narco de “abrazos y no balazos”, este sexenio puede terminar con el número más bajo en decomisos de drogas, lo cual permite que los grupos del crimen operen con mayor impunidad y tengan oportunidad de reorganizarse y apropiarse de más zonas, coinciden ambos expertos.
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