Una feroz guerra territorial entre dos facciones rivales del Cártel del Golfo ha traído una nueva ola de terror a los residentes de varias comunidades costeras rurales y pesqueras aproximadamente a 70 millas de la frontera con Texas.
Durante varias semanas, la comunidad costera rural de Barrancón de San Blas, justo al este de San Fernando, ha visto numerosos tiroteos, secuestros y ejecuciones a medida que las facciones rivales del Cartel del Golfo de México libran una feroz guerra territorial por el control del tráfico de drogas y las rutas de tráfico de personas hacia la frontera. Una de las facciones, alguna vez conocida como Los Metros, está actualmente en control de la región. Esa facción está compuesta por sicarios de Reynosa, Miguel Alemán y San Fernando que están frenando una serie de incursiones de una facción rival del Cártel del Golfo de Matamoros conocida como Ciclones o Escorpiones.
Como informó Breitbart Texas, en las últimas semanas, las autoridades estatales de Tamaulipas llevaron a cabo operativos contra las operaciones de Evaristo “El Vaquero” Cruz el jefe de la facción del CDG en Matamoros, obligándolo a moverse entre las zonas rurales de Río Bravo, San Fernando y áreas cercanas al área del Barrancón de San Blas. Esa acción se produjo en un momento en que los pistoleros de El Vaquero expandieron su territorio hacia la ciudad fronteriza de Reynosa, obligando a Los Metros a ponerse a la defensiva.
Además del impulso por Reynosa, los pistoleros de El Vaquero han estado haciendo numerosas incursiones en Barrancón de San Blas y otras áreas rurales remotas, causando un aumento dramático de la violencia en la región. Los lugareños que hablaron con Breitbart Texas revelaron que la escalada de violencia ha llevado a una serie de toques de queda autoimpuestos, ya que los sicarios continúan difundiendo mensajes en línea y pancartas burlándose de sus rivales y advirtiendo a los locales.
“Siguen mandando más de estos pinche Vaquero (Ciclón 46), para que veas como queda tu gente cuando entra para el Barrancón de San Blas, aquí la plaza ya tiene dueño y todo aquel que quiera molestar a los pescadores, se van a topar con nosotros,” reveló uno de esos mensajes. “Sigue mandándolos para volverlos a achicharrar, no es una amenaza, es una advertencia, sobre aviso no hay engaño cabrones.”
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La violencia en Barrancón de San Blas se produce al mismo tiempo cuando un grupo de sicarios del Cártel del Golfo disparó a siete miembros de una familia al sur de la ciudad fronteriza de Reynosa y mató a tres de ellos. Las víctimas eran en su mayoría niños. Como informó Breitbart Texas, la masacre y una serie de ataques contra los agricultores locales cerca de Reynosa obligaron a muchos residentes a abandonar sus tierras por temor a una mayor violencia.
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