Las meseras son el gancho para atraer clientela al Ojos Locos Sports Cantina.
Shorts cortitos que con el ajetreo del servicio se acortan más, playeras-top generosas de escote y recortadas para lucir el abdomen, botas casi a la rodilla. Además hay muchas pantallas para ver deportes mientras circulan hamburguesas, nachos, tacos, alitas, cervezas.
A César Duarte, exgobernador priista de Chihuahua, le quedaba muy bien ese barecito. Está enfrente del Marriot de Albuquerque, Nuevo México, uno de los sitios que ha escogido para mantenerse escondido de la acción de la justicia mexicana que lo acusa de desviar millones y millones de pesos del presupuesto público durante su gestión.
Hoy revelamos en esta columna las dos fotografías más recientes de César Duarte Jáquez, sentado en el Ojos Locos Sports Cantina, de jeans y camisa de rayas verticales multicolores. Está platicando con quien, nos dicen, es uno de los abogados que le están ayudando con un trámite migratorio: aparentemente aplicó para solicitar la visa humanitaria, con el argumento de que sus hijos son estadounidenses.
Se sabe que el gobierno de Chihuahua, que encabeza Javier Corral, lo mantiene vigilado. También el equipo especial de agentes del Departamento de Seguridad de Texas, conocido como los Rangers de Texas. Más recientemente, tras conversaciones al más alto nivel, también se han involucrado en su seguimiento, y el robustecimiento del expediente en su contra, el gobierno federal mexicano y su par estadounidense. La coordinación se ha dado entre la cancillería que encabeza Marcelo Ebrard y el Departamento de Estado que comanda Mike Pompeo.
Oficialmente, César Duarte Jáquez es prófugo de la justicia.
Desde que dejó el gobierno de Chihuahua, se sabe que ha saltado de casas a ranchos, moviéndose entre las distintas propiedades que tiene en la frontera sur de Estados Unidos, mientras busca defenderse del alud de procesos que hay en su contra, trabajados sobre todo por la administración del gobernador panista Corral.
Había podido estar relativamente tranquilo en su huida pues en tiempos del presidente Enrique Peña Nieto existía un enfrentamiento abierto entre el gobierno federal priista y el estatal panista. Parece que tras varios meses del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, aún cuando se mantienen las tintas ideológicas diferentes, hay acuerdos políticos para avanzar en dirección a César Duarte.
Roto el cascarón con la aprehensión de Rosario Robles, pueden despertar otros procesos que ya habían iniciado y se encontraban hibernando.
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