Las operaciones tácticas, reforzar labores de inteligencia y combate al narcotráfico es el perfil que el Ejército despliega en regiones militares del país.
Esto responde a la orden al interior de las Fuerzas Armadas: sumar sus capacidades a las tareas civiles para disminuir los índices delictivos. A partir de esta premisa, los titulares de las secretarías de la Defensa y la Armada comenzaron a planificar sus diferentes estrategias, y eso incluye el nombramiento o ratificación de los jefes en las regiones y zonas, dejando en todas a quienes conocen el territorio, han participado en despliegues de fuerzas especiales, tienen experiencia del mando en operaciones y la mayoría de los nuevos comandantes tiene especialidad en seguridad nacional, administración militar y operaciones contra el narcotráfico.
El despliegue de policías militares para conformar la Guardia Nacional avanza de manera discrecional, aún sin una coordinación clara con autoridades estatales.
En seis de 12 Regiones Militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que abarcan 14 de 32 entidades, rotaron a sus titulares. De acuerdo a su perfil y en voz de los nuevos comandantes de región, el objetivo es disminuir los índices delictivos junto con autoridades civiles.
Un ejemplo del reforzamiento de la Defensa es el caso del general Rogelio Armando Patiño Canchola, colocado en uno de los cargos medulares del Ejército: la comandancia de la Primera Región Militar con sede en la Ciudad de México y que también contempla Hidalgo, estado de México y Morelos. En los últimos años, su tarea se enfocó a la formación militar, especialmente a la disciplina castrense, y tiene enorme formación táctica y operativa, pues ha dirigido en varias ocasiones a batallones de Fuerzas Especiales.
Patiño Canchola también se ha enfocado en el combate a las drogas, incluso fue encargado de diseñar el sistema de operación de las denominadas Bases de Operaciones Mixtas (BOM), que aglutinaban fuerzas civiles, navales y militares.
Otras piezas clave se revelaron de inmediato, cuando el 3 de diciembre, el general Carlos Ramón Carrillo del Villar, exsecretario particular del general Salvador Cienfuegos —extitular de la Defensa—, asumió como comandante de la III Región Militar, en Mazatlán, Sinaloa, donde debe hacer frente a los problemas de inseguridad y narcotráfico de Sinaloa y Durango, lugares definidos como focos rojos.
Ese mismo día en la V Región Militar (Aguascalientes, Colima, Jalisco, Nayarit, Zacatecas) asumió el general de Pedro Felipe Gurrola Ramírez, que antes era inspector y contralor general del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana, cercano al presidente de la República e incluso se perfilaba para asumir la titularidad de la Sedena.
Salvo el caso de la IV Región Militar, con sede en Monterrey, Nuevo León, y que comprende también los estados de San Luis Potosí y Tamaulipas, el general Jeans Pedro Lohmann Iturbu tuvo que asumir en noviembre pasado debido a que el general Luis Cresencio Sandoval González, anterior titular en esa región, asumiría desde el 1 de diciembre la titularidad de la Sedena, pero el resto de las rotaciones en las regiones se consumaron en los primeros cinco días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
›Estos cambios integran la reingeniería del general Cresencio Sandoval González al frente de la Defensa Nacional, quien tiene como tarea consolidar la Guardia Nacional que en el primer año de gobierno debe abarcar 150 de 266 coordinaciones regionales.
Otros de los nombramientos fueron: el general Francisco Ortiz Valadez como comandante de la VI Región Militar, que abarca los estados de Veracruz, Puebla y Tlaxcala; el general Juan Ernesto Antonio Bernal Reyes, al frente de la VII Región Militar con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, con presencia también en Tabasco.
Luego de que en su primera conferencia de prensa el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara el primer despliegue de cinco mil 745 elementos de policías militares, navales y efectivos federales. La dispersión de uniformados para integrarse en las coordinaciones regionales de la Guardia Nacional ha ido avanzando en medio de cuestionamientos por la falta de una coordinación con los estados donde arriban.
En los primeros días del nuevo gobierno se han desplegado poco más de mil 200 policías militares en alrededor de 13 municipios del estado de México; en Chihuahua, principalmente en Ciudad Juárez, Ciudad Cuauhtémoc, Urique, Guerrero y Nuevo Casas Grandes, también han sido distribuidos los primeros millares de efectivos castrenses.
En municipios de Coahuila, Guerrero y Veracruz, las brigadas de policías militares han ido arribando como parte del reforzamiento en las tareas de seguridad pública.
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