Era una vieja sospecha. Durante varios años, muchos en México creían que el creciente robo de combustibles no podía realizarse sin la colaboración de empleados de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Y ahora se comprobó.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que dentro de la empresa se encontró una red dedicada a robar y distribuir hidrocarburos, especialmente gasolina.
Es un grupo que extraía diariamente el equivalente a 600 carros cisternas, conocidas como pipas con capacidad de 15.000 litros cada una.
“No estamos sólo hablando del llamado huachicol, la ordeña de ductos”, aclaró el presidente.
“Huachicol” es el nombre del combustible robado, y al delito se le conoce como “huachicoleo”.
“Estamos hablando de un plan que tiene vinculación al interior del gobierno y que se apoya en un sistema de distribución de combustibles, porque no es fácil distribuir, vender 600 pipas de gasolina diarias” subrayó el mandatario.
Tres funcionarios están detenidos, pero la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) investiga a otros integrantes de la red. No se reveló la identidad de los acusados.
Es una operación de gran magnitud, pues según el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, este año el robo de combustibles es de 58.200 barriles al día.
Cada barril contiene 159 litros de hidrocarburos. Y según López Obrador, el 80% del robo se cometía con apoyo de la red interna en Pemex.
“Hay la hipótesis de que, de todo el robo, sólo el 20% se da con la ordeña de ductos, que es una especie de pantalla”, aclaró.
“La mayor parte tiene que ver con un plan que se opera con la complicidad de autoridades y una red de distribución”.
“Modus operandi”
De acuerdo con el procurador general, Alejandro Gertz Manero, el punto clave de la red de robo de combustible se encuentra en Pemex Logística.
Es el área de la empresa que controla la operación de los ductos y es responsable de detectar la extracción ilegal de hidrocarburos.
Una baja en la presión del flujo de hidrocarburos es señal de un posible robo. Los protocolos internos señalan que deben cerrarse las válvulas.
Pero eso no ocurría. “Hay un sistema para conocer la presión de los ductos”, explicó el presidente López Obrador.
“Y hubo un día en que no se procedió a cerrar las válvulas, que era lo que se debió hacer. Y ese día hubo una gran pérdida de combustible en un tramo de ductos”.
En la investigación la PGR estableció que en el área de monitoreo de Pemex Logística se tomó la decisión de mantener el flujo de combustible a pesar de la evidencia de un posible robo.
“Parecía que únicamente era el hecho de que alguien se acercaba a un ducto y le extraía el combustible”, explicó el procurador Gertz Manero.
“No era así. Tenía que haber una complicidad desde adentro que permitiera que en el ducto siguiera fluyendo el combustible para podérselo robar”.
La distribución
También existe una red de distribución de la gasolina robada, aunque no se ofrecieron detalles de su funcionamiento.
Pero según especialistas como Rubén Salazar, director de la consultora en seguridad Etellekt, en esta cadena participan propietarios de gasolineras y grandes empresas.
“Hay un mercado ilegal de consumo de gasolina robada y diésel de grandes consumidores como las industrias transportistas”, le dice Salazar a BBC Mundo.
“También aumentó el consumo de particulares. Hay sin duda razones de mercado para incentivarlo”.
Algo que confirmó el presidente López Obrador. “Un llamado a los concesionarios, dueños de gasolineras para que no vendan gasolinas robadas”.
“Un llamado también a los compradores de gasolina robada, a contratistas porque se hizo normal este robo. Donde hay una obra grande, ahí hay expendios de combustible robado”.
Un problema al alza
Se trata de un problema que ha crecido en los últimos años, y del que supieron gobiernos anteriores, aseguró el mandatario.
En 2016 el robo de hidrocarburos fue de 26.000 barriles por día, indicó el director de Pemex. Este año el promedio es de 58.000 barriles diariamente.
Las pérdidas económicas también aumentaron. En 2000 fueron de 12.000 millones de pesos, unos US$1.200 millones según la cotización de ese año.
Ahora el robo de hidrocarburos representa 66.300 millones de pesos, US$3.300 millones al valor actual del dólar.
“Esto se sabía desde hace muchos años. Y lo que hacían era que se descontaba en el ingreso de Pemex. Desde hace tres sexenios sabían del robo”, subrayó el presidente.
Por lo pronto este jueves se presentó la estrategia del gobierno de López Obrador para combatir el robo de combustible.
El plan contempla reforzar con marinos, soldados y policías federales la vigilancia de las instalaciones de Pemex.
“Va a ser una acción de intervención del personal militar para verificar lo que es el monitoreo y comprobación de procedimientos de abastecimiento y reparto”, informó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval.
“Controlar el acceso a las instalaciones, la entrada y salida de todos los vehículos, de todas las pipas, el cuarto de control de las respectivas instalaciones y los tanques verticales”.
La estrategia se aplica desde el pasado 20 de diciembre y según el director de Pemex se consiguió reducir en 17% el volumen diario de robo de combustible.
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