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| Imagen.-Ilustrativa/ |
Un hombre estaba tan desesperado por tener un hijo que, cuando nació su segundo bebé y resultó ser niña, vendió a la pequeña, de apenas 10 días, a través de Internet por cien mil pesos.
Los hechos ocurrieron en China, en la provincia de Zhejiang, en septiembre. Sin embargo, la madre del hombre, llamado Xiaohui, lo denunció recientemente con las autoridades al no encontrar rastro de su nieta.
Ella comenzó a preocuparse cuando no le pidieron que les ayudara a cuidar a la bebé, como lo hicieron con la primera hija de Xiaohui y su esposa.
"Sólo vi a mi nieta un par de veces cuando nació. No la volví a ver. Mi hijo ni siquiera me dejaba entrar a la casa", relató Li, de 42 años, a la policía.
A principios de octubre, Li visitó a su nuera cuando el hombre no estaba en la casa. Pero no había rastro de la bebé.
Tras ser interrogado por las autoridades, Xiaohui admitió que vendió a su hija a una pareja que vive a más de 1200 kilómetros de su residencia.
El sujeto explicó que vendió a la pequeña porque esperaba que fuera un varón y, como estaba desempleado, sentía mucha presión por sus finanzas al ya tener otra hija.
La policía, preocupada de que los compradores pudieran estar envueltos en una red de tráfico infantil, comenzó a buscarlos. El 15 de octubre los encontró y resultaron ser una pareja que habían intentado tener hijos por más de diez años.
La pareja reveló que compraron a la bebé a través de Internet y cooperaron con las autoridades.
Las leyes chinas castigan el tráfico y venta de niños y mujeres con penas que van desde los 5 a los 10 años en la cárcel. Sin embargo, también se puede aplicar la pena de muerte por el delito.
Ella comenzó a preocuparse cuando no le pidieron que les ayudara a cuidar a la bebé, como lo hicieron con la primera hija de Xiaohui y su esposa.
"Sólo vi a mi nieta un par de veces cuando nació. No la volví a ver. Mi hijo ni siquiera me dejaba entrar a la casa", relató Li, de 42 años, a la policía.
A principios de octubre, Li visitó a su nuera cuando el hombre no estaba en la casa. Pero no había rastro de la bebé.
Tras ser interrogado por las autoridades, Xiaohui admitió que vendió a su hija a una pareja que vive a más de 1200 kilómetros de su residencia.
El sujeto explicó que vendió a la pequeña porque esperaba que fuera un varón y, como estaba desempleado, sentía mucha presión por sus finanzas al ya tener otra hija.
La policía, preocupada de que los compradores pudieran estar envueltos en una red de tráfico infantil, comenzó a buscarlos. El 15 de octubre los encontró y resultaron ser una pareja que habían intentado tener hijos por más de diez años.
La pareja reveló que compraron a la bebé a través de Internet y cooperaron con las autoridades.
Las leyes chinas castigan el tráfico y venta de niños y mujeres con penas que van desde los 5 a los 10 años en la cárcel. Sin embargo, también se puede aplicar la pena de muerte por el delito.
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