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domingo, 25 de junio de 2017

VERACRUZ el INFIERNO,RIOS de SANGRE y VALLE de la MUERTE...donde quedo "Yunes",el hocicon gobernador panista que lo rescataría.


El más indicativo fue el feminicidio de una mujer degollada en Poza Rica. Cierto, porque es mujer. Pero al mismo tiempo por 

Una vez más, un recado espeluznante al secretario de Seguridad Pública, SSP. “Vamos por ti. Te va a costar caro”.
Es el segundo mensaje en el transcurso de la semana que hoy concluye. El primero fue con tres cadáveres tirados en el puerto jarocho, afuera de su despacho como litigante.
Todo, por la errónea decisión de colgar una manta en Boca del Río con las fotos de unos malosos ofreciendo recompensa.
Desde luego, se trata de un acuerdo con la secretaría de Gobernación. Pero, y dadas las circunstancias, mucho se duda si convendría reproducir el modelo del viejo oeste…, que nunca antes, “haiga sido como haiga sido”, con Javier Duarte ni tampoco, parece, con Felipe Calderón. Menos, con Enrique Peña Nieto.
Luego del par de narcomensajes está claro. La vida del titular de la SSP está en peligro. Quizá también, de su familia.

Y más, cuando en respuesta, el montón de asesinatos el mismo día jueves 22 a los que se suma la ejecución de una familia de 6 integrantes en Coatzacoalcos,4 menores de edad. El largo y extenso día sórdido y siniestro del jueves. Y como reza el proverbio popular, “sobre advertencia no hay engaño”.
Seis meses y 24 días después, el resultado es atroz. Veracruz sigue como un río de sangre y un valle de la muerte. Y de ñapa, el jefe máximo de la seguridad pública amenazado de muerte, sin rodeos ni medias tintas. “Vamos por ti. Te va a costar caro”.
Si Veracruz, se ha dicho, es “la horma del zapato” de AMLO, entonces, ¿el titular de la SSP será de los malandros… o al revés?

NADIE HA PODIDO CON LOS MALANDROS

Por desgracia, ningún gobierno ha podido con los barones de la droga.
Sea por incapacidad, sea por alianzas empresariales, sea por filtraciones, los carteles gozan, parecen gozar “de cabal salud”.
Joaquín “El chapo” Guzmán, por ejemplo, escapó dos veces de penales de alta seguridad y el presidente de la república mejor decidió extraditarlo, allá los gringos a ver si se les escapa.
Capos y sicarios han sido asesinados, incluso, entre ellos mismos se han quitado la vida en lo que llaman “ajustes de cuentas”, y no obstante, de pronto, zas, parecen multiplicarse.
Unos carteles poderosos se han fracturado, y al mismo tiempo, mudados en cartelitos, como afirmaba Jesús Murillo Karam en su tiempo de Procurador General de la República.
Y si el gobierno federal se ha concentrado en algún lugar del país, entonces, los carteles se reacomodan y reubican en otras latitudes.
Y la pesadilla empieza, imparable.
De un jefe poderoso que existía en el Chirinismo, José Albino Quintero Meraz, y quien varios años después cumpliera condena en el penal de Almoloya, el territorio jarocho es disputado por varios carteles, y en donde la población civil ha sido víctima, incluso, niños y mujeres, como la profesora de escuela primaria de Tantoyuca, donde el cacique legendario, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, secretario de Desarrollo Agropecuario, soñando con el Senado, ha sido rebasado por completo.
Veracruz es una plaza jugosa para el narcotráfico.
Uno, la autopista del sur al norte del país. Dos, los tres puertos para el desembarco de droga procedente del extranjero. Tres, las pistas clandestinas. Cuarto, el creciente consumo de droga. Cinco, el secuestro. Seis, el negocio de los migrantes de América Central. Siete, el cobro del derecho de piso. Ocho, la impunidad en su más alta dimensión.
Por eso, la rebatinga. Y por eso mismo, la respuesta de los malandros al titular de la SSP.
Y más, mucho más, luego de que durante los seis años del duartazgo actuaban aquí como en su casa, dueños del día y de la noche y de las calles y de los pueblos, muchas demarcaciones convertidas en reales estados de sitio.

HORA DE QUE ENTREN LOS MARINES…

Desde hace ratito en el transcurso del bienio operan la Gendarmería, la Policía Militar, los soldados y marinos al alimón con la Fuerza Civil y las policías estatales y municipales.
Pero… por alguna razón, el grado de inseguridad, de violencia, de terror y miedo, de incertidumbre y zozobra, se ha multiplicado.
Así, han transcurrido seis meses y 24 días, y aun cuando en el discurso oficial se repite la leyenda duartiana de que “aquí no pasa nada”, basta referir el par de narcomensajes al titular de la SSP para evidenciar el cacareo oficial.
En Poza Rica, allí mismo donde fue emitido el segundo telegrama al titular de la SSP con una mujer degollada más, el góber azul alardeó de que él sí tenía (y tiene) pantalones bien puestos para ir por los malandros.
Se ha llegado, entonces, a un momento estelar. Grave y peligroso. Si el bienio azul va por el camino acertado, aún se desconoce. Si han de revisar su estrategia, ellos lo decidirán. Si los narcos se están replegando, mucho se duda. Y si de que habrá vencedores o vencidos, luego de los veinte mil muertos dejados por Felipe Calderón Hinojosa y los carteles vigentes, la historia puede reproducirse en Veracruz.
Es hora de que los marines entren a Veracruz, pues si ya lo hicieron en 1914, ¡qué más da otra vez!
La seguridad de la población bien vale una misa.

Fuente.Expediente/Veracruz

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