Cada vez queda más claro que en la persecución y procesamiento de los ex gobernadores priístas acusados de corrupción, el gobierno de Peña Nieto y su procurador Raúl Cervantes, administran los tiempos, las órdenes de aprehensión, las capturas y hasta las extradiciones, con acuerdos y negociaciones extralegales que dan a estos tres presuntos delincuentes tratamientos y concesiones especiales, al tiempo que el gobierno maneja los procesos judiciales con razonamientos políticos.
A Javier Duarte, por ejemplo, que hasta ayer se allanó a la extradición —tras dos meses que tardó la cancillería de Luis Videgaray en presentar la petición formal a Guatemala—, la negociación con su familia permite hoy a su esposa Karime Macías vivir plácidamente en Santander, España, con dinero saqueado a los veracruzanos y apoyada por la familia Porres, empresarios beneficiados por el ex gobernador en su sexenio, además de sus suegros que siguen en Chiapas, igual que su cuñada, todos indiciados en averiguaciones de la PGR sobre la red de corrupción y lavado de dinero público en Veracruz.
Pero mientras su familia disfruta de esos acuerdos, Duarte no lo pasó tan bien en la cárcel de Matamoros, donde se quejaba de tratos restrictivos del gobierno guatemalteco y de acoso, amenazas y maltrato físico y sicológico de maras que solían ofenderlo y hostigarlo. “Dale gordito; te vamos a madrear, mexicano; limpia bien, después te vamos a limpiar nosotros”, le decían los salvatruchas a un deprimido y asustado Duarte que, narra Alejandro Aguirre en su columna de EL UNIVERSAL, se mantenía con antidepresivos.
Tal vez por eso el veracruzano prefirió allanarse a la extradición, tras negarse en un principio, porque entendió que, con los acuerdos y tratos con el gobierno de Peña, estará mejor y más protegido en la cárcel mexicana a donde sería trasladado en las próximas horas. Porque, con todo y la protección a su familia, el gobierno peñista sí le cobró a Duarte, con esos dos meses en la cárcel guatemalteca, el haberse burlado del secretario de Gobernación, Miguel Osorio, cuando salió de su despacho “para enfrentar las acusaciones” en su contra, pero luego, alertado por otra área del mismo gobierno, huyó en un helicóptero oficial horas antes de que ordenaran su aprehensión.
Muy distinto el trato a Roberto Borge. Al ex gobernador de Quintana Roo lo ubicaron en Panamá desde el viernes 2 de junio, pero por alguna extraña razón —política por supuesto— esperaron a la noche del domingo 4, al concluir las votaciones del Estado de México, para anunciar su detención. Borge no fue detenido, como dice la versión oficial, “en el aeropuerto de Panamá”; lo capturaron a bordo del avión Airfrance 745 con destino a París. Ese elemento podría usarlo su defensa porque no lo detuvieron en territorio panameño, sino en territorio de Francia, a bordo de un avión francés.
En todo caso, el ex gobernador quintanarroense, que se paseó varios meses plácidamente por el mundo, tuvo más suerte que su amigo Javier Duarte en cuanto a la cárcel a donde lo enviaron. Está recluido en el Penal “El Renacer”, una cárcel de lujo ubicada en las afueras de Panamá y junto al canal del mismo nombre. Quién sabe qué arreglos haría Borge con el gobierno panameño y el mexicano, que la celda que le dieron es la misma que ocupaba en su momento el general Antonio Noriega, acondicionada con todas las comodidades, y en ella el ex gobernador recibe constantemente visitas de amigos y paisanos de Quintana Roo. Su extradición también será tardada y negociada.
Y finalmente está el caso de César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, cuya primera orden de aprehensión federal apenas se libró la semana pasada por el desvío de 14 millones de pesos a campañas del PRI y la orden estatal librada desde el 28 de marzo por peculado. Ninguna de las dos ha sido ejecutada, ante la extraña tardanza de la PGR para activar la “ficha roja” con la Interpol, que permita detenerlo entre El Paso y Houston, donde se mueve y ha sido visto muy tranquilo. ¿También esperarán a una coyuntura política o una crisis del gobierno para anunciar su captura y empezar otro largo proceso de extradición también pactado y acordado? No cabe duda que la perra mansa, a los de casa los cuida y los muerde, pero suavecito.
Fuente.-Salvador Garcia Soto/Imagen/internet
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: