La organización Human Rights Watch (HRW) dio a conocer que hay evidencia de que la Policía Federal(PF) cometió ejecuciones extrajudiciales de al menos 50 civiles, en dos masacres distintas cometidas en Michoacán en 2015: una el 6 de enero en Apatzingán y la otra el 22 de mayo en Tanhuato/Ecuandureo.
En un informe difundido desde su oficia sede en Nueva York, HRW señala que su delegación visitó México en agosto pasado y documentó que en el primer hecho testigos presenciaron que la PF ejecutó al menos a 8 civiles en Apatzingán tras el desalojo de un plantón de un grupo de autodefensas, y en el segundo, que ejecutó a 42 civiles en un operativo en un rancho presuntamente ocupado por la delincuencia organizada.
El reporte destaca: “En ambos casos, la reacción del gobierno ha consistido en negar los señalamientos del uso ilegítimo de la fuerza letal y mostrar a las víctimas como agresores. Más de nueve meses después de las muertes de Apatzingán, y a cinco meses de las ocurridas en Tanhuato, ningún policía ha sido consignado en relación con ninguno de los incidentes”.
Daniel Wilkinson, director gerente de la División de las Américas de HRW, expresó: “Sobre la base de la evidencia disponible, pareciera que estamos ante otras dos graves atrocidades cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas”.
Prosiguió “Es la misma actitud que vimos el año pasado ante Ayotzinapa y Tlatlaya y sugiere que el gobierno todavía no está dispuesto a abordar seriamente la crisis de derechos humanos en el país”.
El directivo setenció: “una y otra vez el sistema de justicia de México ha demostrado ser incapaz o no querer que miembros de las fuerzas de seguridad respondan por los abusos que cometieron”.
Por lo que concluyó que “la única esperanza de que se lleve a cabo una investigación rigurosa y transparente sobre lo ocurrido en Apatzingán y Tanhuato es que sea conformada una comisión independiente, similar al grupo de expertos que evalúa el caso Ayotzinapa”.
Fueron los federales
Con respecto al caso Apatzingán, HRW asevera que si bien su delegación visitó México en agosto pasado, una investigación realizada por esta reportera, difundida el 22 de abril con el título de Fueron los federales en el portal de Aristegui Noticias, así como en Proceso y Univisión, “señaló que civiles que no estaban armados habían sido asesinados por policías en la vía pública”, y como respuesta al reportaje, “el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong pidió públicamente a la PGR que se investigaran los señalamientos de uso excesivo de la fuerza o abuso de autoridad”.
Sin embargo, cuando la misión internacional se reunió con el subprocurador de derechos humanos de la Procuraduría General de la República (PGR), Eber Omar Betanzos, “dijo a Human Rights Watch que no había ‘elementos’ que justificaran consignar a ningún policía por presuntos abusos en Apatzingán. Se negó a proporcionar mayor información, aseverando que no podía divulgar datos de una investigación en curso”.
En el caso de Tanhuato, HRW asegura que se reunió con un investigador de derechos humanos que entrevistó a tres sobrevivientes de los hechos que le expresaron que “después de la balacera inicial, varios policías habían ultimado con disparos a personas que estaban escapando del lugar o estaban bajo custodia de la Procuraduría”.
Horas después, Monte Alejandro Rubido, entonces titular de la Comisión Nacional de Seguridad, declaró que la PF tuvo un enfrentamiento de tres horas contra criminales y negó que hubo ejecuciones.
La masacre en Apatzingán
HRW afirma en su documento que tuvo acceso al expediente judicial de las detenciones realizadas en los hechos del desalojo de un plantón de autodefensas en el Palacio Municipal de Apatzingán, en el que participaron policías federales y militares, y que de acuerdo a éste al menos 10 civiles detenidos, entre ellas una joven de nombre Rosa Isela Orozco Sandoval, que dijo que podía estar embarazada, fueron “golpeados”.
Detalló además el caso de un joven que entrevistaron con el seudónimo de “Alejandro”, les narró que tras ese ataque acudió al llamado de su grupo de Fuerza Rural para ir en apoyo de heridos que eran trasladados en una caravana de la PF que trasladaba camionetas decomisadas al corralón, y que al seguirla por avenida Constitución, ésta se frenó y atacó al centenar de manifestantes a mansalva.
El muchacho externó a HRW que se escondió debajo de la camioneta que manejaba y que observó a “policías que arrastraron a Miguel Ángel Madrigal Marmolejo de debajo de una camioneta y le dispararon en la cabeza. Otro hombre, cuyo nombre Alejandro desconocía, se encontraba herido en el suelo, cuando un policía le ordenó que se arrodillara. Luego otro policía le disparó en la cabeza y colocó el cuerpo sin vida en el asiento del conductor de una de las camionetas”.
El sobreviviente dijo “que un policía lo sacó de debajo de la camioneta, le pisó la herida que tenía en el hombro y le apuntó con el arma en la cabeza”, pero que la presencia de vecinos evitó su ejecución. No obstante, “Mientras Alejandro permanecía en el suelo perdiendo sangre, vio a policías colocar armas sobre sus compañeros muertos y heridos, o cerca de ellos”.
De igual forma la organización contó con evidencias que prueban que “policías impidieron que los heridos en Apatzingán recibieran atención médica, lo cual provocó la muerte de al menos una persona”.
Sin embargo, amplía, en los días siguientes a los hechos, y cuando apenas se empezaba la investigación, Alfredo Castillo, el entonces Comisionado Federal de Seguridad en Michoacán, declaró a los medios de comuniación que seis de los civiles murieron por “fuego cruzado”.
La masacre en Tanhuato
En el caso de Tanhuato, el investigador de derechos humanos con el que HRW tuvo contacto, les reveló que tras el enfrentamiento inicial por la irrupción de la PF en el rancho El Sol, los tres sobrevivientes que están en una cárcel federal acusados de delincuencia organizada, negaron la versión oficial.
Expresaron que “una vez que había mermado la balacera inicial, varios policías federales llevaron a siete personas dentro de la hacienda principal y mataron a cuatro de ellas. Una fue puesta contra una pared y luego le dispararon; otra recibió disparos en la escalera; una fue alcanzada por disparos en la espalda mientras escapaba; y otra fue quemada dentro de una bodega ubicada al costado de la vivienda”.
Igualmente la delegación internacional se reunió con el periodista Carlos Loret de Mola, que en una columna periodista escribió que tuvo acceso a un documento oficial en el que 23 de los cuerpos de Tanhuato presentaban heridas “incompatibles con un enfrentamiento armado”, y que “al menos una decena tenían múltiples heridas de bala en la espalda disparadas desde corta distancia.
El reporte expone que cuando HRW se reunió con Betanzos éste informó que la investigación estaba en curso a cargo de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán (PGJEM). Sin embargo, en otra reunión con Roberto Campa, subsecretario de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, les dijo que la PGR había asumido la investigación de los hechos.
(Nota de @lcastellanosmx)
Comunicado íntegro de HRW:
fuente.-
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