Mientras ayer los honorables Diputados del Congreso de la Union consolidaban el nuevo “parche a la constitucion” para que un sujeto con curricula de “hampon” y que ahora dirige la Seguridad Federal sea el “nuevo Don Chingon” ,con metafacultades para hacer lo que le venga en gana, como lo hizo su padrino “Genarco Garcia Luna”, cuando ambos eran parte de la “cofradía criminal”, ahora con potestades para conducir el Sistema Nacional de Inteligencia en materia de seguridad pública y coordinar las acciones de colaboración de los tres órdenes de Gobierno,lo que incluye meterle mano al dinero de los recursos, Yulitza Alivania de tan solo 16 años de edades ya es otra victima del desdén y la clara complicidad del gobierno, que incluye a militares, con el crimen organizado, como también afirman en EE.UU.
Resulta,que ella y su familia Ramírez Pérez habian huido en noviembre de 2023 de la narcoviolencia en Frontera Comalapa, en la Sierra de Chiapas y se fueron a alojar a una casa al sur de Tuxtla Gutiérrez, la capital estatal, pero el 20 de Noviembre,una balacera le arrebató la vida a Yuritza Alivani, de 16 años de edad.
Fue cerca de las 21:30 horas de ese dia, cuando la estudiante de preparatoria regresaba del dentista a bordo de la ruta de transporte público 45, cuando se quedó en medio de una balacera que iniciaron sujetos a bordo de un vehículo blanco contra otros sujetos a la altura de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).
“Entró una bala al carro, fue la que le llegó a Alivani en su oreja y la mató“, dijo un integrante de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, la cual desde el año pasado ha recibido a cientos de desplazados de la narcoviolencia.
Se reportó que el chofer de la ruta 45 manejó unos 500 metros más y se estacionó cerca de una gasolinera, pero la estudiante ya había muerto; la mitad de su cuerpo quedó sobre los asientos, y el resto sobre un charco de sangre.
El hecho de que una balacera pueda ocurrir en una zona urbana, cerca de una universidad, evidencia las graves deficiencias en materia de seguridad pública y la incapacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos.
Yuritza era la hija mayor de una familia de cuatro integrantes, cuya hermana tenía 12 años, y también era integrada por su papá y mamá.
La familia de Alivani, en medio de su despedida fúnebre en ‘Funerales San Francisco’, evitó realizar algún comentario.
Sin embargo, otra familia desplazada contó que otra niña, con una discapacidad en las piernas, la sacaron cargando porque también se quedó en medio de la balacera durante la noche del miércoles pasado.
“El plan de esta familia desplazada era regresar a Frontera Comalapa cuando disminuyera la violencia allá, solo estar por un tiempo aquí en esta ciudad, Tuxtla”, se relató.
Yuritza Alivani, quien cursaba el tercer semestre en el CBTis 233, ubicado en la Colonia Play de Ayala, era integrante del ministerio de música de esa iglesia, su madre misionera y su padre ingeniero.
“Ella era una niña muy tranquila.. no lo podemos creer”, dijo un estudiante.
Tanto la madre de la víctima, quien lloró inconsolable, como sus otros allegados la despidieron al ver que su cuerpo fue ingresado al vehículo de la funeraria rumbo a su natal Frontera Comalapa, donde la sepultarán.
“¡Que Dios traiga paz a el país, a Chiapas, y a esta ciudad!”, gritó un hombre integrante de la iglesia mientras el vehículo fúnebre se alejaba de donde fue la velación.
De acuerdo con información de seguridad, la Sierra sur de Chiapas lleva meses de disputa criminal entre el Cártel de Sinaloa en contra del Cártel de Chiapas y Guatemala, éste último integrado por desertores del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Primero era una familia, luego dos familias , tres familias, luego en marzo y abril de este 2024 empezaron a llegar más, algunas daban su testimonio de violencia, otras no. Otras familias se desplazaron al municipio de Comitán, y algunas a Guatemala”, relató un integrante de la Iglesia que ha apoyado a las víctimas.
Con informacion.-ELNORTE/
