VALOR TAMAULIPECO...al poder se le cuestiona,no se le aplaude.: “GOBIERNO MINIMIZA,CIUDADANO NORMALIZA”: “CRIMICONSULTORES CREEN que HABITANTES de N.L YA PERDIERON CAPACIDAD de ASOMBRO”…y ya se acostumbraron a 24 años de incursion mataulipeca.

domingo, 8 de diciembre de 2024

“GOBIERNO MINIMIZA,CIUDADANO NORMALIZA”: “CRIMICONSULTORES CREEN que HABITANTES de N.L YA PERDIERON CAPACIDAD de ASOMBRO”…y ya se acostumbraron a 24 años de incursion mataulipeca.

Hace 30 años, las muertes violentas ocupaban durante semanas y meses el asombro de la población.

Hoy, al multiplicarse los casos, por más violentos y de terror con que actúen los grupos criminales, ya no impactan tanto a los ciudadanos.

Han sido tantos los asesinatos a nivel nacional y estatal, que se ha perdido la capacidad de asombro.

“Estamos viendo ya como una condición de normalidad, entre comillas, el tema de la violencia, en específico el tema de los homicidios dolosos, que lamentablemente nos están asolando por una condición relacionada con la delincuencia organizada”, explica Juan García Rodríguez, doctor en criminología.

El también catedrático de la UANL e integrante del despacho Crimiconsultores, señala que esta actitud ante los crímenes es parte de una descomposición social que no es exclusiva del estado.

Monterrey experimentó el disparo en los hechos delictivos a partir del 2000, cuando los cárteles de Tamaulipas entraron al territorio y desataron ataques contra rivales y autoridades.

Asesinatos múltiples como el del Casino Royale el 25 de agosto del 2011; el del bar Sabino Gordo, en julio del mismo año; el del grupo Kombo Kolombia en enero del 2013, y la masacre de 49 reos en el Penal de Apodaca en febrero del 2016, entre otros, fueron casos sin precedentes en el Estado, aunado a la muerte de inocentes en diferentes hechos delictivos.

El robo de vehículos con armas largas a cualquier hora y en cualquier lugar mantuvo en sicosis a la población durante meses.

El psicólogo Hugo César Rivera Estrada, ex presidente del Colegio de Psicólogos de Nuevo León, recuerda que en los años 90 los ciudadanos veían lejanos los delitos de alto impacto, pero a partir del 2000, cuando los crímenes empezaron a recrudecer, inició un cambio social.

“Eso hace obviamente que la gente se empiece a sentir, primero, más insegura, por miedo a que esa criminalidad llegue, porque la observa cerca, pero después, al momento que siguen pasando las cosas, sí está este proceso de normalización, yo tiendo a habituarme, me adapto a este tipo de imágenes, a este tipo de situaciones.

“Y es en donde comenzamos a normalizar, porque son tantas las notas o son tantos los sucesos que observamos cotidianamente de este tipo de cosas, el tema de los asaltos, el tema de los homicidios, tema de la violencia relacionada con alto impacto, con el narcotráfico, ya son tantas las noticias que empezamos a verlo cotidiano, entonces tiene que ver justamente con el número y que yo empiezo a entender que es parte de mi normalidad por ese número y esa observación”, señala.

En la actualidad se cometen de dos a tres ejecuciones, mínimo, al día, lo cual ya se volvió rutinario y parece “normal”, aunque en ocasiones las cifras superen escenarios de la época negra del 2010 al 2012.

Rivera Estrada, actual secretario de la Federación de Colegios Profesionales de Nuevo León, comenta que la sociedad se vuelve insensible ante lo que ve comúnmente, hasta el grado de revictimizar a las personas.

“¿Qué es lo que puede pasar?, pues que sí, efectivamente, nos hacemos insensibles y perdemos la empatía y sobre todo damos lugar a prejuicios y a ideas, como por ejemplo: ‘Ah, seguramente pues lo mataron porque algo debía’, es muy común por ejemplo y es una de las cosas que hay que combatir, que normalicemos tanto el crimen, que incluso nos sintamos culpables.

Porque nos pasa, por ejemplo: ‘Ah, es que se me ocurrió dejar una mochila en el carro y por eso me cristalearon, el tonto soy yo’”, detalla.

En una práctica con estudiantes de criminología, para que evaluaran su entorno, precisamente salió a relucir el cómo, en unos casos, ya les pareció normal que encuentren cuerpos en su colonia, señala García Rodríguez.

“Pienso en resumidas cuentas que esta desintegración social produce precisamente, entre otras cosas, ver cosas como esta, tan delicada, como algo normal”, expresa.

El doctor en criminología agrega que además de normalizar el crimen, la ciudadanía ya le perdió hasta el miedo.

“Si te fijas, hoy la sociedad busca publicitar, más que temor a esto y verlo como normal, busca videograbar, si tú te fijas, ya no hay temor al delito, o sea, ya no hay el miedo al delito, hoy lo dicen con una normalidad: ‘Mataron a una persona en la esquina’”, comenta.

En el 2006 fue cuando inició la narcoguerra en el Estado, cuando los Zetas llegaron a tomar “la plaza”.

Entre ataques de ese grupo y los de Sinaloa, DEL 2010 AL 2013, desatan ola de asesinatos, cuelgan cuerpos, dejan mutilados y cometen multihomicidios, que causan terror, más los enfrentamientos con autoridades, que alcanzan a víctimas inocentes.

Uno de los más conocidos fue el de Gabriela Elizabeth Muñiz Tamez, “La Pelirroja”, el 31 de diciembre 2010.

ASESINATO DE MARCELO GARZA Y GARZA

5 de septiembre 2006

Marcelo Garza y Garza, director de la Agencia Estatal de Investigaciones, es ejecutado por el grupo de los Beltrán Leyva.

JORGE Y JAVIER

19 de marzo de 2010

Los estudiantes del Tec, Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, mueren baleados por soldados que supuestamente los confundieron.