Mario Casarrubias Salgado, alias el Sapo Guapo, líder y fundador del grupo del narcotráfico Cártel Guerreros Unidos (CGU) y hermano de Sidronio Casarrubias, implicado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, murió por coronavius, COVID-19.
El deceso del narcotraficante ocurrió en un hospital militar de Ciudad de México, de acuerdo con el Gobierno mexicano, Casarrubias Salgado, conocido como Sapo Guapo, tenía tres días de haber ingresado a un hospital militar infectado por COVID-19 y su estado de salud era grave.
Por ello el jueves pasado, Casarrubias fue trasladado del penal del Altiplano, en el Estado de México, donde estaba recluido desde 2017 por su participación en el crimen organizado.
Pero este domingo murió, tras permanecer intubado las últimas 48 horas, ya que su estado de salud, estaba sumamente deteriorado debido a la diabetes mellitus que padecía desde que fue recluido en el penal de máxima seguridad.
Actualmente el caso Ayotzinapa continúa sin resolverse a pesar de que prácticamente todos los implicados en la desaparición de los jóvenes normalistas han sido detenidos.
Investigación llena de irregularidades
Fue apenas en julio de 2020 cuando por falta de elementos fue liberado José Ángel Casarrubias Salgado, alias el Mochomo, señalado como el responsable de ordenar el asesinato y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y presunto líder de Guerreros Unidos, aunque de inmediato, tras ser liberado agentes ya lo esperaban con una nueva orden de detención.
Desde octubre de 2015, la FGR ofreció una recompensa de más de $66,000 dólares (1.5 millones de pesos) por informes que llevaran a la localización y captura de este presunto líder criminal, debido a la relevancia que tiene en las investigaciones del caso Ayotzinapa.
Dos presuntos integrantes de Guerreros Unidos aseguraron en un interrogatorio ante infantes de la Armada que el Mochomo fue quien ordenó ejecutar a los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Según un informe incluido, Osvaldo Ríos Sánchez, alias el Gordo y su hermano Miguel Ángel, alias el Pozol, acusados de ser partícipes del crimen, confesaron a los marinos que los estudiantes fueron enterrados en una fosa localizada en Pueblo Viejo, entre los municipios de Iguala y Cocula.
La Fiscalía mexicana también refiere que el exalcalde José Luis Abarca ordenó detener a los estudiantes y que, una vez en manos de Guerreros Unidos, el Mochomo decidió que los mataran.
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