El año pasado, la Marina Armada de México identificó que los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG) y sus células utilizan tres rutas aéreas por el océano Pacífico y el mar Caribe para trasladar cocaína desde Sudamérica con destino a Estados Unidos.
La primera tiene su punto de origen en Ecuador, desde donde los grupos criminales despegan en aeronaves ejecutivas de gran potencia, tipo Hawker Siddeley, Beechcraft Super King Air, Gulfstream y British Aerospace BAe 125, hacia la franja costera de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
EL EJERCITO TAMBIEN TIENE LO SUYO:
En esos estados, cuentan con pistas clandestinas a las que únicamente se puede llegar en embarcación, indica un reporte que la Secretaría de Marina (Semar) entregó al Centro Internacional de Investigación y Análisis Contra el Narcotráfico Marítimo, con sede en Colombia y al cual EL UNIVERSAL tuvo acceso.
Una vez que aterrizan sobre la franja costera, cuya característica principal es el difícil acceso, los cárteles utilizan embarcaciones menores para el traslado posterior del narcótico.
De acuerdo con el documento, la segunda ruta aérea empleada por los grupos criminales es la que sale de la Guajira, Venezuela, hacia Honduras, Belice y Guatemala, en la que aprovechan la “porosidad fronteriza sur o a través de embarcaciones menores” para ingresar los cargamentos de cocaína.
La tercera ruta proviene de la Guajira, Venezuela, con destino a Quintana Roo, en donde los cárteles utilizan zonas de difícil acceso carretero para el descenso de las aeronaves.
“Las aeronaves identificadas son de gran potencia y autonomía, abandonan el Espacio Aéreo Mexicano utilizando itinerarios de vuelos falsos, apagando su localizador; posterior a ello, se dirigen hacia el sur a cargar la droga, pudiendo transportar por lo menos una tonelada (...).
“Por otra parte, se utilizan las avionetas tipo Cessna, cuya principal ventaja es su maniobrabilidad para realizar vuelos bajos aprovechando las zonas grises de los radares en la frontera sur de México”.
En el reporte, la Semar señaló que la dinámica de las incautaciones de estupefacientes en el ámbito marítimo en México durante 2020 fue muy variable, y que se registraron 31 eventos en los que incautaron 30.3 toneladas de estupefacientes por parte de diferentes instituciones.
La dependencia informó que enero inició con cuatro eventos en los cuales se incautaron mil 130 kilogramos de cocaína, representando 12.9% y 3.7% anual, respectivamente; febrero mantuvo el mismo número de eventos que el mes anterior; sin embargo, señaló, la cantidad de estupefaciente fue menor, al registrarse 91 kilogramos de cocaína y 460 kilogramos de droga sintética, representando 12.9% y 1.8% anual respectivamente.
Cinco rutas del narco marítimo
La Semar tiene detectadas cinco rutas del trasiego marítimo de cocaína por el océano Pacífico y mar Caribe, provenientes de Colombia y Ecuador, y determinó que la zona norte del Golfo de California es usada por los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, principalmente, para el desplazamiento de los precursores químicos (fentanilo) que llegan a los puertos de Manzanillo, Colima, y Lázaro Cárdenas, Michoacán, respectivamente, procedentes de China.
Como parte de la ruta océano Pacífico-México, las embarcaciones utilizadas por los cárteles zarpan de la frontera entre Colombia y Ecuador en las inmediaciones de Tumaco, departamento colombiano de Nariño, y dependiendo del navío empleado, reciben de dos a tres reabastecimientos de combustible.
Posterior a ello, continúan su navegación hacia los puntos de entrega-recepción del narcótico, según el informe.
Una vez que las organizaciones mexicanas reciben el cargamento, proceden a navegar hacia las comunidades chiapanecas costeras de Paredón, Boca del Cielo, Chocohuital y Barra San José, y a las oaxaqueñas San Mateo del Mar, El Azufre e inmediaciones de Bahía Chacagua.
Así como a El Calvario y Casa de Piedra, Guerrero; Boca de Apiza, Michoacán; Cuyutlán, Colima; Bahía Tempuayana, Playa Colorada y Bahía Altata,
en Sinaloa.
En la zona del mar Caribe, la Semar detectó que los grandes cargamentos de cocaína llegan por vía marítima a Honduras.
Por lo general, en esta ruta de navegación, los grupos criminales utilizan lanchas tipo Go Fast las cuales salen de la alta Guajira, entre Colombia y Venezuela, hacia inmediaciones de los Cayos Gorda, Honduras.
Sin embargo, la dependencia ha documentado el uso de buques pesqueros venezolanos con compartimientos ocultos para el traslado del narcótico hacia dichos cayos.
Respecto a la ruta del Caribe Honduras-Belice, Guatemala, Quintana Roo, la Semar señaló que la droga que llega por mar se almacena en depósitos ilegales en zonas grises, donde no existe presencia de autoridades navales, en zonas lacustres hondureñas como Gracias a Dios, Colón, Atlántida y Cortés.
Indicó que en el Golfo de California se mantiene la tendencia de utilizar el mar de Cortés para traficar estupefacientes.
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