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miércoles, 2 de diciembre de 2020

MEXICANOS UNEN TECNOLOGIAS y "CREAN SUPER-CUBREBOCAS contra el INFAME CORONAVIRUS"...talento hay y mucho.


“Mi hijo tenía dos años cuando enfermó de rotavirus (el niño estuvo a punto de fallecer). Yo hacía antibacterial, conocía las limitantes de estos y me dije ‘¿cómo hago antibacterial y no puedo cuidar a mi hijo?’  Me di cuenta de la carencia, no había un producto eficaz sin efectos secundarios”, dice la doctora Gabriela León, la mujer que desarrolló una nanopartícula capaz de erradicar virus por medio de un cubrebocas.

Providencia, una empresa mexicana, originaria de Tlaxcala, en colaboración con la doctora Gabriela León, quien en su momento desarrolló NBELYAX (nanopartícula que también ayudó a combatir el Ébola), han creado un cubrebocas científicamente comprobado para combatir el coronavirus. Dicha partícula está impregnada por dentro y por fuera del mismo y “elimina totalmente el virus”, comenta en entrevista para EL UNIVERSAL, la ingeniera bioquímica industrial por la UAM Iztapalapa, Gabriela León.

La empresa familiar (Providencia) con 62 años en el mercado y encargada de la manufactura de este cubrebocas, a través de su marca Biomsk, siempre se había dedicado a la parte textil, en específico a la ropa de cama. “Empezaron mis abuelitos; hacían cobertores, sábanas almohadas, edredones y cojines”, expuso Rafael Torre, uno de los directivos de la compañía mexicana. 

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“En febrero vimos el tema de la pandemia y decidimos apostar por crear una marca, el camino difícil. Lo fácil hubiera sido producir cubrebocas desechables de dos o tres capas, pero no”. Rafael Torre comenta que el cubrebocas es reutilizable, pero no como los ya existentes en el mercado. “Lo puedes lavar en 10 ocasiones, y solamente con agua, sin que eso afecte la nanopartícula”. Señala que estos han pasado las pruebas de los mejores laboratorios nacionales e internacionales, también que su costo es accesible.

La partícula es biodegradable, inocua y funcional como bactericida y virucida. El desarrollo de la molécula fue en 2008, y es a base de cítricos. “Es nanotecnología aplicada. Empezamos a certificar la eficacia de la misma en institutos de Salud y laboratorios diferentes a los de la empresa. No la encontramos, la desarrollamos y nos llevó a tener la patente en más de 120 países”, dice la también Premio Nacional de Salud 2016.

La primera prueba fue contra la influenza, en 2009 e hicieron certificaciones contra los virus, su principal objetivo, pero también lo comprobaron contra bacterias, hongos, esporas y microbacterias, “esto es la gran diferencia contra los productos que hay en el mercado. Había que certificar con cada grupo de microorganismos”. Una vez que comprobaron la eficacia en los productos, hicieron una donación al continente africano (a Liberia) de 2.8 toneladas de antisépticos para ayudar a controlar la pandemia del Ébola de aquel entonces. 

Desde ese tiempo han continuado con otras certificaciones, no solo en laboratorios, sino también en hospitales en los que se presentan enfermedades intrahospitalarias, y luego entraron a la industria de alimentos y hoteleros.

“Decidimos aplicarlas en un portafolio de productos de desinfectantes, también en antisépticos y desarrollarnos la marca Eviter”, relata. Desde la creación de su empresa se ha visto con situaciones como el que no aceptan su liderazgo por ser mujer. “He recibido desde propuestas indecorosas hasta rechazo por ser mujer y encabezar una empresa. No ha sido fácil. También las personas creen que en México no se hace o no se puede hacer nada, es increíble. Podemos hacer muchas cosas”, asevera. 

El año pasado, la doctora Gabriela conoció a Rafael y le comentó sobre hacer una prueba e impregnar la molécula en sus artículos y “ver si podía haber una barrera biológica como un valor agregado a sus productos (textiles)”.

“Sometimos una muestra de sus telas al INER (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias) y comprobamos que sí era excelente (la nanopartícula) barrera biológica. Es biodegradable e inocua porque es a base de cítricos. Y así deciden (Biomsk)  hacer una reingeniería y arman líneas de producción para hacer los cubrebocas reutilizables”, la Dra. Gabriela asegura que este producto es de mejor calidad que los famosos KN95 ya que los poros del mismo son en extremo cerrados y eso hace que el CO2 tampoco pueda salir y que a la distancia cause otros daños.  

El proceso, desde la idea hasta la creación y producción final, tomó tiempo, pues la empresa mexicana no tenía la maquinaria necesaria, pero poco a poco y, destaca Rafael Torre, el continuar laborando les permitió seguir dando trabajo a toda su plantilla de empleados. “No hubo necesidad de despedir a nadie”, comenta. 

Asegura que su cubrebocas elimina al 99 % los agentes patógenos que puede haber en el medio ambiente, pues tienen un termosellado y doble capa. “En cualquier otro cubrebocas vas generando un foco de infección en la parte interna del cubrebocas”, dice. 

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Han trabajado con el gobierno de Hidalgo, en Escobedo, Nuevo León; Chihuahua, Tabasco y Tlaxcala; con parte del gobierno norteamericano y el municipal de San Salvador, El Salvador. Sus cubrebocas pueden ser personalizados y los hay para niños y adultos.

Hacen cubrebocas para equipos de fútbol como el Puebla, América, los Xolos, al León y Pachuca; y en la liga de expansión a Celaya y Coyotes de Tlaxcala. Cuenta con licencia de Distroller, Plaza Sésamo, y la de Romero Brito, artista brasileño que radica en Estados Unidos. 

Ayudar y salvar vidas, es el lema de la doctora Gabriela León. Expone que han recibido críticas “sin fundamento, pero también testimoniales de que no se han infectado tras usar nuestros productos y esto te da pila para seguir avanzando”, finaliza la mujer que, junto con su hermano ha logrado la distribución de sus productos como el suplemento alimenticio Gasdem B, gotas de cítricos que también utiliza la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero

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fuente.-

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