El arresto de once miembros de una red dedicada a la fabricación de semisumergibles para el narcotráfico pone de relieve las operaciones de estos actores en Colombia.
UNOS LLEGAN Y A OTROS LES LLEGAN:
El 5 de noviembre, la Fiscalía General de la Nación, la Armada Nacional y la Administración para el Control de Drogas (DEA) capturaron a 11 presuntos integrantes de una organización dedicada a la fabricación de semisumergibles y la adaptación de embarcaciones para traficar cocaína.
Los operativos tuvieron lugar en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca, Nariño y Chocó, donde los miembros de la estructura dividían sus tareas entre conseguir los materiales y realizar contactos para coordinar la logística para el traslado de la droga al exterior, principalmente a México.
Según el comunicado de prensa de la Armada Nacional, esta red mantenía un acuerdo con el ELN en territorio colombiano; el grupo, se supone, daba seguridad en el área rural del río Cucurrupí, Chocó, zona de construcción de semisumergibles.
El Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia señaló que la estructura criminal también se encargaba de financiar y dirigir la fabricación de artefactos navales para carteles en México y Guatemala.
Análisis de InSight Crime
Algunas estructuras narcotraficantes subcontratan redes especializadas en la construcción de semisumergibles para el tráfico de drogas. La cadena de producción y distribución de narcóticos ya no está a cargo de un solo grupo criminal, sino que existen otros eslabones en el mercado que facilitan las dinámicas.
Esta subcontratación supone la reducción de costos para los traficantes de droga, quienes no tienen que concentrarse de toda la logística para el envío de cocaína, sino solo coordinar con eslabones más pequeños.
El almirante Hernando Mattos, comandante de la Fuerza Contra el Narcotráfico Poseidón, declaró al diario El Tiempo que “no es difícil encontrar que en un semisumergible vaya la droga de dos o tres redes que se unen para el envío y cubrir los costos de estas embarcaciones, que pueden estar sobre el millón de dólares”.
En agosto de 2018, la Policía Antinarcóticos ya había desmantelado una red dedicada a la fabricación de semisumergibles para traficar cocaína desde el pacífico colombiano hacia Centroamérica, Estados Unidos y Europa. El Cartel de Sinaloa era uno de sus presuntos clientes.
En 2019 se incautaron 23 de estos navíos usados para el narcotráfico, mientras que entre enero y agosto de 2020 fueron incautados 27 entre las costas colombianas y aguas internacionales.
El aumento responde no solo a la preferencia de las redes por este tipo de transporte, sino a la disminución de costos que estos representan, ya que permiten trasladar mayores cantidades de droga y el espacio empleado para cargar combustible ahora puede ser destinado para ello.
Un reporte de Univisión señala que la Guardia Costera de Estados Unidos solo incauta una de cada cuatro toneladas de droga que se dirigen a ese país en semisumergibles. Asimismo, añade que los radares no detectan los artefactos navales debido a que apenas sobresalen de la superficie.
Además, sostiene que el blindaje de plomo en la parte superior de la nave y las tuberías que enfrían los gases de escape generados por los motores permiten evadir los sensores infrarrojos de las autoridades. De esta manera, se reducen los riesgos de perder el cargamento de droga.
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