El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) desperdicia recursos en cosas que no son un riesgo para la seguridad nacional, como los movimientos políticos y sociales opositores al presidente Andrés Manuel López Obrador, algo que el exdirector del desaparecido CISEN, Guillermo Valdés Castellanos, considera grave.
Mientras no representen una amenaza para la estabilidad del país no hay “justificación” para darles seguimiento, afirma en entrevista con EL UNIVERSAL.
Valdés Castellanos, encargado del CISEN entre 2006 y 2011, asegura que hay poca transparencia del uso que el gobierno federal le está dando al CNI, ya que a la fecha no se conoce su programa sectorial, en el que se marcan las tareas de investigación a realizar.
“Ese programa de seguridad nacional es el que te guía y le da las instrucciones de trabajo al CNI, al no haber ese programa no sabes realmente a qué lo dedican y lo que uno supone es que una institución tan importante como debiera ser el CNI, pues no tiene una guía programática de trabajo clara”.
Y, sostiene, “al no haber ese programa sectorial y no darse a conocer lo que se puede dar a conocer de las agendas nacionales de riesgo, pues uno nada más especula sobre lo que pueden estar haciendo y luego enterarse de que están haciendo seguimiento al Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAAA), es convertir a un movimiento político en un problema de seguridad nacional, lo cual no es correcto”.
El exfuncionario señala que el actual gobierno confunde la seguridad nacional con la seguridad pública, al haber trasladado el aparato de inteligencia del Estado mexicano de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), lo que calificó como una decisión equivocada.
Ante ello, Valdés Castellanos ve riesgos en materia de seguridad nacional, como el fortalecimiento del crimen organizado y otros movimientos.
El cambio de CISEN a CNI y moverlo de Gobernación a Seguridad fue una decisión equivocada porque el gobierno no tiene visualizado ni conceptualizado el tema de la seguridad nacional.
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Enviar al organismo responsable de generar inteligencia para garantizar la seguridad nacional, que era el CISEN, no lo puedes mandar a la Secretaría de Seguridad Pública, es confundir lo que es seguridad nacional con seguridad pública.
La inteligencia contra el crimen organizado, la tiene que hacer la Secretaría de Seguridad Pública, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de la República y la Seguridad Nacional es un tema mucho más amplio, que la Seguridad Pública.
Hay una ignorancia de qué es la seguridad nacional, que se traduce en esa confusión de creer que la seguridad nacional es igual a la seguridad pública, y que la tarea del CISEN era generar inteligencia contra las organizaciones criminales, es reducir la tarea de lo que era el CISEN.
La seguridad pública en algunos aspectos, es un reto de seguridad nacional, pero la seguridad nacional tiene muchos otros temas, entonces la decisión de desaparecer al CISEN y reubicarlo en seguridad es una decisión equivocada.
Ese programa de seguridad nacional es el que te guía y le da las instrucciones de trabajo al CNI, al no haber ese programa no sabes realmente a qué lo dedican y lo que uno supone es que una institución tan importante como debiera ser el CNI, pues no tiene una guía programática de trabajo clara.
La Ley de Seguridad Nacional le mandata al CNI elaborar una agenda nacional de riesgo y esa agenda nacional de riesgo, es la que te marca cuáles son las tareas de investigación que tiene que hacer el CNI.
Por ejemplo, si se considera, por decir algo, que los movimientos guerrilleros radicales son una amenaza a la seguridad nacional, se tienen que estar investigando. Si se considera que el cambio climático o las pandemias son una amenaza a la seguridad nacional, pues se tiene que estar generando inteligencia sobre esas problemáticas.
Al no haber ese programa sectorial y no darse a conocer lo que se puede dar a conocer de las agendas nacionales de riesgo, pues uno nada más especula sobre lo que pueden estar haciendo y luego enterarse de que están haciendo seguimiento al Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAAA), es convertir a un movimiento político en un problema de seguridad nacional, lo cual no es correcto.
Es muy importante hacer una distinción de lo que es el trabajo de un centro de inteligencia, ya sea el CISEN o la CIA, cualquier organismo de inteligencia de los Estados, su tarea es generar inteligencia.
Hay una confusión entre el concepto de generar inteligencia y hacer espionaje. El espionaje es uno de los muchos instrumentos mediante los cuales se genera información con la cual, analizada la información, la traduce en inteligencia.
Generar inteligencia no significa necesariamente hacer espionaje, el espionaje es necesario para un tipo de inteligencia, entonces el que se investigue a FRENAAA no necesariamente significa que lo estés espiando, espiar es utilizar instrumentos para acceder a las comunicaciones privadas que de otra manera no podrías tener acceso.
Para espiar a una persona, a los líderes de una organización política o criminal, se necesita el permiso de un juez, entonces hay un espionaje permitido y hay un espionaje ilegal.
Por eso decía, qué hace el CNI y pues lo ideal sería conocer el programa sectorial de seguridad nacional y las agendas nacionales de riesgo para ver cuáles son los riesgos que están previendo esta administración y qué son de seguridad nacional.
No todos los movimientos. La gobernabilidad en algunos momentos puede generarse riesgos de seguridad nacional, por ejemplo un movimiento de insurrección como la Primavera Árabe.
En ese sentido, es muy difícil ver cuándo un movimiento social, político de oposición al gobierno, que no son riesgos de seguridad nacional, se convierten en una amenaza a la estabilidad de un gobierno democrático.
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FRENAAA tiene como objetivo que renuncie el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ese es el objetivo de esa organización, pero si FRENAAA dijera que su objetivo es derrocar al gobierno, entonces sí es un riesgo de seguridad nacional porque está atentando contra un gobierno legalmente electo.
Así es, así lo vería
Por ejemplo, los movimientos que como estrategia de presión para lograr sus objetivos utilizan acciones que violan la legalidad y afectan intereses de terceros, potencialmente se pueden volver riesgos de seguridad nacional.
No es lo mismo decir yo estoy en contra del gobierno, quiero que renuncie voy y me planto en el Zócalo a ver si me hace caso, que es una movilización pacífica, a decir yo tomo las vías del ferrocarril o las casetas de las autopistas y bloqueo las vías de comunicación que ahí se está violando la ley y afectando a terceros y causando daños económicos y sociales fuertes.
Estos movimientos potencialmente tienen un impacto más grave sobre la capacidad del gobierno de gobernar, entonces a esos sí se justifica darle seguimiento no espiarlos.
Darles seguimiento para si en un momento se plantean objetivos o estrategias que atenten contra la democracia, el Estado de derecho, el bienestar de la población, que son los elementos que resguarda la seguridad nacional.
Pues de seguridad nacional, porque aquí la demanda es que hagan un programa sectorial de seguridad nacional que justifique la tarea del Centro Nacional de Inteligencia y que los ciudadanos sepamos en qué utilizan los recursos que son muy importantes.
Sí, porque el CNI no debería estar en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana debiera estar en Gobernación.
Tenemos al crimen organizado que sí es un riesgo de seguridad nacional, tenemos fenómenos estructurales como el cambio climático, tenemos los movimientos antisistema, hay algunos grupos guerrilleros todavía, los anarquistas.
Tenemos riesgo de seguridad nacional, Estados Unidos es un riesgo de seguridad nacional y lo hemos visto con la llegada de Donald Trump, que es un riesgo de seguridad para México.
Creo que hay que mejorar mucho la relación con la DEA, la DEA suele ser una agencia que actúa unilateralmente, pero que también ha cooperado mucho con México, son las dos cosas.
Y este tipo de cambios a la Ley que es un mensaje más hacia adentro de que nosotros somos muy soberanos y no les vamos a permitir que vengan y que hagan, yo creo que no es la manera correcta de lograr una colaboración eficaz con ellos.
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La relación está muy dañada en materia de cooperación de seguridad entre México y Estados Unidos, en parte por México y en parte por Estados Unidos.
La detención del general Salvador Cienfuegos fue una agresión unilateral, un acto muy grosero contra nuestro país, pero también a Estados Unidos le molesta mucho que este gobierno casi no haga nada contra el crimen organizado, entonces hay motivos para el enojo y la desconfianza y las acciones unilaterales de uno y otro lado.
Ante esta situación, lo mejor es que se sienten a platicar y que las dos partes hagan un planteamiento común de que no violen la soberanía y se respete claramente la independencia de México, se puede llegar a hacer eso.
Pero (las reformas a la Ley de Seguridad Nacional) son más bien un arranque nacionalista, soberanista pero que en el fondo está inscrito en una dinámica de desconfianza y enfrentamiento que tarde o temprano beneficia a las organizaciones criminales.
Va a tardar un rato en recomponerse porque no hemos ni siquiera reconocido al presidente electo, Joe Biden, y ya que llegue no sabemos exactamente qué tan molesta va a estar la administración de Biden con el gobierno de López Obrador, por esta falta de reconocimiento y por los antecedentes previos. No va a ser fácil, eso sí me queda claro.
Fuente.-
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