Incómodo y expuesto. Así es como Ernesto recuerda que se sintió al viajar en un avión casi lleno. Le tocó el asiento de en medio y al lado una mujer que llegó a estornudar: aunque lo hizo con el cuidado debido, no dejó de preocuparse. Todo el proceso que había mantenido con cabalidad la sana distancia se perdió en el abordaje.
Incluso hubo una pasajera que, molesta, le reclamó a una sobrecargo que por qué hacían eso, que cuál era el chiste de estar haciendo todas medidas de seguridad afuera, si a final de cuentas en el vuelo ya los revolvían a todos, cuenta a EMEEQUIS el joven que viajó por Interjet el pasado 6 de junio de la Ciudad de México a Monterrey.
Estos sentimientos no son únicos de Ernesto, varios pasajeros han mostrado su inconformidad en redes sociales por los vuelos saturados con la pregunta: ¿y la sana distancia? La demanda se ha dirigido a las principales aerolíneas mexicanas: Interjet, Aeroméxico, Volaris y VivaAerobus.
El distanciamiento social que debe prevalecer, aún con la reactivación de actividades, reiterado por las autoridades de salud, es lo que ha causado polémica. En las disposiciones generales del “Lineamiento Nacional para la reapertura del Sector Turístico”, se indica que lo recomendable es un espacio de 1.5 metros entre las personas.
No obstante, en este lineamiento, que fue presentado el 20 de mayo por las Secretarías de Salud y de Turismo, en las acciones que debe cumplir específicamente el transporte aéreo no se determina un límite de cupo de los vuelos. Este es un debate que no sólo ha saltado en México, en otros países se encuentran en el mismo dilema.
Pero lo que les urge a las aerolíneas es despegar a toda velocidad, pues con la parálisis de la actividad por Covid-19, el movimiento de pasajeros nacionales durante abril se desplomó 90.7% y el de internacionales 96.9%, esto comparado con igual mes de 2019, según datos de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Esto se traduce en pérdidas económicas cuantiosas para las compañías mexicanas.
EL DESACUERDO
Desde principios de mayo pasado, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por su sigla en inglés), se pronunció en contra de que las aerolíneas fueran obligadas a dejar vacíos asientos de en medio, pues esto impactaría en su rentabilidad y a su vez implicaría un aumento en las tarifas aéreas de entre 43 y 54%.
“Con menos asientos para vender, los costos unitarios aumentarían considerablemente”, indicó IATA en un comunicado.
La organización mundial de líneas aéreas, además, argumenta que tiene “evidencia” que apunta a que el riesgo de contagio en los aviones es bajo, algo que puede prevenirse con el uso de mascarillas y caretas, tanto de pasajeros como de la tripulación.
No obstante, no en todas se cumple al pie de la letra: el pasado 15 de junio, un pasajero denunció a través de Twitter, el hecho de que dos sobrecargos de Aeroméxico que iban sentadas al lado de él no portaban cubrebocas, aun cuando a los pasajeros les exigen cumplir con esta medida.
Este pasajero se quejó porque dos empleadas de Aeroméxico no tenían cubrebocas.
IATA defiende a capa y espada su oposición a lugares libres: “Incluso si se implementa mantener el ‘asiento central’ abierto no proporcionará la separación recomendada para que el distanciamiento social sea efectivo. La mayoría de las autoridades recomiendan entre 1 y 2 metros, mientras que el ancho promedio del asiento es inferior a 50 centímetros”.
Este reproche e intranquilidad de no tener sana distancia en los aviones por parte de los pasajeros es contrarrestado por las aerolíneas con su as bajo la manga, los filtros de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA) que supuestamente eliminan casi en 99.9% las bacterias y virus, casi lo mismo que un ambiente de quirófano.
¿QUÉ TANTO RIESGO HAY?
En 2009, la revista de la Asociación Colombiana de Infectología publicó la investigación “Transmisión de enfermedades en los vuelos comerciales: del mito a la realidad”, en mla que destaca la efectividad de los sistemas HEPA; no obstante, el riesgo no desaparece, pues puede existir un mal funcionamiento.
También hay vías de contagio detectadas en los vuelos, como es el caso de un contacto directo con un caso positivo y los aerosoles, que son gotas de secreciones respiratorias, las cuales contienen microorganismos infecciosos y que permanecen suspendidas en el aire por tiempo indefinido.
“Entre las infecciones respiratorias más importantes, ya que se han reportado casos de brotes en el avión o por el alto riesgo de propagación mundial, se encuentran la tuberculosis, el SARS y la influenza”, señala la publicación de ese entonces.
Resalta que, por ejemplo, en la que fue considerada la primera pandemia del siglo XXI (2002-2003), que se originó en el Sur de la China con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), más de 300 personas se contagiaron gracias a los vuelos comerciales. Aquí “como factor contribuidor se postuló el mal funcionamiento del sistema de ventilación, más no la diseminación del microorganismo por el mismo, aunque el factor principal de riesgo fue la cercanía con el caso”.
GENERAR CONFIANZA
Para Ernesto, en general, los protocolos antes del abordaje estuvieron bien: marcada la distancia en las filas para documentar, para la revisión, en la sala de espera igualmente están marcados los asientos que se deben y no ocupar. Se toma la temperatura y se aplican cuestionarios… pero todo se arruina una vez que se sube al avión.
“Yo la verdad tenía la idea de que ya en el avión íbamos estar separados, con un asiento vacío, pero pues no, la verdad es que el vuelo iba casi lleno, a mí me tocó sentarme con dos personas a los lados, yo iba en el asiento de en medio”.
El reto para las aerolíneas es dar certidumbre a los viajeros, pues de esto depende que se vuelva a tener el dinamismo aun en medio de la pandemia. Aunque llevan a cabo una serie de medidas de prevención e higiene, no están dispuestas a perder más.
El pasado 15 de junio, IATA lanzó una nueva alerta para los gobiernos de América Latina y El Caribe, por el poco apoyo financiero que se le ha dado al sector, pese a que contribuye de manera importante al PIB de la región. Antes de la pandemia, el aporte era de 167 mil millones de dólares y había 7.2 millones de empleos.
Tras las afectaciones por éstas se estima que su contribución caiga en 77 mil millones de dólares y 3.5 millones de empleos están en riesgo.
“El cierre de fronteras y las restricciones de viaje han detenido la aviación por más de tres meses y con la Covid-19 todavía muy latente en la región y las fechas de reinicio de vuelos aún por definirse en varios países, la situación resulta insostenible y coloca a la industria en un estado crítico”.
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En México, el alto impacto negativo para las compañías ha sido claro. Los datos de la AFAC muestran que, en abril de 2020, el número de pasajeros transportados en vuelos nacionales fue de 413 mil 225, mientras que en igual mes de 2019 fueron 4 millones 456 mil 694, una caída de 90.7%.
Mientras que el movimiento de pasajeros en vuelos internacionales se desplomó 96.9%, al ubicarse en apenas 41 mil 924 personas, cuando el año pasado fueron un millón 349 mil 222.
Ante mala situación del sector incluso se desataron rumores sobre la quiebra de aerolíneas emblema, como Aeroméxico e Interjet, sin embargo, estas han negado la posibilidad y hasta el mismo secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, indicó que todas seguirán operando.
“Tengan la confianza de que Aeromar, Aeroméxico, VivaAerobus, y en especial, Interjet, seguirán volando y fortaleciendo la conectividad aérea”, declaró el pasado 26 de mayo, en una reunión virtual con la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Mientras tanto, las redes sociales se inundan con quejas sobre vuelos llenos y poca sana distancia en los asientos, a la hora de abordar, de bajar. Todo lo contrario a lo que se predica tarde con tarde en las conferencias del Dr. Hugo López-Gatell: en la de ayer miércoles se informó que estamos muy cerca de los 200 mil casos y 25 mil decesos por la Covid.
fuente.-@ptcervantes/
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