La pandemia que mantiene en alerta al 90% de naciones del mundo también pega en la ilegalidad. Los negocios ligados al narcotráfico también podrán sufrir pérdidas cuantiosas, debido a que se están negando los traslados aéreos, terrestres y marítimos entre grandes naciones productoras y consumidoras de droga. Con ventas masivas en Estados Unidos, los cárteles mexicanos empiezan a sentir el golpe.
Cárteles como el Jalisco Nueva Generación, o la Unión Tepito en el centro del país, tienen fuertes nexos con el continente asiático. En estos momentos están restringidos los ingresos a China, en donde se encuentran buena parte de sus proveedores para la fabricación de fentanilo o la popular “fayuca” que se vende en todo México (y que está acaparada en ciertas zonas por el narcotráfico).
Con la crisis económica actual y la suma de las personas recluidas en casa, la actividad informal en la Ciudad de México ha caído drásticamente. Cárteles como el de Tepito saben que esto pega directamente a sus cobros de cuota con pequeños negocios, un problema que escala hasta la obtención de buena parte de la mercancía que ofertan en las calles. Sin duda el virus ha pegado a la sociedad, pero pocos datos existen sobre su impacto en el tráfico de drogas y productos.
Esta pandemia sin duda traerá problemas entre cárteles mexicanos. Mientras los creadores de fentanilo dependen de químicos que se traen desde territorio chino, otros grupos criminales también compiten para crear esta droga (pero con distribuidores de otras naciones). Lo cierto es que la demanda crece y los precios de sus sustancias se disparan ante una oferta limitada y en constante vigilancia por las autoridades de México y Estados Unidos.
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