En Enero de 2007 las autoridades confirmaron que Javier Martínez Pérez, “El Mamado” –y una de las víctimas de una triple ejecución ocurrida en Reynosa era testigo protegido de la Procuraduría General de la República (PGR) desde el 2003.
DELATO AL CARTEL DE GARCIA LUNA:
El cuerpo de Martínez Pérez fue encontrado la madrugada del sábado 8 de Enero en el asiento trasero de un Mercedes Benz 2006 blanco, sin placas, y con permiso provisional para circular.
En el mismo auto –que estaba encendido en el crucero de la avenida Circunvalación Independencia y Río Tamacuil, al lado del canal Rhode–, en la parte delantera, estaba un hombre que fue identificado como Juan Carlos Osuna González, cuñado de Martínez Pérez, y una mujer, Ana Maldonado Corveira.
Los cuerpos de los dos hombres tenían las manos esposadas y encintadas por la espalda, en tanto que sus pies estaban sujetos con cinta Las tres víctimas presentaban señales de golpes y balazos en distintas partes del cuerpo, sin faltar el tiro de gracia en la cabeza.
De acuerdo con información de la prensa, Martínez Pérez fue detenido por el FBI en Laredo, con una carga de droga, pero negoció su liberación a cambio de informar sobre una reunión que sostendría Eloy Treviño con integrantes del cártel del Milenio en Guadalajara, como parte de las alianzas para enfrentar a Los Zetas.
Por ello fueron detenidos Armando Valencia Cornelio y Luis Valencia Valencia, del cartel del Milenio; Eloy Treviño y Diego Alberto Hernández, “El Lobo 50”, quienes eran aliados de Albino Quintero Meraz, “El Beto”, en Nuevo Laredo.
Luego de la detención de los capos, “El Mamado” fue uno de los principales testigos en el proceso que se siguió contra el capo Armando Valencia Cornelio, “El Maradona”, quien era considerado el líder del cártel del Milenio.
Poco después, la casa de Martínez Pérez en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fue incendiada y prácticamente destruida, en una clara venganza de los grupos delincuenciales a los que había afectado con sus testimonios.
De acuerdo con fuentes policíacas, Martínez Pérez se había sometido a varias cirugías, pero fue establecida su identidad por la relación de su cuñado y su esposa, Sandra Isela Osuna González, quien acudió a identificar el cuerpo.
La mujer que fue ejecutada tenía 23 años, y residía en la capital del país, en donde trabajaba en una agencia de modelos, según declaró su tío Arturo Maldonado Sosa, quien viajó a esta ciudad procedente de Monterrey, para identificar el cuerpo.
La otra víctima era Juan Carlos Osuna Gonzáles, de 37 años, originario de Nuevo Laredo, de acuerdo con su esposa Ana Cecilia Garza Álvarez, de 42 años, quien así lo identificó, y presuntamente se dedicaba a la compra-venta de automóviles.
fuente.-
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