Conocido como “El Ratón”, Ovidio Guzmán, de 29 años, es uno de los cuatro hijos de la relación de Joaquín “El Chapo” Guzmán con su segunda esposa, Griselda López Pérez.
Nacido en Badiraguato, Sinaloa, el presunto operador del Cártel de Sinaloa, se describe como un hombre al que no le interesan particularmente los lujos ni los autos deportivos. En cambio, se interesa por los caballos y los gallos finos.
Ayer, la ciudad de Culiacán, Sinaloa, se convirtió en el escenario de una ola de violencia tras la detención temporal del hijo de “El Chapo” Guzmán.
Antes de que el titular de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, confirmara la captura de Ovidio Guzmán, comenzó a circular una fotografía del joven presuntamente después de su arresto.
La imagen presenta a un hombre con mirada imponente, y tal como lo dijo en su descripción, con una vestimenta sencilla. Su aspecto era adornado con amuletos que colgaban y sobresalían de su cuello. Uno de los colguijes era el escapulario bordado con la imagen del Santo Niño de Atocha.
Al Santo Niño de Atocha se le involucra como intercesor de las personas en reclusión. (Foto: Especial)
Tanto en la devoción popular, como en la “narcocultura”, a este santo se le involucra como intercesor de las personas en reclusión.
En sus orígenes españoles, allá por el siglo XIII, la leyenda cuenta que la imagen conocida como Nuestra Señora de Atocha cargaba un niño Jesús, el cual desaparecía en las noches para llevar alimentos a los cristianos prisioneros por los musulmanes del al-Ándalus.
En México, la tradición cuenta que el culto se instauró en el país en el siglo XVIII, concretamente en la población de Plateros en Frenesillo, Zacatecas, donde el Santo Niño de Atocha cobró popularidad entre otras cosas, como intercesor de las personas en reclusión.
Una antigua leyenda cita como primer milagro del santo la liberación, en 1829, de una mujer de malas costumbres recluida en Durango. Tras encomendarse al niño, éste se le apareció como un joven con el nombre de Manuel Atocha y procuró su emancipación.
En la novela Hasta no verte Jesús mío (Elena Poniatowska: 1969) se narra una historia similar: “Y entonces ella empujó la puerta y lo va mirando en el nicho con su canastita. Va viendo que tenía la misma cara de un abogado que la había defendido”, dice en el texto.
En febrero, cuando inició el juicio del siglo contra Joaquín "El Chapo" Guzmán, se incrementó la venta de souvenirs con la imagen del capo mexicano (Foto: JUAN CARLOS CRUZ /CUARTOSCURO)
En el libro Narco-cults (Tony M. Kail: 2015), se hace una revisión, no oficial, de los santos y deidades populares entre los narcotraficantes. El Santo Niño de Atocha se encuentra en esa lista, invocado durante los viajes y para eludir la cárcel.
Dentro de el cártel de Sinaloa, muchos adoran a Jesús Malverde, también conocido como el “bandido generoso”. Incluso la Santa Muerte, que lleva la imagen de la Parca, tiene un fuerte número de seguidores criminales de este cártel.
Qué se sabe de Ovidio Guzmán, el hijo “sencillo” de “El Chapo”
La confusión sobre lo que sucedió es total. Según la versión oficial, divulgada por el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, una patrulla de la Guardia Nacional integrada por unos 30 miembros, realizaba un patrullaje de rutina en el fraccionamiento de Tres Ríos en Culiacán, cuando en torno a las 15:30 horas fueron agredidos desde una vivienda.
Los militares siempre repelieron el ataque y tomaron el control de la vivienda. Dentro había cuatro personas, uno se identificó como Ovidio Guzmán, aseguró Durazo. Antes de publicarse el mensaje del secretario, comenzó a circular una foto de el hijo de “El Chapo” Guzmán presuntamente después de su arresto.
En febrero de este año, Ovidio fue acusado por el Departamento de Justicia de EEUU de conspiración para distribuir drogas e importarlas a la Unión Americana, junto con su hermano Joaquín Guzmán López, de 34 años.
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